En el marco de la asamblea general que la Federación de la Industria Farmacéutica Europea (Efpia) celebró en Sevilla, Vassiliou admitió que "una de las principales preocupaciones" de la Comisión se centra precisamente en "reducir" los efectos que la crisis económica pueda acarrear en cuanto a las prestaciones sanitarias alcanzadas ya en los estados miembros.
De hecho, advirtió de la "relación directa" que existe entre la economía y la salud de las personas, hasta el punto de que una de las consecuencias de esta crisis económica "ha sido el incremento en un 25% en el número de suicidios y en un 15% el de nuevos casos psiquiátricos".
"Estos datos deberían hacer pensar a los políticos antes de practicar cualquier tipo de política que pueda recortar las prestaciones sanitarias", alertó Vassiliou, durante su participación en la conferencia Desarrollo de la Salud, la llamada de la industria farmacéutica a la sociedad.
Preguntada por si vería atractiva la introducción de medidas como el copago para sostener el sistema sanitario, admitió que este elemento puede presentarse de forma "atractiva" para algunos estados miembros, si bien se refirió a lo "peligroso" que puede suponer la aprobación de estas medidas, "ya que también pueden conducir a más desequilibrios" entre regiones. Con todo, reconoció que la Comisión "no puede imponer a los estados miembros el tipo de sistema sanitario a instaurar".
Por su parte, la representante de la Red Europea de Ciudadanos Activos, Melody Ross, ahondó igualmente en el vínculo que existe "entre una economía sana y un ciudadano sano", al tiempo que aprovechó para recordar que el acceso a la salud "es un derecho fundamental que debe llegar a todos, máxime en este contexto de crisis económica".
"No hay que aplicar recortes en la sanidad", reiteró esta experta, mientras que el economista escocés Peter Cornelius advirtió, en este sentido, que el acceso a la salud siempre se ‘rompe’ por los más débiles.
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