jueves, 8 de enero de 2009

De nuevo en Ciudad Libertad, medio siglo después

A su destino final, la capital de la República, llegó la Caravana de la Victoria, e igual que hace 50 años, el epílogo es escrito en el entonces Campamento de Columbia, hoy Ciudad Escolar Libertad.

En el polígono de lo que fue el principal bastión militar de la tiranía batistiana, una multitud dio la bienvenida a los participantes en la etapa final de este viaje, iniciado en Santiago de Cuba el viernes último para reeditar, con relevos en cada territorio, aquel otro de Fidel y sus huestes en enero de 1959.

Pioneros, estudiantes, jóvenes trabajadores y combatientes son protagonistas de tan memorable repaso a la historia, que cierra con esta celebración del aniversario 50 de la entrada a La Habana del Ejército Rebelde y su Comandante en Jefe.

Momentos inolvidables de aquel ocho de enero de 1959, también fueron recordados este jueves por los capitalinos en la cervecería Guido Pérez, del Cotorro, en el otrora Palacio Presidencial -hoy Museo de la Revolución- y el Instituto Cubano de Radio y Televisión. (AIN)

Rescatan en Camagüey taller de grabado

El artista camagüeyano Agustín Bejarano imparte, en esta ciudad, un seminario para la reapertura de un taller de grabado, lo que reactivará una especialidad casi desaparecida de la plástica en la provincia.

Bejarano fue el director fundador de la anterior institución similar, desactivada en la anterior década, tras radicarse en La Habana.

Pintor y grabador, donó una prensa, tintas, planchas metálicas y demás medios destinados al taller, ubicado en la galería Alejo Carpentier, de la capital provincial.

Unos 15 creadores participan en el curso de adiestramiento, basado principalmente en la calcografía, vertiente con la cual comenzará el funcionamiento de la instalación.

Es un proyecto para incentivar y dinamizar el grabado en Camagüey y abrirle una nueva plaza en Cuba, dijo a la AIN Bejarano, quien subrayó que esa expresión constituye uno de los nutrientes de su lenguaje pictórico, influido también por el diseño gráfico y la escenografía.

Hasta fines del actual mes permanecerá en la galería una exposición de obras del autor basadas en la técnica mixta.

El grabado consiste en transferir, a superficies como cartulina y tela, imágenes logradas mediante instrumentos cortantes, punzantes o proceso químicos, en metal, madera, piedra, acrílico y linóleo, entre otros materiales.

Según las investigaciones, tuvo su origen hace unos mil 900 años en China con la xilografía, procedimiento que utiliza la madera. (AIN)

Raúl y Correa sostienen conversaciones oficiales

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y el Excelentísimo Señor Rafael Correa Delgado, Presidente de la República del Ecuador, sostuvieron conversaciones oficiales en la mañana de este jueves, en el Palacio de la Revolución, como parte de la visita oficial que realiza a nuestro país el Jefe de Estado de la hermana nación sudamericana.

En el ambiente de amistad, comprensión y respeto mutuos que caracteriza las relaciones entre los dos países, los mandatarios dieron continuidad a la cordial y extensa conversación sobre variados temas que ambos sostuvieron en Brasil, en ocasión de las Cumbres que allí tuvieron lugar el pasado mes de diciembre.

Raúl y Correa expresaron su satisfacción por la buena marcha de las relaciones bilaterales, basadas en la solidaridad, la colaboración y el beneficio mutuo. Coincidiendo en la importancia de continuar acrecentando los vínculos entre Cuba y Ecuador en diferentes campos.

También abordaron diversos temas de interés regional y global. Intercambiaron criterios acerca de la situación internacional, en especial sobre la actual crisis económica mundial y sus consecuencias, a las que se suman las derivadas del cambio climático. (AIN)

Estamos honrados de pisar esta tierra repleta de dignidad

Afirmó Rafael Correa al arribar ayer a La Habana

Miriela Fernández Lozano

Foto: AINNos sentimos muy contentos de estar en la hermana República de Cuba, celebrando con ustedes los 50 años de la Revolución, junto al heroico pueblo cubano. Estamos honrados de pisar esta tierra repleta de solidaridad, de latinoamericanismo, de dignidad.

Así expresó en breves declaraciones a la prensa Rafael Correa, Presidente de Ecuador, a su llegada, en la noche de ayer, a la capital cubana, en cumplimiento de una invitación del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Al filo de las 10:40 p.m. y bajo una incesante lluvia, Correa fue recibido en el aeropuerto internacional José Martí por Rodrigo Malmierca, ministro cubano para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica, y el vicecanciller Alejandro González.

En esta primera visita oficial, que muestra el interés de ambos Gobiernos en continuar el camino ascendente de las relaciones bilaterales y la cooperación, el jefe de Estado ecuatoriano sostendrá conversaciones oficiales con Raúl.

Durante estos tres días, el dignatario será recibido por Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dictará una conferencia magistral en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y tendrá un encuentro con estudiantes de su país en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

Acompañan al mandatario, el canciller ecuatoriano Fander Falconí, los ministros de Educación, Raúl Vallejo; y de Salud, Caroline Chang, entre otros.

En el 2006 Correa visitó la Isla, con motivo del Encuentro Internacional sobre Globalización y Problemas del Desarrollo.

Visita Rafael Correa Memorial José Martí

MIRIELA FERNÁNDEZ LOZANO y RICARDO LÓPEZ HEVIA (FOTO)

Foto: Ricardo López HeviaAl iniciar su agenda de trabajo en Cuba, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, depositó en la mañana de hoy una ofrenda floral en el monumento erigido al Héroe Nacional, José Martí, en la Plaza de la Revolución de la ciudad de La Habana.

El mandatario estuvo acompañado por Rodrigo Malmierca, ministro cubano para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica, y el vicecanciller Alejandro González.

Durante un breve encuentro, Malmierca ofreció a Correa y a su delegación datos sobre lugares de interés históricos que se avistaban desde el Memorial.

Luego el Jefe de Estado ecuatoriano y su comitiva visitaron la institución, que contienen referentes sobre la vida del Apóstol.

En estos tres días de visita oficial, el dignatario será recibido por Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, dictará una conferencia magistral en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y tendrá un encuentro con estudiantes de su país en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

Encabeza Raúl recibimiento oficial a Presidente de Ecuador

IDANIA RODRÍGUEZ ECHEVARRÍA

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, encabezó hoy en el Palacio de la Revolución la ceremonia de recibimiento oficial a Rafael Correa, presidente de Ecuador.

La Unidad de Ceremonia del Estado Mayor General de las FAR rindió honores al visitante, en correspondencia a su alta investidura de jefe de Estado de esa nación.

Estaba presente la delegación que lo acompaña, integrada -entre otros- por el canciller Fander Falconí, los ministros de Educación, Raúl Vallejo; de Salud, Caroline Chang, de Cultura, Galo Mora; y para la Coordinación de la Política, Ricardo Patiño.

Por la parte cubana asistieron los ministros José Ramón Balaguer, de Salud Pública; Yadira García, de la Industria Básica; Abel Prieto, de Cultura, y Rodrigo Malmierca, para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica; Ricardo Cabrisas, vicepresidente del Consejo de Ministros y el canciller Felipe Pérez Roque, entre otros dirigentes.

Posteriormente, ambos presidentes efectuaron conversaciones oficiales. (AIN)

Orquesta La Original de Manzanillo: 45 años de éxito auténtico

La prestigiosa agrupación mantiene una musicalidad que conjuga lo más autóctono de nuestra cubanía con una forma muy propia de cultivar el son

Pachi Naranjo,director de La Original de Manzanillo.
Cuando corría como otros muchos niños por las calles de su natal Manzanillo, detrás del pintoresco órgano llevado sobre la cama de un camión, con su música cadenciosa, no imaginaba el pequeño Wilfredo Naranjo Verdecia que un día fundaría la primera orquesta charanga de esa ciudad, y menos aún, que alcanzaría con esta 45 años de fama, reconocida por los más exigentes bailadores del país y de otros lares.

Tal vez entonces, «Pachi» —así le llamaron siempre— soñaba con alcanzar la gloria como lanzador de béisbol o futbolista goleador; sin embargo, para suerte de Cuba y de la buena música del planeta, debió ceder en aquellas ilusiones, en parte para complacer un pedido familiar, encaminado, quizá, a cimentar sus cualidades como cantante, que a la postre el azar también trastocó.

Hoy son muchas las razones para que la música, los manzanilleros y toda Cuba celebren junto a Pachi Naranjo y los «originales», este cumpleaños de una de las familias más auténticas de la música contemporánea. Su primera actuación pública fue el 21 de diciembre de 1963, en un centro recreativo de la Ciudad del Golfo.

Son reconocidos los triunfos en escenarios nacionales e internacionales de esta agrupación que continúa adelante con igual devoción en su perenne creatividad y, lo más importante, con la capacidad de cultivar —siempre de una manera muy suya— las diversas vertientes de la música popular cubana.

Se trata de una orquesta no solo insignia de Manzanillo y de la provincia de Granma, sino también de la nación, porque, desde que nació, en su musicalidad está presente lo más autóctono de nuestra cubanía y particularmente de la región que bañan las aguas del Guacanayabo, donde prevalece una forma muy propia de cultivar el son, género que los «originales» defienden con peculiar devoción.

Tal celo no es casual. Desde su más temprana infancia Pachi —su líder natural y principal arreglista— ha estado vinculado con la cultura musical de su Manzanillo, ciudad donde también nacieron otros sobresalientes músicos como el inolvidable Carlos Borbolla, quien en el siglo pasado «aplatanó» los grandes órganos de origen francés, al incorporarles un repertorio netamente cubano, haciéndolos sobre todo «sonear».

Pero, la Original expresa, además, la alegría peculiar de los manzanilleros naturales, heredada en buena medida de emigrantes españoles de Andalucía; júbilo popular, que enraizado también con África, se desborda y convierte en torrente arrollador por las calles de la ciudad durante sus tradicionales carnavales, los cuales transmiten igualmente la pasión amorosa de sus trovadores mediante serenatas a la mujer amada o para congratular al buen amigo.

La Original defiende y transmite cubanía, no desde un marco estrecho y elitista, sino desde lo más autóctono de las raíces de su pueblo; por ello su música es recibida siempre con igual desborde de alegría por los cubanos de cualquier rincón de la Isla, más aún si les llega alejados de la patria, e incluso por personas de otras latitudes capaces de disfrutar la buena música, porque esa es la máxima en el repertorio de esta orquesta.

Así lo corroboran los testimonios de compatriotas que han tenido la suerte de compartir sus exitosas actuaciones en numerosos escenarios internacionales.

De ahí que toda Cuba, desde San Antonio a Maisí, ha bailado con la Original, pero también los amantes de la música cubana y latinoamericana durante giras de esta agrupación por escenarios de Alemania, Bélgica, Canadá, Colombia, Costa de Marfil, España, Francia, Holanda, Malí, México, Nicaragua, Panamá, Rusia, Togo y Venezuela.

Muchos han sido los momentos cumbres de la Original a lo largo de cuatro décadas y media de vida artística, desde que sus músicos decidieron un buen día unir talentos, sueños y afanes, cuyo fruto más genuino ha sido el enriquecimiento del cancionero musical cubano y latinoamericano.

Campesinos cubanos reciben ayuda solidaria

La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños trabajó en 2008 en 45 proyectos de cooperación con gobiernos, instituciones y ONG extranjeras

La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) ha trabajado en el año 2008 en 45 proyectos de cooperación con gobiernos, instituciones y organizaciones no gubernamentales extranjeras, mediante los cuales recibió un financiamiento de 9,2 millones de pesos convertibles, informó a JR Mario La O, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales y Proyectos de Cooperación de la organización.

Según reveló el funcionario, de los 45 programas ya se concluyeron 18, y del financiamiento recibido se han ejecutado cinco millones de CUC, inversión que ha sido destinada básicamente a la producción de alimentos.

«Esa cifra se ha puesto en función del desarrollo de la ganadería, fundamentalmente para la producción de leche y ceba de toros, y para el mejoramiento de vaquerías.

«También se ha invertido en la instalación de sistemas de regadío y de casas de cultivo para producir posturas. Todo de acuerdo a la política de colocar el dinero en áreas que puedan aportar un mayor rendimiento, como el Valle de Caujerí, en Guantánamo; Gibara, en Holguín; y Banao, en Sancti Spíritus, que se han beneficiado con ese aporte».

La O informó que después del paso de los ciclones Gustav, Ike y Paloma por nuestro país, la ayuda internacional procedente de instituciones y ONG amigas de Cuba se incrementó, solidaridad que se concretó en 20 proyectos de cooperación, con un financiamiento de 3,3 millones de CUC —adicional a los que ya habíamos recibido— que empezarán a ejecutarse en los meses de enero y febrero.

«Tan pronto como pasaron los huracanes —dijo— varias organizaciones se preocuparon por lo ocurrido en Cuba. Ese dinero se ha empleado también en la recuperación de almacenes, maquinaria, naves para la producción de abono orgánico y de viviendas, porque no se destina solo a restablecer los daños económicos, sino sociales.

«La ANAP tiene relaciones de cooperación con 35 ONG e instituciones que quieren cooperar con el movimiento campesino cubano y brindan aporte financiero, como apoyo al trabajo que desarrolla nuestro Estado, que es el fundamental».

Retornará judoca cubana Yanet Bermoy a su división de 48 Kilos

La estelar deportista reaparecerá en su habitual categoría en el campeonato nacional de judo que se desarrollará del 12 al 18 del presente mes en la cienfueguera sala Guernica

Parecía que sí, pero no. Aunque terminó el 2008 compitiendo en la división de 52 kilogramos, Yanet Bermoy retornará a los 48 kilos, su peso habitual, en el cual ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Beijing.

Así lo confirmó a JR el avezado técnico Ronaldo Veitía, pues se rumoraba que la talentosa judoca se eliminaría en los 52 kg durante el cercano campeonato nacional, previsto del 12 al 18 del presente mes en la cienfueguera sala Guernica.

Según Veitía, en los 52 kg estará ahora la joven Saily Landarón, quien se desempeñaba también en los 48 kg y era una de las fuertes rivales de Bermoy. Además, el prestigioso entrenador elogió a Yaritsa Abel (63 kg), la figura llamada a ocupar la plaza dejada por la legendaria Driulis González.

Las grandes ausentes del tatami en Cienfuegos serán las medallistas de plata en Beijing, Anaisis Hernández (70 kg) y Yalennis Castillo (78 kg), quienes se recuperan de sendas operaciones.

Las competencias individuales para las damas serán los días 12 y 13, mientras una fecha después tendrá lugar el torneo por equipos. El 15 habrá descanso y a continuación se disputarán en dos jornadas las medallas individuales en el certamen masculino, cuya lid por equipos se desarrollará el domingo 18.

Entre los varones, las expectativas crecen en torno a la presumible presencia del bronce olímpico Yordanis Arencibia (66 kg), así como del anfitrión Oreidis Despaigne (100 kg) —bronce mundial en Río de Janeiro 2007— y del monarca panamericano Oscar Braison (+100 kg).

En el 2008 Santiago de Cuba triunfó en el sexo femenino, mientras Ciudad de La Habana se llevó las palmas en la rama masculina. Entonces también hubo acciones en la bella Perla del Sur.

Tabares y Urgellés a un paso de regresar al juego

Los peloteros cubanos cumplen celosamente el tratamiento para recuperarse de sus lesiones e incorporarse pronto al equipo Industriales

Desde hace semanas, los números 14 y 56 se han ausentado de la alineación de Industriales. Pero Yoandry Urgellés y Carlos Tabares, aquejados de lesiones, están ya a punto de retornar al equipo.

«Por lo menos no estoy cojeando, cada día me siento mejor. Si este viernes no tengo molestias, pienso jugar», me dijo el jardinero zurdo.

Su tratamiento, desde que se torció un tobillo al rebasar en carrera la primera almohadilla, ha incluido «mucho hielo, el pie en alto, y ahora ultrasonido, rayos láser y contrastes de agua caliente y fría. También antiinflamatorios y analgésicos».

Urgellés acude a cada juego de los azules, «porque después del tratamiento ansío estar en el dugout, apoyar al equipo. Paso por los pasillos y el público en las gradas me saluda; hago lo posible por recuperarme rápidamente y así agradecer esas muestras de cariño».

En opinión del subcampeón olímpico, «los jóvenes que tenemos se han acoplado, y cuando hay juventud todo tiene que mejorar. Yo también soy joven —27 años y medio—, pero a los novatos les puedo aportar algún consejo».
Buenas noticias

Carlos Tabares se dice portador de buenas noticias: es muy probable su reincorporación a partir de la gira que inician el martes próximo por Camagüey.

«He llevado al pie de la letra las indicaciones de los especialistas, la lesión en un disco de la columna vertebral es vieja —una hernia que me provocó cuatro días de crisis—, pero afortunadamente fue descartada la necesidad de una operación».

De recibir el alta este miércoles, Tabares dedicaría los restantes cuatro días del calendario de Industriales en el Latinoamericano a iniciar su entrenamiento.

«La cosa va bien después de 15 sesiones de cámara magnética, corriente analgésica, dos bloqueos y antiinflamatorios inyectables, además de mucho reposo. ¡Ni a mi hija he cargado!

El jardinero medallista de plata en el I Clásico Mundial afirma que ha sido muy disciplinado y de ahí su evolución tan favorable. «Me cuidé la boca y mantengo mi peso corporal, ni los días festivos me tendieron una trampa en la mesa», afirmó.

Tabares acude todos los días al juego, a animar al pitcheo de segunda línea, esos muchachos jóvenes que tal vez se sienten por debajo de sus posibilidades porque no les salen bien las cosas. Está convencido de que «la pelota es así.» «La mayoría hemos comenzado mal y con el tiempo pudimos establecernos, solo las grandes estrellas debutan por lo alto».

Este hombre piensa que lo importante es tomar el juego como una diversión, como la cosa que más agrade hacer cuando se sale del hogar.

«Muchos aficionados me paran en la calle, me preguntan cuándo me incorporo, y les digo que el equipo va a mejorar gracias a la cohesión que tenemos».

Con 34 años y medio, Tabares se siente muy bien físicamente, «y mejor anda mi siquis, sin preocupaciones y sin que la pelota me aburra jamás».

Le gusta mucho enseñar a los jóvenes, ya sean de la capital o de otras provincias del país, y ruega que ello no se tome como una autosuficiencia.

«Soy un ser humano, un hombre, y si a los Leonys Martín, Yoanis Céspedes, Alfredo Despaigne y Alexei Bell, les puedo dar una sugerencia que los haga aún mejores, que sepan que tendrán mi apoyo».

Exhibe Camagüey favorables resultados en materia de Ciencia

Exhibe Camagüey favorables resultados en materia de Ciencia. (Foto: Archivo).Camagüey, 7 ene.- Favorables resultados acumuló el sistema camagüeyano de ciencia e innovación tecnológica al cierre del 2008, según se dio a conocer este miércoles en la evaluación anual de ese quehacer en la provincia.

Entre los principales impactos la Máster Andrea Armas Rodríguez, directora de la Unidad de Ciencia y Tecnología, destacó los resultados del Centro Meteorológico, de la Ingeniería Genética y Biotecnología, la gestión ambiental y los programas vinculados a la producción de alimentos.

Durante el año recién concluido el sector científico camagüeyano tampoco escapó de los daños del huracán Ike, que afectó proyectos relacionados con el medioambiente, energía, desarrollo acuícola, recuperación ganadera, cultivos varios y el programa territorial del arroz.

Este año el sistema de ciencia e innovación tecnológica en Camagüey tiene entre sus metas el incremento de la generalización de las soluciones obtenidas en la provincia y el perfeccionamiento de los 12 programas científicos territoriales que tributan al desarrollo socioeconómico de la provincia. (Yamylé Fernández Rodríguez/ Radio Cadena Agramonte).

Recibió Raúl a Enviado Especial del Presidente iraní

Foto: Giovani FernándezEl General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, recibió en horas de la tarde de este miércoles al Excelentísimo Señor Alí Akbar Mezharabian, Ministro de Industria y Minas de la República Islámica de Irán y Enviado Especial del Presidente Mahmud Ahmadineyad, quien fue portador de un mensaje para el mandatario cubano.

Raúl solicitó al visitante transmitiera un afectuoso saludo al Presidente iraní, ratificó la condena del pueblo y gobierno cubanos a la artera agresión israelí contra Gaza y le informó sobre las acciones adoptadas por el Movimiento de Países No Alineados en rechazo a los crímenes perpetrados por el agresor contra la población palestina. Reafirmó también su confianza en que continuarán fortaleciéndose las relaciones entre Cuba e Irán, basadas en el respeto y beneficio mutuos.

El señor Mezharabian transmitió, junto al mensaje personal del Presidente de su país, saludos al compañero Fidel y al mandatario cubano, así como reafirmó los sentimientos de amistad y solidaridad hacia Cuba del pueblo y gobierno iraníes.

Estuvieron presentes también Felipe Pérez Roque y Marcos Rodríguez Costa, ministro y viceministro de Relaciones Exteriores, respectivamente, y el excelentísimo señor Mostafá Alaei, embajador de Irán en nuestro país.

Esta tarde, acto de la capital por el Aniversario 50 de la Entrada de Fidel y la Caravana de la Libertad

Cubavisión, el Canal Educativo, Cubavisión Internacional, Radio Rebelde y Radio Habana Cuba, transmitirán en vivo, a partir de las 5:00 p.m., el Acto de Ciudad de La Habana por el Aniversario 50 de la Entrada de Fidel y la Caravana de la Libertad a la capital del país, el cual tendrá lugar en Ciudad Libertad, otrora Campamento de Columbia, desde donde el Comandante en Jefe proclamó, el 8 de enero de 1959, el fin de la dictadura y el compromiso de la Revolución de no defraudar jamás a nuestro pueblo en el difícil camino que se iniciaba entonces.

Decirle siempre al pueblo la verdad

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a su llegada a La Habana, en Ciudad Libertad, el 8 de enero de 1959

(VERSION TAQUIGRAFICA DE LAS OFICINAS DEL PRIMER MINISTRO)

Compatriotas:

Yo sé que al hablar esta noche aquí se me presenta una de las obligaciones más difíciles, quizás, en este largo proceso de lucha que se inició en Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956.

El pueblo escucha, escuchan los combatientes revolucionarios, y escuchan los soldados del Ejército, cuyo destino está en nuestras manos.

Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia: la tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil.

Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo.

¿Cómo ganó la guerra el Ejército Rebelde? Diciendo la verdad. ¿Cómo perdió la guerra la tiranía? Engañando a los soldados.

Cuando nosotros teníamos un revés, lo declarábamos por "Radio Rebelde", censurábamos los errores de cualquier oficial que lo hubiese cometido, y advertíamos a todos los compañeros para que no le fuese a ocurrir lo mismo a cualquier otra tropa. No sucedía así con las compañías del Ejército. Distintas tropas caían en los mismos errores, porque a los oficiales y a los soldados jamás se les decía la verdad.

Y por eso yo quiero empezar —o, mejor dicho, seguir— con el mismo sistema: el de decirle siempre al pueblo la verdad.

Se ha andado un trecho, quizás un paso de avance considerable. Aquí estamos en la capital, aquí estamos en Columbia, parecen victoriosas las fuerzas revolucionarias; el gobierno está constituido, reconocido por numerosos países del mundo, al parecer se ha conquistado la paz; y, sin embargo, no debemos estar optimistas. Mientras el pueblo reía hoy, mientras el pueblo se alegraba, nosotros nos preocupábamos; y mientras más extraordinaria era la multitud que acudía a recibirnos, y mientras más extraordinario era el júbilo del pueblo, más grande era nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba.

Si a mí me preguntaran qué tropa prefiero mandar, yo diría: prefiero mandar al pueblo

La Revolución tiene ya enfrente un ejército de zafarrancho de combate. ¿Quiénes pueden ser hoy o en lo adelante los enemigos de la Revolución? ¿Quiénes pueden ser ante este pueblo victorioso, en lo adelante, los enemigos de la Revolución? Los peores enemigos que en lo adelante pueda tener la Revolución Cubana somos los propios revolucionarios.

Es lo que siempre les decía yo a los combatientes rebeldes: cuando no tengamos delante al enemigo, cuando la guerra haya concluido, los únicos enemigos de la Revolución podemos ser nosotros mismos, y por eso decía siempre, y digo, que con el soldado rebelde seremos más rigurosos que con nadie, que con el soldado rebelde seremos más exigentes que con nadie, porque de ellos dependerá que la Revolución triunfe o fracase.

Hay muchas clases de revolucionarios. De revolución hemos estado oyendo hablar hace mucho tiempo; hasta el 10 de marzo se dijo que habían hecho una revolución, e invocaban la palabra revolución, y todo era revolucionario; a los soldados los reunían aquí y hablaban de "la Revolución del 10 de marzo" (RISAS).

De revolucionarios hemos estado oyendo hablar mucho tiempo. Yo recuerdo mis primeras impresiones del revolucionario, hasta que el estudio y alguna madurez me dieron nociones de lo que era realmente una revolución y de lo que era realmente un revolucionario. Las primeras impresiones del revolucionario las escuchábamos nosotros de niño, y oíamos decir: "Fulano fue revolucionario, estuvo en tal combate, o en tal operación, o puso bombas", "Mengano era revolucionario...", incluso se creó una casta de revolucionarios, y entonces había revolucionarios que querían vivir de la revolución, querían vivir a título de haber sido revolucionarios, de haber puesto una bomba o dos bombas; y es posible que los que más hablaban eran los que menos habían hecho. Pero, es lo cierto que acudían a los ministerios a buscar puestos, a vivir de parásitos, a cobrar el precio de lo que habían hecho en aquel momento, por una revolución que desgraciadamente no llegó a realizarse, porque estimo que la primera que parece que tiene mayores posibilidades de realizarse es la Revolución actual, si nosotros no la echamos a perder... (EXCLAMACIONES DE: "¡No!" Y APLAUSOS).

El revolucionario aquel de mis primeras impresiones de niño andaba con una pistola 45 en la cintura, y quería vivir por sus respetos; había que temerle: era capaz de matar a cualquiera; llegaba a los despachos de los altos funcionarios con aire de hombre al que había que oír; y en realidad se preguntaba uno:

¿Dónde está la revolución que esta gente hizo, estos revolucionarios? Porque no hubo revolución, y hubo muy pocos revolucionarios.

Lo primero que tenemos que preguntarnos los que hemos hecho esta Revolución es con qué intenciones la hicimos; si en alguno de nosotros se ocultaba una ambición, un afán de mando, un propósito innoble; si en cada uno de los combatientes de esta Revolución había un idealista o con el pretexto del idealismo se perseguían otros fines; si hicimos esta Revolución pensando que apenas la tiranía fuese derrocada íbamos a disfrutar de los gajes del poder; si cada uno de nosotros se iba a montar en una "cola de pato", si cada uno de nosotros iba a vivir como un rey, si cada uno de nosotros iba a tener un palacete, y en lo adelante para nosotros la vida sería un paseo, puesto que para eso habíamos sido revolucionarios y habíamos derrocado la tiranía; si lo que estábamos pensando era quitar a unos ministros para poner otros, si lo que estábamos pensando simplemente era quitar unos hombres para poner otros hombres; o si en cada uno de nosotros había verdadero desinterés, si en cada uno de nosotros había verdadero espíritu de sacrificio, si en cada uno de nosotros había el propósito de darlo todo a cambio de nada, y si de antemano estábamos dispuestos a renunciar a todo lo que no fuese seguir cumpliendo sacrificadamente con el deber de sinceros revolucionarios (APLAUSOS PROLONGADOS). Esa pregunta hay que hacérsela, porque de nuestro examen de conciencia puede depender mucho el destino futuro de Cuba, de nosotros y del pueblo.

Cuando yo oigo hablar de columnas, cuando oigo hablar de frentes de combate, cuando oigo hablar de tropas más o menos numerosas, yo siempre pienso: he aquí nuestra más firme columna, nuestra mejor tropa, la única tropa que es capaz de ganar sola la guerra: ¡Esa tropa es el pueblo! (APLAUSOS).

Más que el pueblo no puede ningún general; más que el pueblo no puede ningún ejército. Si a mí me preguntaran qué tropa prefiero mandar, yo diría: prefiero mandar al pueblo (APLAUSOS), porque el pueblo es invencible. Y el pueblo fue quien ganó esta guerra, porque nosotros no teníamos tanques, nosotros no teníamos aviones, nosotros no teníamos cañones, nosotros no teníamos academias militares, nosotros no teníamos campos de reclutamiento y de entrenamiento, nosotros no teníamos divisiones, ni regimientos, ni compañías, ni pelotones, ni escuadras siquiera (APLAUSOS PROLONGADOS).

Luego, ¿quién ganó la guerra? El pueblo, el pueblo ganó la guerra. Esta guerra no la ganó nadie más que el pueblo —y lo digo por si alguien cree que la ganó él, o por si alguna tropa cree que la ganó ella (APLAUSOS). Y por lo tanto, antes que nada está el pueblo.

Pero hay algo más: la Revolución no me interesa a mí como persona, ni a otro comandante como persona, ni al otro capitán, ni a la otra columna, ni a la otra compañía; la Revolución al que le interesa es al pueblo (APLAUSOS).

Quien gana o pierde con ella es el pueblo. Si el pueblo fue quien sufrió los horrores de estos siete años, el pueblo es quien tiene que preguntarse si dentro de 10 o dentro de 15, o de 20 años, él, y sus hijos, y sus nietos, van a seguir sufriendo los horrores que ha estado sufriendo desde su inicio la República de Cuba, coronada con dictaduras como las de Machado y las de Batista (APLAUSOS PROLONGADOS).

Al pueblo le interesa mucho si nosotros vamos a hacer bien hecha esta Revolución o si nosotros vamos a incurrir en los mismos errores en que incurrió la revolución anterior, o la anterior, o la anterior, y en consecuencia vamos a sufrir las consecuencias de nuestros errores, porque no hay error sin consecuencias para el pueblo; no hay error político que no se pague, más tarde o más temprano.

Circunstancias hay que no son las mismas. Por ejemplo, estimo que en esta ocasión existe más oportunidad que nunca de que en realidad la Revolución cumpla su destino cabalmente. Es quizás por eso que sea tan grande el júbilo del pueblo, olvidándose un poco de lo mucho que hay que bregar todavía.

Una de las ansias mayores de la nación, consecuencia de los horrores padecidos, por la represión y por la guerra, era el ansia de paz, de paz con libertad, de paz con justicia, y de paz con derechos. Nadie quería la paz a otro precio, porque Batista hablaba de paz, hablaba de orden, y esa paz no la quería nadie, porque hubiese sido la paz a costa del sometimiento.

Tiene hoy el pueblo la paz como la quería: una paz sin dictadura, una paz sin crimen, una paz sin censura, una paz sin persecución (APLAUSOS PROLONGADOS).

Todos debimos estar desde el primer momento en una sola organización revolucionaria

Es posible que la alegría mayor en este instante sea la alegría de las madres cubanas. Madres de soldados o madres de revolucionarios, madres de cualquier ciudadano, hoy experimentan la sensación de que sus hijos, al fin, están fuera de peligro (APLAUSOS).

El crimen más grande que pueda cometerse hoy en Cuba, repito, el crimen más grande que pueda hoy cometerse en Cuba sería un crimen contra la paz. Lo que no perdonaría hoy nadie en Cuba sería que alguien conspirase contra la paz (APLAUSOS).

Todo el que haga hoy algo contra la paz de Cuba, todo el que haga hoy algo que ponga en peligro la tranquilidad y la felicidad de millones de madres cubanas, es un criminal y es un traidor (APLAUSOS). Quien no esté dispuesto a renunciar a algo por la paz, quien no esté dispuesto a renunciarlo todo por la paz en esta hora, es un criminal y es un traidor (APLAUSOS).

Como pienso así, yo digo y yo juro ante mis compatriotas que si cualquiera de mis compañeros, o nuestro movimiento, o yo, fuésemos el menor obstáculo a la paz de Cuba, desde ahora mismo el pueblo puede disponer de todos nosotros y decirnos lo que tenemos que hacer (APLAUSOS). Porque soy un hombre que sabe renunciar, porque lo he demostrado más de una vez en mi vida, porque eso he enseñado a mis compañeros, tengo moral y me siento con fuerza y autoridad suficientes para hablar en un instante como este (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Viva Fidel Castro!").

Y a los primeros que tengo que hablarles así es a los revolucionarios; y si fuere preciso, o mejor dicho, porque es preciso decirlo a tiempo.

No está tan lejana aquella década que siguió a la caída de Machado; quizás uno de los males más grandes de aquella lucha fue la proliferación de los grupos revolucionarios, que no tardaron en entrarse a tiros los unos a los otros (APLAUSOS). Y en consecuencia lo que pasó fue que vino Batista y se quedó 11 años con el poder.

Cuando el Movimiento 26 de Julio se organizó, incluso cuando iniciamos esta guerra, yo consideré que si bien eran muy grandes los sacrificios que estábamos haciendo, que si bien la lucha iba a ser muy larga, y lo ha sido, porque ha durado más de dos años, dos años que no fueron para nosotros un paseo, dos años de duro batallar, desde que reiniciamos la campaña con un puñado de hombres, hasta que hemos llegado a la capital de la República a pesar de los sacrificios que teníamos por delante, nos tranquilizaba, sin embargo, una idea: era evidente que el Movimiento 26 de Julio contaba con la inmensa mayoría del respaldo y de la simpatía popular (APLAUSOS); era evidente que el Movimiento 26 de Julio contaba con el respaldo casi unánime de la juventud cubana (APLAUSOS). Parecía que esta vez una organización grande y fuerte iba a recoger las inquietudes de nuestro pueblo y las terribles consecuencias de la proliferación de organizaciones revolucionarias no se iba a presentar en este proceso.

Creo que todos debimos estar desde el primer momento en una sola organización revolucionaria: la nuestra o la de otro, el 26, el 27 o el 50, en la que fuese, porque, si al fin y al cabo éramos los mismos los que luchábamos en la Sierra Maestra que los que luchábamos en el Escambray, o en Pinar del Río, y hombres jóvenes, y hombres con los mismos ideales, ¿por qué tenía que haber media docena de organizaciones revolucionarias? (APLAUSOS.)

La nuestra, simplemente fue la primera; la nuestra, simplemente fue la que libró la primera batalla en el Moncada, la que desembarcó en el "Granma" el 2 de diciembre (APLAUSOS), y la que luchó sola durante más de un año contra toda la fuerza de la tiranía (APLAUSOS); la que cuando no tenía más que 12 hombres, mantuvo enhiesta la bandera de la rebeldía, la que enseñó al pueblo que se podía pelear y se podía vencer, la que destruyó todas las falsas hipótesis sobre revolución que habían en Cuba. Porque aquí todo el mundo estaba conspirando con el cabo, con el sargento, o metiendo armas en La Habana, que se las cogía la policía (APLAUSOS), hasta que vinimos nosotros y demostramos que esa no era la lucha, que la lucha tenía que ser otra, que había que inventar una nueva táctica y una nueva estrategia, que fue la táctica y la estrategia que nosotros pusimos en práctica y que condujo al más extraordinario triunfo que ha tenido en su historia el pueblo de Cuba (APLAUSOS).

Y yo quiero que honradamente el pueblo me diga si esto es o no es verdad (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!").

Hay, además, otra cuestión de hecho: el Movimiento 26 de Julio era la organización absolutamente mayoritaria, ¿es o no es verdad? (EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!"). Y, ¿cómo terminó la lucha? Lo voy a decir: el Ejército Rebelde, que es el nombre de nuestro ejército, del que se inició en la Sierra Maestra, al caerse la tiranía tenía tomado todo Oriente, todo Camagüey, parte de Las Villas, todo Matanzas, La Cabaña, Columbia, la Jefatura de la Policía y Pinar del Río (APLAUSOS).

Terminó la lucha de acuerdo con la correlación de fuerzas que había, porque por algo las columnas nuestras atravesaron las llanuras de Camagüey, perseguidas por miles de soldados y por la aviación, y llegaron a Las Villas; y porque el Ejército Rebelde tenía al comandante Camilo Cienfuegos (APLAUSOS PROLONGADOS), en Las Villas, y porque tenía al comandante Ernesto Guevara en Las Villas (APLAUSOS PROLONGADOS) el día 1º de Enero, a raíz de la traición de Cantillo (EXCLAMACIONES DE: "¡Fuera!")... Porque los tenía allí, digo, el día Primero le pude dar la orden al comandante Camilo Cienfuegos de que avanzara con 500 hombres sobre la capital y atacara Columbia (APLAUSOS); porque tenía al comandante Ernesto Guevara en Las Villas, pude decirle que avanzara sobre la capital y se apoderara de La Cabaña (APLAUSOS).

Todos los regimientos, todas las fortalezas militares de importancia, quedaron en poder del Ejército Rebelde, y esas no nos las dio nadie, no es que nadie dijera: "Vete para allí, vete para allí, vete para allí"; fue nuestro esfuerzo y nuestro sacrificio, nuestra experiencia y nuestra organización, lo que condujo a esos resultados (APLAUSOS).

¿Quiere decir que los otros no hayan luchado? No. ¿Quiere decir que los otros no tengan méritos? No. Porque todos hemos luchado, porque ha luchado todo el pueblo. En La Habana no había ninguna Sierra, pero hay cientos de muertos, de compañeros que cayeron asesinados por cumplir con sus deberes revolucionarios. En La Habana no había ninguna Sierra y, sin embargo, la huelga general fue un factor decisivo para que el triunfo de la Revolución fuera completo (APLAUSOS).

Al decir esto, lo único que hago es poner las cosas en su sitio, el papel del Movimiento 26 de Julio en esta lucha, cómo guió al pueblo, en aquellos momentos en que aquí se hablaba de elecciones y de electoralismo. Tuve que escribir un artículo una vez desde México, que se titulaba: "Frente a todos", porque realmente estábamos contra todas las opiniones, defendiendo nuestra tesis revolucionaria, la estrategia de esta Revolución, que la trazó el 26 de Julio, y la culminación de esta Revolución, que fue la derrota aplastante de la tiranía, en manos sus fortalezas más importantes de las fuerzas del Ejército Rebelde, organizado por el Movimiento 26 de Julio.

No solo trazó las pautas en la guerra el Movimiento 26 de Julio, sino que además enseñó cómo había que tratar al enemigo en la guerra. Ha sido esta quizás en el mundo la primera revolución donde jamás se asesinó a un prisionero de guerra (APLAUSOS PROLONGADOS); donde jamás se abandonó a un herido, donde jamás se torturó a un hombre (APLAUSOS); porque esta pauta fue la que trazó el Ejército Rebelde. Y algo más: esta es la única revolución en el mundo donde no ha salido un general (APLAUSOS), ni un coronel siquiera, porque el grado que me puse yo o me pusieron mis compañeros, fue el de comandante, y no me lo he cambiado, a pesar de que hemos ganado muchas batallas y hemos ganado una guerra; sigo siendo comandante, y no quiero otro grado (APLAUSOS).

Y el efecto moral, el hecho de que los que iniciamos esta guerra hubiésemos determinado una gradación determinada en la jerarquía militar, hizo que nadie se atreviera a ponerse aquí más grados que los de comandante —aunque haya más comandantes de la cuenta, a juzgar por lo que parece.

Creo que el pueblo esté de acuerdo en que hable claro, porque haber luchado como he luchado por los derechos de cada ciudadano, me otorga aunque sea el derecho a decir la verdad en voz alta (APLAUSOS). Y, además, porque estando de por medio los intereses de la patria, no transijo absolutamente con la menor contemporización con los riesgos que puedan sobrevenir a la Revolución Cubana (APLAUSOS).

Les digo que lo primero que haré

siempre, cuando vea en peligro la

Revolución, es llamar al pueblo

¿Tienen todos la misma autoridad moral para hablar? Yo digo que el que tenga más méritos tiene más autoridad para hablar que el que tenga menos méritos. Creo que para que los hombres se igualen en prerrogativas morales, tienen que igualarse primero en méritos. Creo que la Revolución ha terminado como debía, cuando el comandante Camilo Cienfuegos —veterano de dos años y un mes de lucha— (APLAUSOS), es el jefe de Columbia; cuando el comandante Efigenio Ameijeiras, que ha perdido tres hermanos en esta guerra y es veterano del "Granma" y comandante por las batallas que ha librado (APLAUSOS), es jefe de la policía de la República, y cuando el comandante Ernesto Guevara —héroe verdadero, expedicionario del "Granma" y veterano de dos años y un mes de lucha en las montañas más altas y más ásperas de Cuba—, es el jefe de La Cabaña (APLAUSOS); y cuando al frente de cada regimiento en las distintas provincias hemos puesto a los hombres que más se han sacrificado y más han luchado en esta Revolución. Y si eso es así, nadie tiene derecho a ponerse bravo.

Antes que nada ríndase culto al mérito, porque el que no le rinde culto al mérito no es más que un ambicioso (APLAUSOS); el que sin tener los méritos de otros quiere en cambio tener las prerrogativas de otros.

Ahora la República, o la Revolución, entra en una nueva fase. ¿Sería justo que la ambición o los personalismos viniesen aquí a poner en peligro el destino de la Revolución? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!"). ¿Qué es lo que le interesa al pueblo, porque el pueblo es quien tiene que decir aquí la última palabra? (EXCLAMACIONES DE: "¡Libertad!", "¡Libertad!"). Le interesa, en primer lugar, las libertades, los derechos que le arrebataron, y la paz. Y los tiene, porque en estos instantes tiene todas las libertades, todos los derechos, que le arrebató la tiranía, y tiene la paz (APLAUSOS).

¿Qué le interesa al pueblo? Un gobierno honrado. ¿No es un gobierno honrado lo que le interesa al pueblo? (EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!"). Ahí lo tiene: a un magistrado honorable de Presidente de la República (APLAUSOS). ¿Qué le interesa, que hombres jóvenes y limpios sean los ministros del Gobierno Revolucionario? (EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!"). Ahí los tienen: analicen uno por uno los ministros del Gobierno Revolucionario, y díganme si hay ahí un ladrón, o un criminal, o un sinvergüenza (EXCLAMACIONES DE: "¡No!").

Son muchos los hombres que pueden ser ministros en Cuba por su honradez y su capacidad, pero todos no pueden ser ministros, porque los ministros pueden ser 14, 15 o 16. Y aquí no le importa al pueblo que "Don Fulano" o "Don Mengano" sea, sino que el que sea, sea un hombre joven y un hombre honrado (APLAUSOS). Y aquí lo que importa es que los que han sido designados reúnan esas cualidades, no que no esté Fulano o no esté Mengano, porque los menganos y los fulanos importan un bledo en este momento a la Revolución y a la República (APLAUSOS).

¿Puede alguien, por no ser ministro, intentar ensangrentar este país? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!"). ¿Puede algún grupo, por el hecho de que no le hayan dado tres o cuatro ministerios, ensangrentar este país, y perturbar la paz? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!"). Si el equipo gobernante que en este momento tiene el pueblo de Cuba no sirve, tiempo tendrá el pueblo de botarlo, pero no de votarlo en las urnas, sino de botarlo en unas elecciones (APLAUSOS). Este no es el caso de que si no fuera idóneo el equipo gobernante, fuera nadie aquí a hacer una revolución o un golpe de Estado para quitarlo, cuando todo el mundo sabe que va a haber unas elecciones y si no sirve, el pueblo se encargará de decir la última palabra libremente; no hacer lo que hizo Batista, que a 80 días de unas elecciones, porque decía que estaba combatiendo a tal gobierno, y hacía una serie de imputaciones contra ese gobierno, decir que él lo tenía que quitar y que eso era lo patriota, porque aquí se acabaron para siempre los golpes de Estado y los atentados contra la Constitución y el Derecho (APLAUSOS).

Es necesario hablar así, para que no surja la demagogia y el confusionismo y el divisionismo y que el primero que asome las orejas de la ambición, el pueblo lo conozca (APLAUSOS). Y por mi parte les digo que como al que quiero mandar es al pueblo, porque es la mejor tropa y que prefiero al pueblo que a todas las columnas armadas juntas, les digo que lo primero que haré siempre, cuando vea en peligro la Revolución, es llamar al pueblo (APLAUSOS). Porque hablándole al pueblo nos podemos ahorrar sangre; porque aquí, antes de tirar un tiro, hay que llamar mil veces al pueblo y hablarle al pueblo para que el pueblo, sin tiros, resuelva los problemas. Yo, que tengo fe en el pueblo, y lo he demostrado, y sé lo que puede el pueblo, y creo que lo he demostrado, les digo que si el pueblo quiere aquí no vuelve a sonar nunca más un tiro en este país (APLAUSOS). Porque la opinión pública tiene una fuerza extraordinaria y tiene una influencia extraordinaria, sobre todo cuando no hay dictadura. En la época de dictadura la opinión pública no es nada, pero en la época de la libertad la opinión pública lo es todo, y los fusiles se tienen que doblegar y arrodillar ante la opinión pública (APLAUSOS). ¿Voy bien, Camilo? (EXCLAMACIONES DE: "¡Viva Camilo!").

Le hablo al pueblo en esta forma porque siempre me ha gustado prever, y creo que hablándole previsoramente al pueblo la Revolución puede evitar los únicos peligros que le quedan por delante; y yo les diré que no son tan grandes, pero sí quisiera que para que la Revolución se consolidara, no hubiera que derramar una sola gota más de sangre cubana (APLAUSOS).

Mi gran preocupación es que en el extranjero, donde esta Revolución es la admiración del mundo entero, no tenga que decirse dentro de tres semanas, o cuatro semanas, o un mes, o una semana, que aquí se volvió a derramar sangre cubana para consolidar esta Revolución, porque entonces no sería ejemplo esta Revolución (APLAUSOS).

No hubiera hablado yo así cuando nosotros éramos un grupo de 12 hombres, porque cuando éramos un grupo de 12 hombres todo lo que teníamos por delante era pelear, pelear y pelear, y había mérito en combatir en esas circunstancias; pero hoy, que nosotros tenemos los aviones, los tanques, los cañones y la inmensa mayoría de los hombres armados, la marina de guerra, numerosas compañías del ejército y un poder enorme en el orden militar (EXCLAMACIONES DE: "¡Y el pueblo!", "¡Y el pueblo!"). Pueblo... voy a la idea que les quería decir: hoy que tenemos todo eso, me preocupa mucho ver combatir, porque así no hay mérito en combatir; preferiría irme a la Sierra Maestra otra vez, con 12 hombres, a pelear contra todos los tanques, a venir con todos los tanques a tirarle un tiro a nadie aquí (APLAUSOS).

Y a quien le pido que nos ayude mucho, al que le pido de corazón que me ayude, es al pueblo (APLAUSOS), a la opinión pública, para desarmar a los ambiciosos, para condenar de antemano a los que desde ahora están empezando a asomar las orejas (APLAUSOS).

Yo no voy a extenderme hoy en ataques de tipo personal o específico, porque es muy reciente y demasiado pronto para entrar en polémicas públicas —aunque cuando haya que entrar, no me importa, porque tengo la frente alta y estoy dispuesto a discutir con la verdad cuando sea necesario—, porque hay una alegría muy grande en el pueblo, y porque en la masa de los combatientes, no voy a decir que en todos sus líderes, aunque sí en la mayor parte de los líderes, porque en la mayor parte de los líderes —y ahí está Carlos Prío Socarrás como ejemplo, que ha venido a Cuba en una actitud de ayudar a la Revolución incondicionalmente, como dice, y no aspirar absolutamente a nada— (APLAUSOS); no ha protestado del hecho, no ha protestado absolutamente nada, no ha mostrado la menor queja, ni la menor inconformidad por el gabinete, sabe que hay un gabinete de hombres honrados y de hombres jóvenes, que bien merece que se le otorgue un voto de confianza para trabajar.

Nosotros jamás necesitaremos de

la fuerza, porque tenemos el pueblo

Y ahí están los dirigentes de otras organizaciones, en la misma disposición. Y también hay una cosa: las masas de los combatientes, los hombres que pelearon y que no se guían más que por ideales, los hombres que combatieron, de todas las organizaciones, esos están en una postura muy patriótica y son de sentimientos muy revolucionarios y muy nobles, pues pensarán siempre como piensa el pueblo, porque yo estoy seguro de que el que trate de ponerse con la locura de tratar de provocar una guerra civil, va a tener la condenación del pueblo entero (APLAUSOS), y el abandono de los combatientes de fila, que no lo seguirán. Y hay que estar verdaderamente loco para retar, no solo a la fuerza en las condiciones en que la tenemos hoy, sino a la razón, al derecho de la patria y al pueblo entero de Cuba (APLAUSOS).

Y todo esto lo digo, porque quiero hacerle una pregunta al pueblo; quiero hacerle una pregunta al pueblo que me interesa mucho, y le interesa mucho al pueblo, que la responda: ¿Para qué estar almacenando armas clandestinamente en estos momentos? ¿Para qué estar escondiendo armas en distintos lugares de la capital? ¿Para qué estar contrabandeando armas en estos momentos? ¿Para qué? Y yo les digo que hay elementos de determinada organización revolucionaria que están escondiendo armas (EXCLAMACIONES DE: "¡A buscarlas!"), que están almacenando armas, y que están contrabandeando armas. Todas las armas que agarró el Ejército Rebelde están en los cuarteles, que de ahí no se ha tocado una sola, no se las ha llevado nadie para su casa, ni las ha escondido; están en los cuarteles, bajo llave; lo mismo en Pinar del Río, que en La Cabaña, que en Columbia, que en Matanzas, que en Santa Clara, que en Camagüey y que en Oriente; no se han cargado camiones con armas para esconderlos en ninguna parte, porque esas armas deben estar en los cuarteles.

Les voy a hacer una pregunta, porque hablando claro y analizando los problemas es como se resuelven, y yo estoy dispuesto a hacer lo que esté al alcance de mi mano por resolverlos como se deben resolver: con la razón y la inteligencia, y con la influencia de la opinión pública, que es la que manda, no con la fuerza; porque si fuera a creer en la fuerza, que tenía que resolverse con la fuerza, no habría que hablar con el pueblo, ni plantearle este problema, sino ir a buscar las armas esas (APLAUSOS).

Y lo que hay que buscar aquí es que los combatientes revolucionarios, los hombres idealistas, que pueden ser engañados con esa maniobra, abandonen a los falsos lidercillos que están en esa postura y vengan a ponerse al lado del pueblo, que es al que tienen que servir antes que nada.

Yo les voy a hacer una pregunta: ¿Armas para qué?, ¿para luchar contra quién?, ¿contra el Gobierno Revolucionario, que tiene el apoyo de todo el pueblo? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!") ¿Es acaso lo mismo el magistrado Urrutia gobernando la República que Batista gobernando la República? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!") ¿Armas para qué?, ¿hay dictadura aquí? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!") ¿Van a pelear contra un gobierno libre, que respeta los derechos del pueblo? (EXCLAMACIONES DE: "¡No!"), ¿ahora que no hay censura, y que la prensa es enteramente libre, más libre de lo que ha sido nunca, y tiene además la seguridad de que lo seguirá siendo para siempre, sin que vuelva a haber censura aquí? (APLAUSOS), ¿hoy, que todo el pueblo puede reunirse libremente?, ¿hoy, que no hay torturas, ni presos políticos, ni asesinatos, ni terror?, ¿hoy que no hay más que alegría, que todos los líderes traidores han sido destituidos en los sindicatos, y que se va a convocar inmediatamente a elecciones en todos los sindicatos? (APLAUSOS). Cuando todos los derechos del ciudadano han sido restablecidos, cuando se va a convocar a unas elecciones en el más breve plazo de tiempo posible, ¿armas, para qué?, ¿esconder armas, para qué? ¿Para chantajear al Presidente de la República?, ¿para amenazar aquí con quebrantar la paz?, ¿para crear organizaciones de gánsteres? ¿Es que vamos a volver al gangsterismo?, ¿es que vamos a volver al tiroteo diario por las calles de la capital? ¿Armas, para qué?

Pues yo les digo a ustedes que hace dos días elementos de determinada organización fueron a un cuartel, que era el cuartel San Antonio, cuartel que estaba bajo la jurisdicción del comandante Camilo Cienfuegos y bajo la jurisdicción mía, como Comandante en Jefe de todas las fuerzas, y las armas que estaban recogidas allí se las llevaron, se llevaron 500 armas y 6 ametralladoras y 80 000 balas (EXCLAMACIONES DE: "¡A buscarlas!").

Y honradamente les digo que no se pudo haber cometido provocación peor. Porque hacerles eso a hombres que han sabido pelear aquí por el país durante dos años, a hombres que hoy están responsabilizados con la paz del país y quieren hacer las cosas bien hechas, es una canallada y es una provocación injustificable.

Y lo que hemos hecho nosotros no es ir a buscar los fusiles esos; porque, precisamente —lo que les decía antes— lo que queremos es hablar con el pueblo, utilizar la influencia de la opinión pública, para que los lidercillos que andan detrás de esas maniobras criminales, se queden sin tropa. Para que los combatientes idealistas —y los hombres que han combatido en cada organización aquí son verdaderos idealistas—, lo sepan, para que exijan responsabilidad por esos hechos.

Y es por eso que nosotros no nos hemos dejado ni provocar, los hemos dejado tan tranquilos por ese robo de armas, robo injustificado, porque aquí no hay dictadura y nadie tema que nosotros nos vayamos a convertir en dictadores, y les voy a decir por qué, se los voy a decir: se convierte en dictador el que no tiene al pueblo y tiene que acudir a la fuerza, porque no tiene votos el día que tenga que aspirar (APLAUSOS). No nos podemos convertir en dictadores los hombres que hemos visto tanto cariño en el pueblo, un cariño unánime, total y absoluto en el pueblo; aparte de nuestros principios, porque jamás incurriremos en la grosería de ostentar por la fuerza una posición, porque repugnamos eso, que por algo hemos sido los abanderados de esta lucha contra la asquerosa y repugnante tiranía (APLAUSOS).

Nosotros jamás necesitaremos de la fuerza, porque tenemos el pueblo, y además porque el día que el pueblo nos ponga mala cara, nada más nos ponga mala cara, nos vamos (APLAUSOS). Porque entendemos esto como un deber, no como un placer; entendernos esto como un trabajo, que por algo ni dormimos, ni descansamos, ni comemos, recorriendo la isla y trabajando honradamente por servir a nuestro país; que por algo no tenemos nada, y por algo seremos siempre hombres que no tendremos nada (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Tienes al pueblo!"). Y jamás nos verá el pueblo con una inmoralidad, ni concediendo un privilegio a nadie, ni tolerando una injusticia, ni robando, ni enriqueciéndonos, ni cosas por el estilo; porque el poder lo concebimos como un sacrificio, y créanme que si no fuera así, después de todas las muestras de cariño que yo he recibido del pueblo, de toda esa manifestación apoteósica de hoy, si no fuera un deber el que uno tiene que cumplir, lo mejor era irse, retirarse, o morirse; porque después de tanto cariño y de tanta fe, ¡miedo da el no poder cumplir como uno tiene que cumplir con este pueblo! (APLAUSOS PROLONGADOS).

Y si no fuera por ese deber, si no fuera por ese deber —lo digo— lo que yo haría sería despedirme del pueblo, y quedar siempre con el cariño que tengo hoy, y que me llamen con las mismas frases de aliento con que me han llamado hoy.

Sin embargo, yo sé que el poder es una tarea ardua, complicada, que las misiones y las tareas de nosotros como este mismo problema que se nos presenta, realmente es un problema difícil y está lleno de amarguras, y lo afronta uno porque lo único que uno no le va a decir al pueblo en esta hora es: "Me voy." (EXCLAMACIONES DE: "¡Viva el padre de la patria!", SEGUIDO DE UNA OVACION CERRADA.)

Además, por otra razón no nos interesa la fuerza: porque el día que alguien se alzara aquí con la fuerza, y yo me atrevería a llamar al peor enemigo y al que menos simpatizara conmigo, si estuviera dispuesto a cumplir con el pueblo, y le diría: "Mire, tome todas esas fuerzas, todas esas tropas y todas esas armas", y me quedaría tan tranquilo, porque sé que el día que se alzara con la fuerza, me iba yo otra vez para la Sierra Maestra e íbamos a ver cuánto duraba la dictadura esa ahí en el poder (APLAUSOS).

Si algún día hay que pelear contra

un enemigo extraño o contra un

movimiento que venga contra la

Revolución, no pelearán cuatro

gatos, peleará el pueblo entero

Yo creo que son razones más que suficientes para que todo el mundo crea que a nosotros no nos interesa controlar ningún poder por la fuerza.

El Presidente de la República me ha encomendado la más espinosa de todas las tareas, la tarea de reorganizar los institutos armados de la República y me ha asignado el cargo de Comandante en Jefe de todas las fuerzas de aire, mar y tierra de la nación (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Te lo mereces!"). No, no me lo merezco, porque eso es un sacrificio para mí, y en definitiva para mí eso no es ni motivo de orgullo, ni motivo de vanidad, y lo que es para mí es un sacrificio. Pero yo quiero que el pueblo me diga si cree que debo asumir esa función (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!").

Creo que si hicimos un ejército con 12 hombres, y esos 12 hombres hoy estén al frente de los mandos militares, creo que si enseñamos a nuestro ejército que a un prisionero jamás se asesinaba, que a un herido jamás se abandonaba, que a un preso jamás se golpeaba, somos los hombres que podemos enseñar a todos los institutos armados de la República las mismas cosas que enseñamos a ese ejército (APLAUSOS). Para tener unos institutos armados donde ni uno solo de sus hombres vuelva jamás a golpear a un prisionero, ni a torturarlo, ni a matarlo (APLAUSOS). Y porque, además, podemos servir de puente entre los revolucionarios y los militares decentes, los que no han robado, ni han asesinado, porque esos militares, los que no han robado y los que no han asesinado, tendrán derecho a seguir perteneciendo a las fuerzas armadas (APLAUSOS); como también les digo que el que haya asesinado, no lo salva nadie del pelotón de fusilamiento (APLAUSOS PROLONGADOS).

Además, todos los combatientes revolucionarios que deseen pertenecer a las fuerzas regulares de la República tienen derecho, pertenezcan a la organización que pertenezcan, con sus grados... Las puertas están abiertas para todos los combatientes revolucionarios que quieran luchar y que quieran hacer una tarea en beneficio del país. Y si eso es así, si hay libertades, si hay un gobierno de hombres jóvenes y honrados, si el país está contento, si tiene confianza en ese gobierno y en los hombres que están mandando las fuerzas armadas, si va a haber unas elecciones, si las puertas están abiertas para todos, ¿por qué almacenar armas?

Yo quiero que me digan si el pueblo lo que quiere es que haya paz, o lo que quiere es que en todas las esquinas haya un tipo armado con un fusil; yo quiero que me digan si el pueblo está de acuerdo o considera que es correcto que todo el que quiera aquí tenga un ejército particular, que no obedezca más que a su jefecito (EXCLAMACIONES DE: "¡No!"); si así puede haber orden y paz en la República (EXCLAMACIONES DE: "¡No!").

(ALGUIEN EXCLAMA: "¡Depuración de las fuerzas armadas!") Superdepuración, no depuración (APLAUSOS).

(EXCLAMACIONES DE: "¡Habla de Raúl!") Raúl está en el Moncada, que es donde tiene que estar ahora.

Y esos son los problemas que hoy he querido plantear ante el pueblo. Lo antes posible tienen que marcharse los fusiles de las calles y desaparecer los fusiles de las calles (APLAUSOS). Porque ya no hay enemigo enfrente, porque ya no hay que pelear contra nadie; y si algún día hay que pelear contra un enemigo extraño o contra un movimiento que venga contra la Revolución, no pelearán cuatro gatos, peleará el pueblo entero (APLAUSOS PROLONGADOS).

Donde las armas tienen que estar es en los cuarteles, que nadie tiene derecho a tener ejércitos particulares aquí (APLAUSOS).

Esos elementos que andan con esas maniobras sospechosas, tal vez hayan encontrado pretexto para hacer eso en el hecho de que yo haya sido designado, y los compañeros míos, para un trabajo que es el que nos asignó el Presidente, y han hablado de que si hay ejército político. ¿Ejército político, cuando como les dije a ustedes, tenemos a todo el pueblo, que ese es de verdad nuestro ejército político?

Hoy yo quiero advertir al pueblo, y yo quiero advertir a las madres cubanas, que yo haré siempre cuanto esté a nuestro alcance por resolver todos los problemas sin derramar una gota de sangre (APLAUSOS). Yo quiero decirles a las madres cubanas que jamás, por culpa nuestra, aquí volverá a dispararse un solo tiro; y yo quiero pedirle al pueblo, como le quiero pedir a la prensa, como le quiero pedir a todos los hombres sanos y responsables del país, que nos ayuden a resolver estos problemas con el apoyo de la opinión pública, no con transacciones, porque cuando la gente se arma y amenaza para que le den algo, eso es una inmoralidad, y eso no lo aceptaré jamás (APLAUSOS). Porque después que determinados elementos se han puesto a almacenar armas, digo aquí que no aceptaré la menor concesión, porque eso sería rebajar la moral de la Revolución (APLAUSOS). Y que lo que hay que hacer es que el que no pertenezca a las fuerzas regulares de la República —adonde tiene derecho a pertenecer todo combatiente revolucionario—, que devuelva las armas a los cuarteles, porque aquí las armas sobran cuando ya no hay tiranía y está demostrado que las armas solo valen cuando se tiene la razón, y se tiene al pueblo, y de lo contrario, no sirven más que para asesinar y para cometer fechorías (APLAUSOS).

Quiero decirle además al pueblo que puede tener la seguridad de que las leyes del país serán respetadas y que aquí no habrá gangsterismo, ni pandillerismo, ni bandolerismo; sencillamente, porque no habrá tolerancia. Las armas de la República están hoy en manos de los revolucionarios. Esas armas, tengo la esperanza de que no habrá que usarlas jamás, pero el día que el pueblo lo ordene para garantizar su paz, su tranquilidad y sus derechos, cuando el pueblo lo pida, cuando el pueblo lo quiera, cuando ya sea una necesidad, entonces esas armas cumplirán con lo que tienen que cumplir, y cumplirán con su deber, sencillamente (APLAUSOS).

Nadie piense que vamos a caer en provocaciones, porque estamos demasiado serenos para caer en provocaciones, porque tenemos unas responsabilidades muy grandes para precipitarnos nunca en tomar medidas, ni en hacer alardes ni cosa que se parezca, y porque estoy muy consciente de que aquí hay que agotar siempre —y agotaré siempre— todos los medios persuasivos, y todos los medios razonables, y todos los medios humanos para evitar que se derrame una sola gota de sangre más en Cuba. Así que en provocaciones, nadie tema que caiga; porque cuando la paciencia se nos haya acabado a todos nosotros, buscaremos más paciencia, y cuando la paciencia se nos vuelva a acabar, volveremos a buscar más paciencia; esa será nuestra norma (APLAUSOS). Y esa tiene que ser la consigna de los hombres que tienen las armas en la mano y de los que tienen el poder en la mano: no cansarse nunca de soportar, no cansarse nunca de resignarse a todas las amarguras y a todas las provocaciones, excepto cuando ya se vayan a poner en peligro los intereses más sagrados del pueblo. Pero eso cuando de verdad se demuestre, eso cuando ya sea una demanda de la nación entera, de la prensa, de las instituciones cívicas, de los trabajadores, y de todo el pueblo; cuando lo pidan, y solo cuando lo pidan. Y lo que haré siempre, en cada una de esas circunstancias, es venir y decirle al pueblo: "Miren, ha pasado esto".

Esta vez he omitido nombres, porque no quiero envenenar la atmósfera, porque no quiero aumentar la tensión; lo que simplemente quiero es prevenir al pueblo de esos peligros, porque sería muy triste que esta Revolución que tanto sacrificio ha costado —no que se vaya a frustrar, porque esta Revolución no se frustra de ninguna manera, porque ya se sabe que con el pueblo y con todo lo que hay a favor del pueblo, no hay el menor peligro—, pero sí sería muy triste que después del ejemplo que se ha dado a América, aquí se vuelva a disparar un tiro.

Es verdad que en casi todas las revoluciones, después de la lucha, viene otra, y después viene otra —y observen la historia de todas las revoluciones, en México y en todas partes. Sin embargo, parecía que esta iba a ser una excepción, como ha sido una excepción en todo lo demás; ha sido extraordinaria en todo lo demás, y quisiéramos que también fuera extraordinaria en el hecho de que no se disparara más un tiro aquí; y creo que se logrará, creo que la Revolución triunfará sin que se dispare más un tiro, ¿saben por qué? Porque es realmente admirable el grado de conciencia que se ha desarrollado en el país, el civismo de este pueblo, la disciplina de este pueblo, el espíritu de este pueblo; realmente, me siento orgulloso de todo el pueblo, tengo una fe extraordinaria en el pueblo de Cuba (APLAUSOS). Vale la pena sacrificarse por nuestro pueblo.

Lo que dentro de poco estará necesitando el pueblo, cuando pase la alegría del triunfo, es trabajo, la manera de ganarse la vida decorosamente

Hoy tuve el gusto de dar un ejemplo delante de toda la prensa: estaba la multitud delante del Palacio Presidencial, y me decían que hacía falta 1 000 hombres para salir de allí; entonces, me paré y le pedí al pueblo que hiciera dos filas, que no hacía falta ningún hombre, que yo solo iba a ir allí, y en pocos minutos el pueblo hizo sus dos filas, y pasamos por allí, sin problemas de ninguna clase. Ese es el pueblo de Cuba, y esa prueba se dio delante de todos los periodistas (APLAUSOS).

Desde ahora, ya se acabaron los agasajos y las ovaciones; desde ahora, para nosotros: a trabajar, mañana será un día igual que otro cualquiera, y todos los demás igual, y nos acostumbraremos a la libertad. Ahora estamos contentos porque hacía mucho tiempo que no éramos libres, pero dentro de una semana nos preocuparán otras cosas: si tenemos dinero para pagar el alquiler, si la luz eléctrica, si la comida, que esos son los problemas que de verdad tiene que resolver el Gobierno Revolucionario, el millón de problemas que tiene el pueblo de Cuba, y que para eso tiene un consejo de ministros de hombres jóvenes que yo sé que están poseídos de un entusiasmo, que tengo la seguridad de que van a cambiar a la República, tengo la seguridad (APLAUSOS PROLONGADOS). Además porque hay un Presidente que está seguro en el poder, que no lo amenaza ningún peligro, porque los peligros de que yo hablaba, no eran los peligros de que el régimen sufriera algún peligro de ser derrocado, son a mil leguas de distancia de eso; yo hablaba del peligro de que se derramara una sola gota de sangre más. Pero el Presidente de la República está consolidado, reconocido ya por todas las naciones —no todas, pero rápidamente lo están reconociendo todas las naciones del mundo—, y cuenta con el respaldo del pueblo y con el respaldo de nosotros, con el respaldo de las fuerzas revolucionarias; y respaldo verdadero, y respaldo sin condiciones, respaldo sin pedir ni reclamar nada, porque aquí hemos luchado por los fueros del poder civil, y lo vamos a demostrar, que para nosotros los principios están por encima de toda otra consideración y que no luchamos por ambiciones.

Creo que hemos demostrado suficientemente haber luchado sin ambiciones. Creo que ningún cubano albergue sobre ello la menor duda.

Así que ahora todos tenemos que trabajar mucho. Yo, por mi parte, estoy dispuesto a hacer todo lo más que se pueda en beneficio del país, como sé que están todos mis compañeros, como sé que está el Presidente de la República y como sé que están todos los ministros, que no van a descansar. Y yo les aseguro que si hoy sale uno de Cuba y regresa dentro de dos años, no va a conocer esta República.

Veo un extraordinario espíritu de colaboración en todo el pueblo, veo a la prensa, a los periodistas, a todos los sectores del país, deseosos de ayudar, y eso es lo que hace falta. Y es que el pueblo de Cuba ha aprendido mucho, y en estos siete años ha aprendido por setenta. Se dijo que el golpe de Estado había sido un retraso de veinticinco años; si fue así —y aquello era de verdad un retraso de veinticinco años—, ahora hemos dado un avance de cincuenta. La República está desconocida: nada de politiquería, nada de vicio, nada de juego, nada de robo. Hemos empezado hace unos días, y ya está casi desconocida la República.

Ahora nos queda un trabajo grande por hacer. Todos los problemas relacionados con las fuerzas armadas, son problemas que estarán relacionados con nuestras futuras actividades, pero, además, siempre haremos todo lo que esté al alcance de nuestras manos por todo el pueblo, porque yo no soy militar profesional, ni de carrera, ni mucho menos; yo estaré aquí el tiempo mínimo, y cuando termine aquí voy a hacer otras cosas porque, sinceramente, yo no voy a hacer falta aquí en esto (EXCLAMACIONES). Me refiero a que no voy a hacer falta dentro de las actividades de tipo militar, y que tengo otras ilusiones, de otras clases. Y eso mismo, entre otras cosas: el día que quiera tirar tiros, pelear, cimentar una inquietud, hay mucho campo aquí donde hacer las cosas (APLAUSOS).

(EXCLAMACIONES DE: "¡Hay que fomentar fuentes de trabajo!"). Si no resolvemos todos esos problemas, esta no sería una revolución, compañeros, porque creo que el problema fundamental de la República en estos momentos, y lo que dentro de poco estará necesitando el pueblo, cuando pase la alegría del triunfo, es trabajo, la manera de ganarse la vida decorosamente (APLAUSOS).

Pero no es eso solo, compañeros; hay mil cosas más de las cuales yo he estado hablando todos estos días, que imagino que ustedes, el que más y el que menos, habrá escuchado por la radio y por la prensa, y además, porque no vamos a agotar todos los temas en una sola noche.

Vamos a quedarnos pensando en estos problemas de los que les he hablado hoy, y vamos a concluir la larga jornada —que aunque yo no estoy cansado, sé que ustedes tienen que regresar a las casas y están lejos (EXCLAMACIONES DE: "¡No importa!", "¡Sigue!").

Yo tenía el compromiso de ir al programa "Ante la Prensa" esta noche a las 10:30 o a la hora que fuera, y ya es la 1:30 (EXCLAMACIONES DE: "¡Mañana!"). Bueno, lo dejaré para mañana.

Ustedes tendrán oportunidad de escuchar por la prensa, por la radio y por todos los medios posibles, a los ministros.

Todos los amigos míos de tanto tiempo, de dondequiera han venido: de la escuela, del barrio. Casi estoy por decirles que conozco ya a todos los cubanos...

Y decía que tendrán oportunidad de oír a los ministros, cada uno de los cuales tiene sus planes y expondrán su programa; y cada uno de los hombres que está en el consejo de ministros está grandemente compenetrado con todos los demás elementos revolucionarios.

El Presidente de la República, con el derecho que le corresponde —porque se eligió sin condiciones—, ha elegido una mayoría de ministros del Movimiento 26 de Julio. Tenía su derecho, y al pedir nuestra colaboración, la ha tenido plenamente, y nos responsabilizamos con ese Gobierno Revolucionario.

Lo que yo he dicho en otra parte: nadie vaya a creer que las cosas se van a resolver de la noche a la mañana. La guerra no se ganó en un día, ni en dos, ni en tres, y hubo que luchar duro; la Revolución tampoco se ganará en un día, ni se hará todo lo que se va a hacer en un día. Además, le he dicho al pueblo en otros actos que no se vayan a creer que esos ministros son unos sabios —empiezo por decirles que ninguno ha sido ministro antes, o casi ninguno. Así que nadie sabe ser ministro, eso es una cosa nueva para ellos; lo que están es llenos de buenas intenciones. Y yo digo en esto, igual que digo de los comandantes rebeldes: miren, el comandante Camilo Cienfuegos no sabía de guerra, ni de manejar un arma, absolutamente nada. El Che no sabía nada; cuando conocí al Che en México se dedicaba a disecar conejos y hacer investigaciones médicas. Raúl tampoco sabía nada; Efigenio Ameijeiras tampoco sabía nada; y al principio no sabían nada de guerra, y al final se les podía decir, como les dije: "Comandante, avance sobre Columbia, y tómela"; "Comandante, avance sobre La Cabaña, y tómela"; "Avance sobre Santiago, y tómelo", y yo sabía que lo tomaban... (APLAUSOS PROLONGADOS). ¿Por qué? Porque habían aprendido.

Es posible que los ministros ahora no tengan grandes aciertos, pero estoy seguro de que dentro de unos meses van a saber resolver todos los problemas que les presente el pueblo, porque tienen lo más importante: el deseo de acertar y de ayudar al pueblo; y, sobre todo, estoy seguro de que ni uno solo, jamás, cometerá una de las faltas clásicas de los ministros. ¿Ustedes saben cuál es, no? (EXCLAMACIONES DE: "¡Robar!", "¡Robar!"). ¡Ah!, ¿cómo lo saben?

Pues, sobre todo, eso: la moral, la honradez de esos compañeros. No serán sabios, porque aquí nadie es sabio, pero sí les aseguro que hay honrados de sobra, que es lo que se está pidiendo. ¿No es lo que ha estado pidiendo el pueblo siempre, un gobierno honrado? (EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!"). Entonces, vamos a darles un voto de confianza, vamos a dárselo, vamos a esperar (EXCLAMACIONES). Sí, son del "26" la mayoría, pero si no sirven, después vendrán los del 27, o los del 28. Ya sabemos que hay mucha gente capacitada en Cuba, pero todos no pueden ser ministros. ¿O es que acaso el "26 de Julio" no tiene derecho a hacer un ensayo de gobernar la República? (EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!").

Así que eso es todo por hoy. Realmente, nada más me falta algo... Si supieran, que cuando me reúno con el pueblo se me quita el sueño, el hambre; todo se me quita. ¿A ustedes también se les quita el sueño, verdad? (EXCLAMACIONES DE: "¡Sí!).

Lo importante, o lo que me falta por decirles, es que yo creo que los actos del pueblo de La Habana hoy, las concentraciones multitudinarias de hoy, esa muchedumbre de kilómetros de largo —porque esto ha sido asombroso, ustedes lo vieron; saldrá en las películas, en las fotografías—, yo creo que, sinceramente, ha sido una exageración del pueblo, porque es mucho más de lo que nosotros merecemos (EXCLAMACIONES DE: "¡No!").

Sé, además, que nunca más en nuestras vidas volveremos a presenciar una muchedumbre semejante, excepto en otra ocasión —en que estoy seguro de que se van a volver a reunir las muchedumbres—, y es el día en que muramos, porque nosotros, cuando nos tengan que llevar a la tumba, ese día, se volverá a reunir tanta gente como hoy, porque nosotros ¡jamás defraudaremos a nuestro pueblo!

(OVACIóN)