lunes, 15 de diciembre de 2008

Boxeadores cubanos siguen invictos en Copa del Mundo

El crucero Osmany Acosta fue uno de los que silenció al graderío de la sala Megasport.


Los ocho púgiles antillanos disputarán los títulos de sus divisiones. La Isla es el país más representado en la final, mientras los anfitriones rusos tienen solo cuatro aspirantes

La escuadra cubana de boxeo continúa imbatible en la I Copa del Mundo con sede en Moscú, pues sus ocho integrantes sortearon con éxito las semifinales y hoy intentarán encaramarse en lo más alto del podio.

Fue el minimosca Yampier Hernández, medallista de bronce olímpico, quien inició la senda victoriosa en la velada semifinal de este sábado. El capitalino venció con autoridad (13-3) al peligroso kazajo Birzhan Zhakipov.

Luego, el mosca Andry Laffita y el gallo Yankiel León, subcampeones en Beijing, continuaron por el buen camino, aunque este último fue muy acosado por su rival.

El vueltabajero Laffita logró imponerse sin muchos problemas por 14-6 al indio Jitender Khumar. Sin embargo, el tunero Yankiel necesitó el conteo general de golpes para doblegar a Akhil Chumar, también de la India, tras un empate a cuatro golpes en los asaltos reglamentarios.

Más tarde, el pluma capitalino Idel Torriente aventajó a otro indio, Lalit Lakra, por puntuación de 6-3.

Otros que se colocaron a un paso del trono fueron el ligero welter pinareño Roniel Iglesias y el welter santiaguero Carlos Banteur, premiados con bronce y plata, respectivamente, en la más reciente cita estival.

El jovencito Iglesias dejó sin opciones al anfitrión Alexander Ivanov, con un éxito de 18-6, en tanto Banteur fue mucho para el alemán Jack Culcay Khet, a quien venció 15-4.

Finalmente, el crucero Osmay Acosta y el superpesado Robert Alfonso también silenciaron el graderío de la sala Megasport y se convirtieron en finalistas de sus respectivas divisiones.

Según refleja el sitio web del evento, Osmay venció de forma contundente al anfitrión Roman Masalimov (21-3), en tanto Robert lo imitó con otra abultada pizarra de 11-4 frente a Niyas Fayzullin. Así, tomó desquite de un hombre que ya lo había vencido con anterioridad.

De tal manera, Cuba será el país más representado en la final, mientras los dueños de casa se quedaron con solo cuatro aspirantes, tras ceder sorpresivamente el campeón mundial de los 54 kilos Sergey Vodopianov.

En la lucha por los fajines, Yampier tendrá hoy un duro pleito ante el filipino Henry Tanamor, subtitular mundial el pasado año. El primer encontronazo con los rusos lo tendrá Laffita, cuando tope a continuación con Misha Aloyan.

A seguidas, Yankiel se medirá con el moldavo Veaceslav Gojan, Torriente con el chino Quin Hu, Roniel con el mongol Munkh Erdene Uranchimeg y Banteur con el letón Dmitrys Sostaks.

Por último, Osmay enfrentará al ucraniano Oleksandr Usyk y Robert al croata Marko Tomasovic.

Se inician los debates en el Congreso cederista

José Ramón Machado Ventura instó a ser flexibles en el trabajo de la organización y a desplegar una labor más individualizada en cada CDR.

En la labor de la organización hay que cambiar métodos y estilos de trabajo. El enfrentamiento al enemigo es en esencia el mismo, pero la situación actual exige mayor combate ideológico, se evidenció en el debate. Envió Raúl carta a los delegados

«Me mantendré muy al tanto del desarrollo y resultados de este Congreso. Un fuerte abrazo a todos». Fueron las palabras de despedida de la misiva que el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz, hizo llegar a quienes tomaron parte en el VII Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), cuya apertura tuvo lugar este sábado en el capitalino Palacio de las Convenciones.

El miembro del Buró Político y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado Ventura, dio lectura a la breve carta de Raúl, quien se encuentra realizando una visita oficial a la República Bolivariana de Venezuela, para luego asistir a la Cumbre de América Latina y el Caribe que se celebrará en Salvador de Bahía, Brasil.

En su mensaje, Raúl recordó que la defensa de la Revolución sigue siendo la tarea principal de la organización de masas que nació hace más de 48 años, fundada por Fidel. Resultó emotivo ese momento del acto inaugural en el cual estuvieron Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Estado; Carlos Lage Dávila, vicepresidente del Consejo de Estado y secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros; otros miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central del Partido, así como dirigentes de organizaciones políticas y de masas.

Dos símbolos colocados en el escenario acompañaron la primera jornada en plenaria: la boina usada por Fidel en el acto central por el quinto aniversario de los Comités; y una réplica del yate Granma entregada por Raúl a la organización de masas en ocasión del aniversario 45 de la misma. En las palabras de apertura del Congreso, el coordinador nacional de los CDR, Juan José Rabilero Fonseca, expresó que los ciclones no pudieron impedir al pueblo cubano la celebración de su magna cita, y resaltó la solidaridad, altruismo y el ejemplo que la Isla ha dado al mundo mientras se recupera de la destrucción provocada por tres meteoros.

«Ello solo es posible —afirmó Rabilero— en una sociedad como la nuestra, donde a pesar del bloqueo se lucha por conquistar toda la justicia».

El Coordinador Nacional hizo alusión al informe central del VII Congreso, donde se hace un recuento de lo realizado por la organización desde la cita anterior. Entre las prioridades de trabajo, el dirigente mencionó la labor preventiva con las familias, la lucha contra el delito y las indisciplinas sociales, las labores en la producción de alimentos, el ahorro, el proceso eleccionario del Poder Popular y la preparación para la defensa, entre otras tareas.

Rabilero no pasó por alto que la organización necesita un mejor funcionamiento de la política de cuadros, una emulación más sistemática y un fortalecimiento de la vigilancia nacional revolucionaria. Particularmente sobre ese último desafío comentó que no puede descuidarse el trabajo.
Voces en el plenario

Diversas reflexiones fueron compartidas en la primera jornada de plenaria. Carlos Alberto Martínez, coordinador de una zona en el municipio capitalino de La Habana del Este, señaló que los CDR han constituido uno de los mayores aportes de Fidel a la lucha revolucionaria, y ofreció detalles de la labor desplegada en su territorio, donde había jóvenes desvinculados del trabajo, muchachas proclives a la prostitución, numerosas ilegalidades e indisciplinas sociales.

En esa zona, donde apenas se hacía guardia cederista, comenzaron a revertirse las situaciones adversas mediante un intenso trabajo con las personas. Se redujo el número de desvinculados y se activó la vigilancia revolucionaria. «Si la base del problema es ideológica —apreció el delegado— la solución tiene que ser ideológica, no represiva, y así se hizo».

De la provincia de Sancti Spíritus, Osmany Lorenzo Rodríguez, coordinador de un municipio, rebatió el criterio de quienes plantean que no hace falta hacer guardia porque en sus barrios «no pasa nada». «Eso expresa falta de compromiso e incapacidad para llevar a la gente al combate. En el pueblo no falta espíritu de vigilancia. No olvidemos que es el mismo pueblo que ha acompañado a sus dirigentes desde el Moncada hasta acá».

Los jóvenes tomaron la palabra en más de una oportunidad. Una muchacha tierna habló de crear conciencia, de llegar al alma de las generaciones nuevas. Recordó más de una heroicidad acometida por la juventud; pidió no olvidar que Fidel era joven cuando emprendió la Revolución; y abogó por hacer, más que hablar, y por confiar en los nuevos, que no dejarán caer la Revolución.

Otra idea expresada por ella desató la ovación: En estos momentos el combate no consiste en tomar las armas, sino en dar buenas clases en un aula o en ser mejores médicos, mientras se da todo por el bienestar de nuestro pueblo.

El primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Julio Martínez Ramírez, patentizó el compromiso de la organización de vanguardia de la juventud cubana con los CDR, y enumeró acciones desplegadas de conjunto en la comunidad.

Se han identificado, dijo, temas importantes relacionados con la atención a las nuevas generaciones. Recordó que hay niños que desde que nacen, necesitan una atención diferenciada. Sobre los desvinculados del trabajo y del estudio comentó que siempre será mejor adelantarse a esa realidad, prevenirla. Reconoció, además, que sin los CDR sería muy difícil lograr en los más jóvenes la formación integral de valores que la sociedad demanda.

Muchos debates de la juventud, afirmó Julito, tienen lugar en espacios informales, en el barrio, ámbito ideal para encauzar motivaciones y encontrar opciones con las cuales ocupar el tiempo libre. ¿Cómo lograr que los CDR sean atractivos y que nuestra juventud sienta que esa organización es imprescindible para la continuidad de la Revolución?, indagaba el Primer Secretario de la UJC, quien además hizo énfasis en las reservas que entraña el trabajo creativo y mancomunado de los Comités, de la UJC y de otras estructuras con las que cuenta el país.

Un cederista humilde recordó algunos pasajes de su vida antes de 1959. Seguidamente, Esteban Lazo Hernández meditó: «Nunca se puede olvidar la memoria histórica; qué recibimos del capitalismo; cuánto ha podido hacer el socialismo en nuestra Patria por los humildes, a pesar del bloqueo. Esa comparación es el corazón de la lucha ideológica. Es muy importante ese recuerdo. No puede haber trabajo ideológico si no se comparan los dos momentos de la historia».
Sumar

En la fortaleza que entrañan los Comités de Defensa de la Revolución está también el desafío. Se trata de una organización que abarca y funciona para todos; por tanto su esencia es sumar gente, aunar voluntades. No es algo que pueda lograrse por decreto, menos ahora cuando el panorama social de la Isla se ha complejizado.

«Esta es una organización de masas. La actividad nuestra es captar; y no lo vamos a resolver con un papel ni con una orientación», reflexionó José Ramón Machado Ventura en la Comisión sobre vigilancia y combatividad revolucionaria.

El Primer Vicepresidente cubano aludió a la necesidad de ser flexibles en el trabajo cederista y desplegar una labor más individualizada en cada CDR. Para buscar resultados, comentó, podrán hacerse múltiples gestiones, pero si no disminuyen las indisciplinas sociales y el delito, de poco habrán valido los empeños, y habrá que pensar entonces que, si antes se convocaba a una reunión para resolver un problema, ahora será preciso conversar persona a persona para superarlo.

«Debemos dar la batalla. No renunciar a ella, pues somos mayoría, y porque hay gente que no es que estén contra nosotros, pero sí están necesitados de que se les llegue, de que se les expliquen las razones por las cuales deben sumarse a la batalla», expresó Machado.

Muchas ideas fueron compartidas por los delegados que tomaron parte en la Comisión de vigilancia y combatividad revolucionaria. Entre otras reflexiones se dijo que velar por la tranquilidad revolucionaria es un deber de todos y una actitud en la cual nos estamos jugando la fortaleza de la Revolución.

Un coordinador municipal de Guantánamo afirmó que la vigilancia es el talón de Aquiles de los CDR, pero que no todos los cederistas hacen la guardia. Otro delegado de Manzanillo destacó que los Comités son una organización amiga, y que el barrio debe ganar la batalla por la disciplina.

La política de cuadros ocupó parte de los análisis. Al respecto José Ramón Machado Ventura pidió no encasillarla dentro de un esquema, y abogó por promover a los idóneos, sin descuidar un equilibrio entre el nivel de instrucción y las cualidades que debe poseer quien dirija.

El funcionamiento de los CDR, el trabajo político-ideológico, las tareas de apoyo a la economía y los servicios, el aporte al programa alimentario, y la labor con las nuevas generaciones, fueron temas que motivaron los análisis en otras comisiones. Al cierre de esta edición, continuaban los debates en sesión plenaria.

Afirma Raúl Castro que el ALBA crece sin renunciar al sueño unitario

La Habana, 14 dic.- Palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura de la IX Comisión Mixta Cuba-Venezuela y al ser condecorado con la Orden del Libertador y recibir la Réplica de la Espada de Simón Bolívar, de manos del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías. (AIN).

Compañero Hugo Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Compañero Ramón Carrizales, Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Integrantes de las delegaciones de Cuba y Venezuela:

Se acaban de cumplir 8 años de la firma por el Presidente Chávez y el compañero Fidel del Convenio Integral de Cooperación entre Venezuela y Cuba, que marcó el punto de partida para un tipo de relaciones totalmente diferentes entre los pueblos latinoamericanos.

El impacto político, económico y social de ese acto se vería luego potenciado por el éxito de las misiones sociales iniciadas en el año 2003.

Esa decisión mostraba un nuevo camino a seguir entre dos países hermanos de la región, a la vez que elevó a un plano superior nuestros vínculos de cooperación y sirvió de fundamento para la firma, en diciembre de 2004, del Acuerdo y la Declaración Conjunta para la Aplicación de la Alternativa Bolivariana para Nuestra América.

Con justeza, esos documentos podemos considerarlos hoy como los antecedentes fundacionales del ALBA y aquel encuentro, su primera Cumbre.

Alienta confirmar que, durante los 8 años transcurridos, el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela muestra un crecimiento sostenido y sus proyectos resultan cada vez de mayor impacto y complejidad.

Un solo ejemplo. Ocho años atrás, había en Venezuela un millón 600 mil analfabetos. Hoy Venezuela está reconocida por la UNESCO como país libre de analfabetismo.

Debemos trabajar ahora con celeridad para concluir los proyectos en ejecución. Resulta imprescindible identificar, como lo estamos haciendo, aquellos obstáculos que pueden demorar la consecución de los objetivos propuestos.

Compañero presidente Chávez;

Compañeras y compañeros:

El ALBA es una forma superior de asociación de nuestros países, un instrumento para que las naciones de América Latina y el Caribe puedan hacer frente al neoliberalismo, a la crisis y puedan transitar hacia sociedades más justas y equitativas.

El ALBA crece sin renunciar a una sola idea del sueño unitario de solidaridad y justicia para todos. Ayer fuimos dos, hoy somos seis, mañana seremos más.

Petrocaribe, fundado en el espíritu solidario de Venezuela, así como otras iniciativas de cooperación basadas en similares principios, se erigen como ejemplos de que un mundo mejor es posible.

En esas circunstancias, cuando como patriotas latinoamericanos y caribeños nos esforzamos para conseguir un día la unidad de todas nuestras naciones, recuerdo las palabras inspiradas de aquel joven soldado bolivariano, que acompañado por Fidel llegó hace exactamente 14 años a la Universidad de La Habana para decirnos:

“El siglo que viene, para nosotros, es el siglo de la esperanza; es nuestro siglo, es el siglo de la resurrección del sueño bolivariano, del sueño de Martí, del sueño latinoamericano”.

Compañero y hermano Chávez: tus premonitorias palabras comienzan a cumplirse; los sueños de ayer comienzan a hacerse realidad.

Agradecemos, a nombre de nuestro pueblo, la solidaridad generosa, tuya y de tu pueblo, con la Revolución cubana. Si hemos podido dejar atrás los años más duros del Período Especial, cuando resistimos solos la crisis económica y el bloqueo recrudecido, ello se debe no solo a nuestra unidad y espíritu de resistencia, sino también al decisivo apoyo recibido de la Venezuela bolivariana.

Igualmente agradecemos tu cariño y respeto por Fidel. Tu prédica constante a favor de la unidad de nuestros pueblos. Tu sentido de la dignidad y el decoro.

Te felicitamos a ti y al pueblo bolivariano, por la victoria obtenida en las recientes elecciones regionales. Les deseamos éxito en las nuevas batallas por venir. Les recordamos que de la victoria de Venezuela depende en gran medida la victoria en América Latina y el Caribe.

Mi admiración y amor por Venezuela y Cuba han marchado unidos desde que, siendo joven, tomaron forma en mi mente las ideas de Patria y hermandad.

No soy una excepción, ese sentimiento lo comparto con millones de mis compatriotas. Ha arraigado profundamente en el corazón de ambos pueblos durante dos siglos de anhelos, rebeldías y luchas comunes; de solidaridad y compromiso con la obra inconclusa de los próceres de la independencia americana.

Los cubanos sentimos a Bolívar nuestro, como Martí se consideró siempre hijo y humilde servidor de Venezuela.

Como él, no llegamos a esta tierra hermana pensando en recibir honores, sino para rendir tributo a un pueblo que ha estado junto a Cuba en cada momento difícil, esos que prueban a los amigos verdaderos.

Recuerdo cuánto nos angustió en 1958, mientras luchábamos en las montañas del Oriente cubano, la posibilidad de que se malograra el hermoso momento que vivía este querido pueblo.

Entonces escribí en mi diario de campaña:

“Domingo 7 de septiembre de 1958.— En Venezuela hubo hoy conato de golpe de Estado, sería terrible que a Venezuela, la natural aliada nuestra en las luchas futuras, a favor de la liberación económica y plena soberanía de la América Latina. Ojalá pueda sostenerse hasta que nosotros conquistemos la libertad para ayudarnos mutuamente.

El pueblo en magnífico avance contra las balas tomó la estación de policía.”

Viene a mi memoria también lo ocurrido en los primeros días de junio de 1953. Acababa de cumplir 22 años y llegué a Caracas desde el puerto de La Guaira, donde hizo escala, después de tocar tierra en Curazao, el barco en que regresé a Cuba desde Europa, luego de asistir a un congreso juvenil.

Me acompañaron dos jóvenes revolucionarios guatemaltecos: Bernardo Lemus y Ricardo Ramírez; el primero llegó a ser un brillante profesor de economía, asesinado en la plenitud de su vida por la tiranía que oprimía a su país; el segundo después fue en su patria el comandante guerrillero Rolando, también ya fallecido.

Consecuentes con el ejemplo martiano, sin sacudirnos el polvo del camino llegamos directamente ante la estatua del Libertador. Faltaban menos de dos meses para el asalto al Moncada.

Cincuenta y cinco años después, con gran satisfacción he vuelto a esta tierra hermana para ante todo rendir homenaje a Bolívar y más aún ratificar el compromiso de hacer realidad sus sueños para Nuestra América.

Retorno con ese espíritu, convencido de que mucho de lo que Bolívar empezó aún está por hacer, y de que nos corresponde a nosotros, y a nuestros hijos y nietos, asumirlo.

Reitero, junto a Fidel, la máxima martiana, síntesis del sentimiento de todos los cubanos: “Déme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo”.

Camagüey a las puertas del Almacén de la Imagen

Camagüey, 15 dic.- El evento " El Almacén de la Imagen", convocado por la representación camagüeyana de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de jóvenes creadores, se efectuará entre el 18 y el 21 del actual diciembre.

Después de una necesaria postergación de su convocatoria original, provocada por los azotes de los huracanes Ike y Paloma, regresa ahora con la premisa de seguir siendo puntera entre ese tipo de acción cultural en el país.

La convocatoria contempla ocho géneros en las especialidades de: documentales, ficción, video arte y experimental, animación, promocionales, variados y animados.

En total, cien materiales se someterán al análisis de los jurados actuantes que elegirán los envíos más sobresalientes en: guión, fotografía, edición, banda sonora, dirección de arte y música original. Como es costumbre, otorgará el lauro principal del evento: el Cinema, del Centro Provincial de Cine de Camagüey.

Paralelamente, se entregarán otros galardones, como el Claqueta de Televisión Camagüey; el Riccioto Canudo, del Movimiento de Cine Clubes y el de la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. (Yolanda Ferrera Sosa/ Radio Cadena Agramonte).

Homenaje de Raúl a Bolívar

«Sin quitarse el polvo del camino», como hiciera Martí y luego Fidel, el Presidente cubano rindió homenaje al Libertador de América, Simón Bolívar, en la Plaza que lleva su nombre, en Caracas, capital de la hermana República Bolivariana de Venezuela. Transmitió un saludo al pueblo venezolano

CARACAS, Venezuela.— Les traigo un saludo a todos los venezolanos, y un abrazo del pueblo cubano y del Jefe de la Revolución, el compañero Fidel Castro Ruz.

Fue este el primer mensaje que regaló el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, para cumplimentar una invitación de su homólogo, el Comandante Hugo Chávez Frías, desde la misma pista del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, apenas unos 30 minutos después de su llegada a la hermana República Bolivariana de Venezuela.

Acompañado por el mandatario venezolano, Raúl fue hasta donde se encontraba la prensa nacional y extranjera acreditada aquí, y con la naturalidad que lo caracteriza, saludó a las «muchachas y los muchachos» que allí estábamos para dejar testimonio de lo que ya es una visita histórica, en un momento muy especial para las revoluciones y los pueblos de Cuba y Venezuela.

No hubo tiempo para preguntas, pero en sus breves palabras al pueblo venezolano, respondió la interrogante que muchos queríamos hacerle, toda vez que, en los últimos 15 o 20 días, el jefe de Estado venezolano se encargó de anunciarle a esta hermana nación y al mundo la inminente visita de Raúl, en lo que sería su primer viaje al exterior, luego de su elección como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en febrero último.

Entonces, Chávez dijo más de una vez que el mandatario cubano vendría a Venezuela, tal como lo hizo el Jefe de la Revolución Cubana, en enero de 1959, apenas unos días después del triunfo revolucionario.

Estoy en Venezuela, una vez más, nos dijo Raúl. Después de aquella primera visita, hace poco más de 55 años, regresó en el año 59. «Yo vine aquí hace 55 años, entonces era un estudiante y, siguiendo las enseñanzas de Martí, por la estrecha carreterita que existía antes, llegamos a Caracas y, antes de hacer nada, fuimos a rendirle honores al Libertador Simón Bolívar».

Hoy haremos lo mismo, anunció. Y así sucedió al mediodía de este sábado. Hasta la Plaza Simón Bolívar, enclavada en Caracas, ciudad capital de este hermano pueblo, llegó Raúl, sin quitarse el polvo del camino, como lo hiciera nuestro Apóstol José Martí, y luego el compañero Fidel, para rendirle honores al Libertador de América.

Una vez allí, fue hasta la estatua ecuestre de Bolívar, ubicada en el centro de la Plaza de igual nombre, un monumento y un sitio emblemáticos en la historia patria de Venezuela, y colocó una ofrenda floral en tributo a uno de los más grandes hombres de nuestro continente.

En su breve recorrido por el lugar, saludó a los caraqueños que, de manera espontánea, se congregaron en los alrededores de la Plaza, y que ya le habían dado una segunda bienvenida, igualmente cálida, con sus gritos de ¡Viva Cuba! ¡Viva el Presidente Raúl! ¡Viva Fidel! ¡Viva la Revolución Cubana!

Similares muestras de respaldo a Cuba y lo que ella representa, no solo para Venezuela, sino para el continente y el mundo, recibió cuando la comitiva presidencial hizo una parada en uno de los puntos rojos que ha instalado el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en Caracas, para promover la recolección de firmas en apoyo a la enmienda constitucional que permita la reelección continua del Presidente.
Bienvenido a tu patria, Raúl

A las 11 de la mañana de este sábado, aterrizó el avión de Cubana que trajo al General de Ejército Raúl Castro Ruz, a la hermana Venezuela.

Apenas 15 minutos después, ambos mandatarios se fundieron en un cálido y sincero abrazo, al pie de la escalerilla del avión, y con ello se hizo realidad el «sueño posible» de Chávez de que Raúl aceptara su invitación, y la voluntad expresa de Raúl de «repetir la historia», en alusión a la visita que realizó en 1959, el compañero Fidel, líder de la joven triunfante Revolución Cubana.

De tal suerte, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez Frías, le dio a Raúl, una vez más, «la más fervorosa bienvenida a ti, gran impulsor de la gran Revolución Cubana».

Visiblemente emocionado, confesó a Raúl que para él y su pueblo constituye un gran honor recibirlo en visita oficial.

«Te recibimos, y en ti recibimos también a Fidel y al pueblo cubano, a los guerrilleros de la Sierra Maestra, y a los 50 años de la Revolución cubana —ejemplo para todos estos pueblos que siguen por los caminos de Martí y de Bolívar», expresó Chávez en otro momento. «Bienvenido a tu Patria, Raúl», concluyó.
Sostienen conversaciones oficiales

En horas de la tarde, en el Palacio de Miraflores, los presidentes de Cuba y Venezuela sostuvieron conversaciones oficiales, las cuales transcurrieron en el ambiente de hermandad y confianza mutuas que caracteriza las relaciones entre los gobiernos y pueblos de las patrias de Simón Bolívar y José Martí.

Ambos mandatarios expresaron su profunda satisfacción por el constante crecimiento de los vínculos políticos, sociales y económicos, que tantos beneficios ya reportan a los dos países y cuyas perspectivas futuras son aún más halagüeñas.

Raúl transmitió al líder bolivariano, en nombre del compañero Fidel y de todos los cubanos, el más cálido saludo, a él y a todo el pueblo venezolano, así como reiteró el agradecimiento por la ejemplar solidaridad hacia Cuba de la hermana nación sudamericana.

Chávez, por su parte, destacó la decisiva contribución de los especialistas cubanos de la salud, la educación y otras muchas ramas, para convertir cada vez más en realidad el principal objetivo de la Revolución Bolivariana: elevar la calidad de vida del pueblo y especialmente de los venezolanos más humildes.
Honor a quien honor merece

Otro de los momentos memorables de la visita oficial de Raúl a la hermana Venezuela, fue el homenaje a Bolívar en el Panteón Nacional, sitio sagrado de la historia patria de esta nación.

En una tarde radiante, llena de luz y esperanza, que pareció una bendición a los nobles propósitos que unen a los pueblos cubano y venezolano, Raúl llegó al Mausoleo donde reposan los restos del Libertador Simón Bolívar, desde el 8 de octubre de 1876.

Allí rindió honor a quien honor merece, por su entrega total a la independencia de América. Acompañado por Chávez, Raúl hizo guardia de honor y recorrió el sitio donde está ubicada el arca de bronce que acoge las cenizas de Bolívar.

Fue en el Panteón donde el Presidente cubano recibió las llaves de la ciudad de Caracas, de manos de Jorge Rodríguez, Alcalde del municipio Libertador.

Instante sublime, íntimo, conmovedor fue también cuando la Orquesta Sinfónica Infantil de Venezuela regaló a Raúl y a Chávez un popurrí de la mejor música tradicional cubana, que iniciaron con La Guantanamera.

A petición del Jefe de Estado venezolano, los niños y adolescentes que integran este hermoso proyecto de la Revolución Bolivariana, tocaron Alma Llanera, una de las más emblemáticas piezas del folclor de este país.

Raúl felicitó a los jóvenes y al director de la orquesta por el exquisito regalo que acababan de hacerle, y con su característico desenfado a la hora de dialogar con los niños, les contó acerca de su primera visita a Venezuela cuando era estudiante, hace 55 años.

Venezolanos y venezolanas de todas las edades, en lo fundamental gente de pueblo beneficiada con las misiones sociales de la Revolución Bolivariana, dieron una entusiasta bienvenida a los dos presidentes.

En esta primera visita oficial a Venezuela, el Presidente cubano está acompañado por el vicepresidente del Consejo de Ministros Ricardo Cabrisas, el canciller Felipe Pérez Roque, el ministro para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica, Rodrigo Malmierca, y por el diputado Osvaldo Martínez, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional del Poder Popular y director del Centro de Estudios de la Economía Mundial. También lo acompaña Germán Sánchez Otero, embajador de la Isla en Caracas, entre otros.