En el vuelo AF447 que cubría el trayecto Río de Janeiro-París perdieron la vida 228 personas, más de la mitad franceses y brasileños, entre ciudadanos de 32 nacionalidades.
El Buró de Investigaciones y Análisis (BEA), autoridad francesa sobre los accidentes aéreos recalcó en rueda de prensa que las sondas de velocidad Pitot son un elemento, pero no la causa de la catástrofe ocurrida al A330.
El especialista principal del equipo del BEA, Alain Bouillard, subrayó asimismo que el estado de los restos del aparato y de los cuerpos, sugieren que el AF447 no explotó en el aire y fue desintegrándose camino al mar.
Bouillard indicó en Le Bourget, sede del BEA, en la periferia parisina, que las cajas negras de la nave no fueron encontradas todavía y añadió que las búsquedas se extenderán hasta el 10 de julio.
En torno a las causas del siniestro, consideró que es un terreno aún en exploración. Anotó que el análisis de los mensajes Acars (Aircraft Communications Adressing and Reporting System) del avión marcan una incoherencia en la velocidad medida por los sensores.
Agregó de forma categórica que el Airbus A330 no presentaba ningún problema técnico antes del despegue y que la situación meteorológica en la zona de convergencia intertropical donde se produjo el accidente era típica de la estación.
El examen visual de los restos del avión señalan que el AF447 parece haber embestido la superficie del agua en línea de vuelo, con una fuerte aceleración vertical, precisó.
Los investigadores del BEA apuntaron que desde el 6 de junio fueron encontrados 640 elementos del avión y que parecía obvio la falta de preparación de los pasajeros en la caída porque ninguno de los chalecos salvavidas estaba inflado.
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