miércoles, 8 de septiembre de 2010

Avanza la Educación Preescolar en Cuba

Por: Noel Manzanares Blanco / Televisión Camagüey

Hace unos días escribí en esta página Cuba, por un Curso Escolar superior, donde compartí elementos demostrativos del porqué en la Mayor de las Antillas soplan vientos positivos y alejados de la desgracia señalada en el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2010.

En ese título, publicado en http://www.tvcamaguey.co.cu, hice alusión a los Círculos Infantiles (C. I.) sin significar algunos de los aspectos que avalan cómo la Educación Preescolar en nuestro país también es ejemplo de su calidad docente-educativa. A ello me referiré a continuación.

Justo cuando la Revolución Cubana concretaba su Campaña de Alfabetización, el 10 de abril de 1961 —aniversario de la Asamblea de Guáimaro (1869) y de la creación del Partido Revolucionario Cubano fundado por José Martí (1892), y en medio de las zancadillas del imperialismo yanqui que una semana después devino Invasión de Playa Girón— en La Habana tuvo lugar la apertura de los tres primeros C. I.: el "Camilo Cienfuegos", “Fulgencio Oroz” y el "Ciro Frías", cuyo objetivo fue educar a niñas y niños desde edades temprana e inculcarles hábitos para el mejor desempeño individual y grupal que los prepararan para la adecuada inserción en la nueva sociedad que emergía.

El desarrollo de los C. I. estuvo a cargo del Instituto de la Infancia hasta inicios de los años ochenta del siglo último, y desde entonces su dinámica quedó bajo la guía administrativa del Ministerio de Educación (MINED) a través del Subsistema de Educación Preescolar.

Según declaró a la prensa nacional al calor del 49 aniversario de esa institución María de los Ángeles Gallo Sánchez, Directora Nacional de Educación Preescolar del MINED, los primeros C. I. fueron inaugurados por el Comandante en Jefe Fidel Castro y la Presidenta de la Federación de Mujeres Cubana (FMC) Vilma Espín, quien dedicó muchos años a esa noble tarea.

Igualmente esa directora acreditó que a partir de la creación del Subsistema Nacional que ella encabeza, los esfuerzos estuvieron dirigidos al fortalecimiento de la atención, de los programas educativos y del desarrollo para los menores, junto con la formación de un personal altamente calificado.

A esta altura, la Educación Preescolar cuenta con más mil 130 C. I. en el archipiélago nacional, cifra insuficiente ante la demanda de plazas para las madres trabajadoras. La matrícula actual ronda 120 mil niñas y niños que son atendidos por unas 32 mil trabajadores preparadas para tales menesteres, incluidas más de 600 Master en ese nivel de Educación.

Para responder a su buen desenvolvimiento, están garantizadas la atención médica y la alimentación, al tiempo que el trabajo con una menor cantidad de pequeñuelos (as) permite atender mejor sus diferencias individuales.

Un importante complemento de estas instituciones para la edad temprana radica en el programa "Educa a tu hijo", encargado de preparar a la familia y sus infantes en la antesala de la Enseñanza Primaria. Así se alcanza a atender casi el 100 por ciento de los educandos desde meses de nacidos hasta los seis años.

Hay que resaltar que toda la labor de los C. I. se materializa con la máxima de su principal inspirador, el compañero Fidel, según la cual es casi más importante el círculo que la universidad, porque allí es donde el niño adquiere los primeros hábitos de la vida social, aprende a actuar con los demás, a colaborar con los demás, a hacer las cosas con los demás, a aprender de los demás, a respetar a los demás.

Por supuesto, Camagüey asimismo es reflejo de la preocupación y ocupación del Estado cubano respecto a la educación de niñas y niños, asunto que en perspectiva irá mejorando con la reapertura en el presente Curso Escolar de su Escuela Pedagógica —como en todo el país—, sin descartar el hecho de que también a 64 C. I. del territorio llega parte de los más de un millón 300 mil dólares que aportó este año el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), destinados al beneficio de 112 centros estudiantiles en esta provincia.

En síntesis, sin la menor vacilación digo que la Educación Preescolar en Cuba constituye una muestra fehaciente de que si la Revolución Cubana se hubiera limitado al entorno del proceso docente-educativo, ello de por sí la develaba como gigante ante los ojos de las personas de buena voluntad en todo el mundo.

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