No es esta una fecha escogida al azar. Cuando en la noche del 20 de octubre de 1868, en medio del júbilo por la toma de Bayamo apenas diez días después del estallido de la primera guerra por la independencia, Perucho Figueredo escribió sobre la melodía compuesta pocos meses antes los versos que comienzan diciendo "Al combate corred, bayameses¼ ", el arte se fundía con el contorno de la fundación de la Patria.
Fue aquel un símbolo definitorio: la poesía, el pensamiento y la acción se conjugaron desde entonces a lo largo de un proceso emancipador que se prolongaría por casi un siglo, y luego del triunfo revolucionario de enero de 1959 como guía y sentido para la vida espiritual de la nación.
Defender la cultura es defender nuestra propia existencia. Promover la cultura es vindicar la condición humana. A las puertas del siglo XXI, Cintio Vitier resumió ese desafío con las siguientes palabras: "Atrevámonos a ser a partir de lo que seremos; a resistir hoy, desde mañana, a ser siempre más justos y más libres".
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