sábado, 7 de noviembre de 2009

Jóvenes del Combinado Lácteo camagüeyano celebran su Asamblea Abierta

La juventud de ese centro productivo destacó la importancia de la atención a los jóvenes para apartar de su cotidianidad la monotonía, la pereza y la comodidad

CAMAGÜEY.— La anécdota narrada por el joven Reynier Casa Pérez, después de varias intervenciones, tocó bien adentro en las fibras de quienes aún no sabían que ser lechero era tan, pero tan complejo.

«Son hasta 16 horas de trabajo diario. El pueblo no puede quedarse sin su leche y los niños mucho menos. Pase lo que pase en la fábrica: una rotura, un desperfecto…, hay que hacerla llegar a cada hogar, por eso aquí hay que tener un alto sentido de responsabilidad y buscar soluciones para que la producción no se pare, y eso no siempre es entendido por los jóvenes que llegan al centro», dijo Reynier, quien se desempeña desde hace varios años como ayudante de carro.

La pregunta no se hizo esperar: ¿Cómo debe actuar el comité de base del Combinado Lácteo camagüeyano, con quienes recién se gradúan y deben incorporarse a este colectivo?

La atención al joven de todas las organizaciones, pero muy especialmente de la UJC, dictó pautas no solo para el debate de la asamblea abierta sino para el futuro trabajo de los jóvenes comunistas en este centro productivo.

Juan Pablo, quien hace solo unos meses comparte su jornada con los cerca de mil obreros de la entidad lechera, expresó: «Hay que llegar más al joven y no solo con el estímulo moral y material, sino con el consejo oportuno, porque así no hay quien se sienta solo ni perdido entre tanta responsabilidad».

En esta misma cuerda, Yeni Montero, dirigente del comité de base, añadió: «Motivar al joven y a todo aquel que llega al centro no es cosa de un día. Esto hay que atenderlo bien, porque si no la inestabilidad del personal puede jugarnos una mala pasada».

Para lograrlo, como afirmaron los cerca de 40 participantes en la asamblea abierta, este colectivo tendrá que apartar de su cotidianidad la monotonía, la pereza, la comodidad y el «dejar para mañana lo que puedes hacer hoy».

A tono con el calor del intercambio estuvo la intervención del ingeniero Noslén Suárez Suárez, quien afirmó que «ya se han buscado variantes, como la de la rotación de los estudiantes que están de prácticas por las áreas de la fábrica, para que aprendan cómo funciona esto aquí adentro y para que además puedan escoger dónde quedarse al graduarse.

«La tarea es titánica —continuó el joven—, pero el ejemplo de que sí se puede está en quienes no renunciamos al trabajo y nos mantenemos día, tarde y noche en nuestras responsabilidades, a pesar de las dificultades y de los recursos limitados».

Con su anécdota, Reynier recordó cómo con sus propias manos, amor y respeto por lo que hace, subió junto a otros compañeros y hasta la altura de dos pisos la pesada estera defectuosa que atrasaba la entrega de las bolsitas de leche. Y es que, como dijo este camionero de 30 años, «con el ejemplo personal todo se puede».

El nuevo Código de Familia favorecerá a los niños

El anteproyecto de Ley deberá contemplar el derecho de los niños a ser protegidos de la violencia física y psíquica, la explotación, el abuso sexual y el descuido o trato negligente

Dora Pérez Sáez

El Código de Familia cubano, actualmente en proceso de modificación, adecuará sus preceptos —una vez aprobado— a los lineamientos de las Convenciones de Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer y sobre los Derechos del niño, se reveló en el III Encuentro internacional sobre protección jurídica de los derechos del menor, que concluyó este viernes.

Lisa García, asesora jurídica de la esfera de Trabajo Comunitario, de la Federación de Mujeres Cubanas, expresó que dicha organización, de conjunto con la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de Familia, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba ha trabajado en la elaboración de un anteproyecto de Código de Familia.

«La nueva Ley debe establecer expresamente los derechos que tendrían los niños sujetos al régimen de patria potestad, aspecto no contenido de manera explícita en la Ley vigente, y entre los que pudiéramos mencionar el derecho a ser protegido de toda forma de violencia física y psíquica, explotación, abuso sexual, descuido o trato negligente.

«Además, el derecho de los infantes a participar activamente en la vida familiar y social, a que sus opiniones sean escuchadas, a defender sus criterios y a recibir argumentos que puedan convencerlos».

Según reveló la especialista, el nuevo texto legal modera el derecho de los padres, ya permitido por la Ley vigente, de corregir a sus hijos, pero esclareciendo que dicha corrección debe ser adecuada, moderada, sin el empleo de violencia física o psíquica, ni con métodos humillantes.

«En ese sentido, otro aspecto novedoso del Código es la remisión a la Ley penal para los casos de padres que incumplan los deberes inherentes a la patria potestad, o aquellos que se excedan en la corrección sobre sus hijos.

«Existen delitos en el Código Penal destinados a sancionar a los progenitores que cometen estos hechos, con independencia de medidas civiles que se pueden tomar, como retirarles la patria potestad.

«Con la nueva norma también se ayudaría a los abuelos. A menudo vemos que si los padres van a trabajar al exterior, generalmente aquellos quedan a cargo del niño. Sin embargo, no tienen amparo legal para realizar ninguna acción con los nietos. Si les otorgamos el régimen de guarda y cuidado a esos abuelos, les facilitaríamos las acciones legales.

«Incluso, hay padres que abandonan a sus hijos, que no se ocupan más de ellos. En esos casos, ¿por qué no deferir la patria potestad a favor de los abuelos?

«La sociedad ha avanzado, hay cosas que se deben perfeccionar. El anteproyecto aún está en estudio».

La anexión de Colombia a Estados Unidos

El líder de la Revolución Cubana afirma que el Acuerdo complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, suscrito el 30 de octubre, equivale a la anexión de Colombia a Estados Unidos. Denuncia que nada justifica convertir a ese país, ubicado en el corazón de Suramérica, en base militar de Estados Unidos, con la pretensión de enfrentarlo contra sus hermanos venezolanos, ecuatorianos y otros pueblos bolivarianos y del ALBA. El problema que tiene lugar en Colombia no puede pasar inadvertido por los gobiernos latinoamericanos, alerta Fidel

6 de Noviembre del 2009 13:32:20 CDT

Cualquier persona medianamente informada comprende de inmediato que el edulcorado “Acuerdo complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos”, firmado el 30 de octubre y publicado en la tarde del 2 de noviembre, equivale a la anexión de Colombia a Estados Unidos.

El acuerdo pone en aprietos a teóricos y políticos. No es honesto guardar silencio ahora y hablar después sobre soberanía, democracia, derechos humanos, libertad de opinión y otras delicias, cuando un país es devorado por el imperio con la misma facilidad con que un lagarto captura una mosca. Se trata del pueblo colombiano, abnegado, trabajador y luchador. Busqué en el largo mamotreto una justificación digerible, y no vi razón alguna.

En 48 páginas de 21 líneas, cinco se dedican a filosofar sobre los antecedentes de la vergonzosa absorción que convierte a Colombia en territorio de ultramar. Todas se basan en los acuerdos suscritos con Estados Unidos después del asesinato del prestigioso líder progresista Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, y la creación de la Organización de Estados Americanos, el 30 de abril de 1948, discutida por los Cancilleres del hemisferio, reunidos en Bogotá bajo la batuta de Estados Unidos los días trágicos en que la oligarquía colombiana tronchó la vida de aquel dirigente y desató la lucha armada en ese país.

El Acuerdo de Asistencia Militar entre la República de Colombia y los Estados Unidos, en abril de 1952; el relacionado con “una Misión del Ejército, una Misión Naval y una Misión Aérea de las Fuerzas Militares de los Estados Unidos”, suscrito el 7 de octubre de 1974; la Convención de Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, de 1988; la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, de 2000; la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad, de 2001, y la Carta Democrática Interamericana; la de Política de Defensa y Seguridad Democrática, y otras que se invocan en el citado documento. Ninguna justifica convertir un país de 1 141 748 kilómetros cuadrados, ubicado en el corazón de Suramérica, en base militar de Estados Unidos. Colombia posee 1,6 veces el territorio de Texas, segundo Estado de la Unión en extensión territorial, arrebatado a México, que después sirvió de base para conquistar a sangre y fuego más de la mitad de ese hermano país.

Por otro lado, han transcurrido ya 59 años desde que soldados colombianos fueron enviados a la distante Asia para combatir junto a las tropas yankis contra chinos y coreanos en octubre de 1950. Lo que el imperio pretende ahora es enviarlos a luchar contra sus hermanos venezolanos, ecuatorianos y otros pueblos bolivarianos y del ALBA, para aplastar la Revolución Venezolana, como trataron de hacer con la Revolución Cubana en abril de 1961.

Durante más de un año y medio, antes de la invasión, el gobierno yanki promovió, armó y utilizó las bandas contrarrevolucionarias del Escambray, como hoy utiliza a los paramilitares colombianos contra Venezuela.

Cuando el ataque de Girón, los B-26 yankis tripulados por mercenarios operaron desde Nicaragua, sus aviones de combate eran transportados hacia la zona de operaciones en un portaaviones, y los invasores de origen cubano que desembarcaron en aquel punto venían escoltados por buques de guerra y la infantería de marina de Estados Unidos. Hoy sus medios de guerra y sus tropas estarán en Colombia, no sólo como una amenaza para Venezuela sino para todos los Estados de Centro y Suramérica.

Es realmente cínico proclamar que el infame acuerdo es una necesidad de la lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo internacional. Cuba ha demostrado que no se necesitan tropas extranjeras para evitar el cultivo y el tráfico de drogas y mantener el orden interno, a pesar de que Estados Unidos, la potencia más poderosa de la tierra, promovió, financió y armó durante decenas de años las acciones terroristas contra la Revolución Cubana.

La paz interna es prerrogativa elemental de cada Estado; la presencia de tropas yankis en cualquier país de América Latina con ese propósito es una descarada intervención extranjera en sus asuntos internos, que inevitablemente provocará el rechazo de su población.

La lectura del documento demuestra que no sólo las bases aéreas colombianas se ponen en manos de los yankis, sino también los aeropuertos civiles y en definitiva cualquier instalación útil a sus fuerzas armadas. El espacio radioeléctrico queda también a disposición de ese país portador de otra cultura y otros intereses que nada tienen que ver con los de la población colombiana.

Las Fuerzas Armadas norteamericanas disfrutarán de prerrogativas excepcionales.

En cualquier parte de Colombia los ocupantes pueden cometer delitos contra las familias, los bienes y las leyes colombianas, sin tener que responder ante las autoridades del país; a no pocos lugares llevaron los escándalos y las enfermedades, como hicieron con la base militar de Palmerola, en Honduras. En Cuba, cuando visitaban la neocolonia, se sentaron a horcajadas sobre el cuello de la estatua de José Martí, en el Parque Central de la Capital. La limitación relacionada con el número total de soldados puede ser modificada por solicitud de Estados Unidos, sin restricción alguna. Los portaaviones y barcos de guerra que visiten las bases navales concedidas llevarán cuantos tripulantes requieran, y pueden ser miles en uno solo de sus grandes portaaviones.

El Acuerdo se extenderá por períodos sucesivos de 10 años, y nadie puede modificarlo sino al final de cada período, advirtiéndolo un año antes. ¿Qué hará Estados Unidos si un gobierno como el de Johnson, Nixon, Reagan, Bush padre o Bush hijo y otros similares, recibe la solicitud de abandonar Colombia? Los yankis fueron capaces de derrocar decenas de gobiernos en nuestro hemisferio. ¿Cuánto duraría un gobierno en Colombia si anunciara tales propósitos?

Los políticos de América Latina tienen ahora ante sí un delicado problema: el deber elemental de explicar sus puntos de vista sobre el documento de anexión. Comprendo que lo que ocurre en este instante decisivo de Honduras ocupe la atención de los medios de divulgación y los Ministros de Relaciones Exteriores de este hemisferio, pero el gravísimo y trascendente problema que tiene lugar en Colombia no puede pasar inadvertido por los gobiernos latinoamericanos.

No albergo la menor duda sobre la reacción de los pueblos; sentirán el puñal que se clava en lo más profundo de sus sentimientos, en especial el de Colombia: ¡se opondrán, jamás se resignarán a tal infamia!

El mundo enfrenta hoy graves y urgentes problemas. El cambio climático amenaza a toda la humanidad. Líderes de Europa casi imploran de rodillas algún acuerdo en Copenhague que evite la catástrofe. Presentan como realidad que en la Cumbre no se alcanzará el objetivo de un convenio que reduzca drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero. Prometen proseguir la lucha por alcanzarlo antes de 2012; existe riesgo real de que no pueda lograrse antes de que sea demasiado tarde.

Los países del Tercer Mundo reclaman con razón a los más desarrollados y ricos cientos de miles de millones de dólares anuales para costear los gastos de la batalla climática.

¿Tiene algún sentido que el gobierno de Estados Unidos invierta tiempo y dinero en construir bases militares en Colombia para imponer a nuestros pueblos su odiosa tiranía? Por ese camino, si un desastre amenaza al mundo, un desastre mayor y más rápido amenaza al imperio, y todo sería consecuencia del mismo sistema de explotación y saqueo del planeta.









Fidel Castro Ruz
Noviembre 6 de 2009
10 y 39 a.m.