La selección de 28 cooperativas de todo el país para integrar el movimiento productivo de frutales, se considera elemento clave en la aspiración de situar a ese cultivo en el lugar prominente que hoy no tiene.
Es indispensable poseer viveros de posturas para lograr la calidad y variedad en la siembra. Esta es una de las razones de los éxitos productivos de la Antonio Maceo.
El primer gran reto es desarrollar un programa capaz, por su amplitud y disciplina, de incrementar la presencia en las tarimas de los mercados de frutas actualmente deficitarias.
Los representantes de las entidades involucradas en la feliz iniciativa celebraron la primera reunión en la escuela Niceto Pérez, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), en Güira de Melena. Esta incluyó conferencias sobre la estrategia, organización, tecnologías y lineamientos del programa, e intercambios y propuestas que terminaron con la toma de 19 acuerdos.
El ingeniero Lázaro Hernández, presidente de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Antonio Maceo —entidad de excelencia visitada por los participantes—, disertó sobre el desarrollo del policultivo en el fomento de fincas integrales de frutas.
Las cooperativas seleccionadas, 20 de Crédito y Servicios y 8 Agropecuarias —que reúnen a 3 321 asociados—, tienen un objetivo muy definido: especializarse en la producción de frutales, su cultivo principal, aun cuando se diversifiquen y cosechen otros renglones.
De las hectáreas sembradas actualmente de mango, aguacate, guayaba, cítricos, piña, y otras variedades, 3 114 poseen riego y unas 1 650 disponen de potencial para aplicarles ese beneficio.
Durante los análisis se abordó con profundidad el tema de la comercialización. Pese al esfuerzo que se desplegó en la actual campaña se han perdido volúmenes de mango, guayaba y aguacate por deficiencias en esa gestión, falta de cajas y problemas organizativos y de dirección.
Una debilidad que debe solucionarse para garantizar el programa elaborado hasta el 2014 es la carencia de viveros, pues solo cinco cooperativas disponen de estos en áreas colectivas, y lo poseen 16 productores individuales.
Como nada puede quedar a la espontaneidad, en el encuentro también se precisaron las tareas a materializar, el calendario para el cumplimiento de cada una y la responsabilidad en la ejecución.
El programa se discutirá y aprobará en asamblea general de la cooperativa y será suscrito por su presidente en nombre de los productores, el presidente de la ANAP en el municipio, el director de la empresa que atiende la cooperativa y lo certificará el director de frutales del Ministerio de la Agricultura.
Priorizar el riego para las áreas actuales de frutas y las que se fomenten y precisar el destino de la producción, forman parte de los acuerdos. Estos contemplan, además, jerarquizar el abastecimiento al turismo y el consumo fresco para la población, y suministrarle materia prima a la industria conservera.
Es imprescindible que cada cooperativa construya sus viveros de posturas para asegurar las áreas previstas, y la sustitución y sellaje de las que lo requieran.
Quedó claro en las intervenciones la importancia de que el Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical garantice el máximo de atención a estas cooperativas, para lograr la rigurosa disciplina tecnológica que exigen las plantaciones.
Hay contempladas otras cuatro prioridades: la asignación de insumos productivos, según las posibilidades financieras disponibles; que antes de terminar el año cada entidad disponga de un área para beneficio colectivo; desarrollar el humus de lombriz en las fincas individuales y áreas colectivas de las cooperativas y jerarquizar las siembras de frutales en los linderos y guardarrayas que permitan aprovechar las tierras dedicadas a este cultivo, en especial coco, marañón, guanábana, anón, ciruela, chirimoya y limón criollo.
Las CPA y tierras colectivas de las CCS de frutales, deben tener divididas sus fincas, lo cual es una exigencia para la vinculación del hombre a los resultados finales de la producción.
Todos los asistentes coincidieron en la necesidad de hacer cumplir una prohibición: las cooperativas incorporadas al movimiento no pueden tener campos infestados de marabú y las que ocupen suelos de la agricultura suburbana deben acogerse a los procedimientos y normas establecidas.
Ulises Rosales del Toro, vicepresidente del Consejo de Ministros y titular de la Agricultura, Orlando Lugo Fonte, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y otros dirigentes, participaron en este encuentro del cual los campesinos salieron muy estimulados y optimistas por la riqueza de los intercambios y el ambiente franco en que se desarrollaron los planteamientos. Hubo elogios para la CCS Antonio Maceo calificada, con justeza, como "vitrina de referencia del programa".
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