La introducción en Cuba de la terapia celular regenerativa o la implantación de células madre para el tratamiento de la insuficiencia arterial crónica y de algunas otras enfermedades, ha tenido resultados favorables desde su inicio en 2004 y se extenderá gradualmente a todo el país.
El doctor Porfirio Hernández Ramírez, vicedirector de Investigaciones del Instituto de Hematología e Inmunología, lo comentó a la prensa en el VI Congreso Cubano de la primera de estas especialidades durante la VIII Jornada Latinoamericana de Hematología, Inmunología y Medicina Transfusional y el II Simposio Internacional de Medicina Regenerativa, que sesionará hasta el día 22 en el Palacio de las Convenciones.
Tal procedimiento, que se inició en Ciudad de La Habana, se aplica ya en Pinar del Río, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos y Holguín, explicó el doctor Porfirio Hernández, quien añadió:
«Estamos entre los países de América Latina que más han avanzado en el empleo de este método y ya hemos atendido con buenos resultados a más de 500 pacientes, el 80 por ciento de ellos con problemas de insuficiencia arterial crónica», comentó el especialista.
Dijo que ya existen las condiciones para extender este tratamiento progresivamente a diferentes hospitales del resto del país.
Aclaró que hay dos tipos de células madre, las embrionarias y las adultas. Las primeras se obtienen de embriones vivos y las segundas de individuos adultos.
«Las embrionarias se transforman en cualquier tipo de células del organismo; requieren métodos muy sofisticados de laboratorio; tienen la desventaja de crear problemas éticos, religiosos y políticos, y en experiencias con animales han provocado un alto porcentaje de tumores», precisó.
«En Cuba utilizamos solo las células madre adultas para regenerar tejidos, empleando células que habitualmente obtenemos de la médula ósea, a partir de la experiencia en trasplantes de dicha médula.
«Antes se creía que las células madre adultas eran solo regeneradoras de tejido específico: las de la sangre, solo sangre; las de hígado, solo hígado; las de neuronas, solo neuronas, pero ya sabemos que —en determinadas condiciones— existen células madre con capacidad de formar otros tejidos.
«Esto significa que pueden regenerar o producir músculos, huesos, el endotelio de los vasos sanguíneos y linfáticos, tejido nervioso... con una capacidad hasta ahora desconocida. Por eso las hemos seleccionado para emplearlas en Cuba en el tratamiento de enfermedades cuyas terapéuticas hasta ahora no han sido del todo efectivas».
El implante de estas células madre adultas se inició para tratar la insuficiencia arterial crónica e impedir la amputación de extremidades inferiores. Pero también han demostrado ser buenas en la terapéutica de afecciones cardiovasculares, alteraciones óseas como fracturas múltiples, necrosis de los huesos de la cadera y cabeza del fémur; en la isquemia de extremidades superiores —como la arteritis de las manos— y también en los linfedemas de miembros inferiores.
En nuestro país se obtiene la sangre del mismo paciente. Se le adiciona el denominado Factor Estimulador de Colonias de Granulocitos, de modo que las células «ancladas» en la médula ósea se desprenden y pasan a la circulación periférica en solo unos días. De esta se extraen 800 ó mil mililitros. Se le separan las células madre adultas (los hematíes sobrantes se le reponen al propio paciente-donante) y dichas células se les inyectan a los enfermos en los músculos de las piernas o por la arteria femoral, o mediante ambos métodos combinados. (Luis Hernández Serrano)
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