Teresa Melo, Premio Nacional Nicolás Guillén y Coordinadora del Encuentro de Poetas del Caribe y el Mundo, como parte de la Fiesta del Fuego que se iniciará mañana, leyó las palabras condenatorias del golpe que convirtió un apacible domingo hondureño en una pesadilla.
En nombre de los bardos cubanos, Melo expresó la confianza en que se cumplirá la máxima del intelectual santiaguero Joel James de que un mundo mejor no solo es posible, sino inevitable.
Por su parte, la poeta hondureña Maida Oyuela agradeció el gesto de los cubanos y rememoró tristemente los días de su infancia en los años 80 del siglo pasado cuando saludaba con ingenuidad el paso de los aviones militares por el cielo de Tegucigalpa.
Dijo que uno de los primeros derechos cortados por los golpistas ha sido el de la información y la libre expresión, con muchos periodistas desaparecidos.
No vamos a rendirnos ni a ceder ante las tenebrosas intenciones de los vendepatrias que han sumido a Honduras en la oscuridad, afirmó Oyuela.
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