sábado, 9 de julio de 2011

Cayo Media Luna y la felicidad de Hemingway

Por Neisa Mesa del Toro (Prensa Latina *)

Ciego de Ávila, Cuba, (PL) Cayo Media Luna es un islote del litoral norte de la región central de Cuba, que a pesar de ser muy pequeño, exhibe grandes atributos y fue punto de inspiración del escritor estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961).

Durante la travesía por las costas cubanas en su yate Pilar, el Premio Nobel de Literatura 1954, quedó tan impresionado con las bellezas del diminuto cayo, que decidió inmortalizarlo en la famosa novela Islas en el Golfo (1970).

Al navegar por esa zona y aún algo alejado de la línea de visión pudo percibir unos puntos verdes, eran los cayos Guillermo y Media Luna, luego admiró el océano y la hermosa costa, y escribió:

"...frente a Guillermo, Media Luna es un cayo alegre que me proporciona felicidad", esa célebre frase quedó para siempre en su reconocido libro.

Justamente frente a Playa Pilar, a unos mil 500 metros, se localiza un breve arco de tierra llamado Cayo Media Luna, de sólo 13,7 hectáreas, el cual al parecer reúne un concentrado de atractivos, principalmente su área sumergida.

Al adentrarse y caminar por la pequeña porción de tierra, Hemingway tomó su pluma y describió con entera certeza: "sabía que había un barco hundido en el extremo occidental del cayo, pero con la marea alta sólo se veía un bulto de un marrón rojizo..."

Y continúo su relato... "Había un barco y una playa arenosa en el interior del cayo, pero no vería la playa hasta que no le hubiera dado la vuelta al barco hundido".

Quizás esa fue una razón para que Media Luna le proporcionara alegría y felicidad, ya que el objetivo fundamental de aquel bojeo por las costas cubanas era la búsqueda de submarinos alemanes.

Fue en el año 1942 cuando el autor del Viejo y el mar comenzó su más fabulosa aventura de recorrer los mares del norte de Cuba, viaje que realizó en poco más de dos años.

Precisamente en esa época fue su encuentro con los Jardines del Rey, hoy devenido en uno de los destinos turísticos más importantes de la Isla.

En modernos katamaranes se llega hasta ese cayuelo eminentemente llano - su máxima elevación es de 3,5 metros sobre el nivel del mar - alli está el Valle de los Lirios, rodeado de áreas boscosas y aisladas malezas.

Cayo Media Luna está rodeado de un impresionante fondo marino con hermosas formaciones coralinas, bancos de peces y restos de una embarcación.

Según los especialistas el barco que yace en el fondo data del año 1920, hundido al chocar con la barrera de arrecifes coralinos existente en la zona, la cual está considerada una de las más grande de la región del Caribe.

Muchos visitantes llegados a ese paraje lo califican como un museo marino, ya que exhibe cañones de galeones, un ancla gigante, una hélice - al parecer de un submarino-, vasijas de cocina y objetos de barro y porcelana.

Las cristalinas aguas, también, permiten observar en la parte sumergida una estatuilla de bronce, conocida como la estatua de Guillermo, de ahí el nombre que recibe uno de los cayos del litoral norte de Ciego de Avila.

Los amantes de leyendas y aventuras vinculan a esos hallazgos con historias de corsarios y piratas, y no es menos cierto porque durante muchos años los cayos del norte cubano estuvieron deshabitados e ignorados.

Al parecer ese fue otro motivo que tuvo Héminway para adentrarse a fondo en una historia poco conocida por aquella época, por lo que decidió reflejarla en su literatura.

Desde tiempos remotos los cayos del norte de Cuba cautivan a cuantos curiosos transitan por esos paisajes naturales.

El primero fue el conquistador español Diego Velázquez, quien en su viaje por la zona en 1514 y admirado por tanta belleza los denominó como los Jardines del Rey, en homenaje al monarca español, Fernando el Católico.

Hoy miles de turistas extranjeros llegan a ese punto de la geografía cubana y quieren imitar al escritor amigo de Cuba y realizar un Safary a Media Luna en lancha o catamarán, practicar un snorkeling y ver cuanta belleza guardan esos fondos marinos.

(*) La autora es corresponsal de Prensa Latina en la provincia cubana de Ciego de Ávila.

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