Según estudios realizados el cigarro contiene sustancias que poseen efectos carcinógenos para humanos y animales, y otras están relacionadas con enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, entre muchas.
El cigarro es considerado una droga legal, es decir, su uso y consumo no están penalizados por la ley.
El tabaco es el único producto de consumo masivo, legalmente vendido, que mata a la mitad de sus consumidores crónicos: el 50 por ciento de esas muertes ocurren entre los 30 y 69 años.
En Cuba, en la última década, ha aumentado la cantidad de muchachos que comienzan a fumar entre los 15 y 18 años y rápidamente adoptan ese hábito; algunos jóvenes ven el acto como equivalente de hombría, madurez e independencia, y no comprenden el riesgo de ser fumador activo.
Es sorprendente conocer que el 30 por ciento de las muertes en la Isla están asociadas al tabaco. La adicción, además, afecta la conciencia del hombre, es factor de riesgo y disminuye la respuesta sexual.
Es reconocido por estudios científicos que un fumador vive 20 años menos que los alcanzados por otras personas. Muchos individuos consideran este hábito como “controlador de los nervios”, pero la nicotina, al contrario, es excitante del sistema nervioso y aumenta el estado de ansiedad.
Frente a la batalla contra el dañino cilindro blanco, no existen recetas garantizadas, lo que no debe prevalecer la duda de si fumar es o no problema de salud.
Para lograr salir de las cadenas del humo es imprescindible disponer de fuerza de voluntad, motivación y recordar lo esencial, con pulmones limpios de nicotina mantendremos buena salud. (Miguel Darío García)
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