En 357 millones 802 000 dólares se calcula el daño provocado al transporte cubano por el bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, en el periodo de marzo del 2008 a abril del presente año.
Antonio Puentes, viceministro del Transporte, y Camilo Chávez, director de la Empresa de Talleres Ferroviarios, explicaron que a pesar de la cercanía del mercado estadounidense, las compras de partes y piezas hay que hacerlas a través de terceros países. Esto encarece los precios —fundamentalmente en fletes—, se ejecuta en condiciones de pago muy desfavorables para Cuba, y entre el 10 y el 15% de las que se acceden son de segunda mano.
Además, ha sido imposible mantener un flujo de reparación y atenciones técnicas continuas, pues lo contratado se recibe desfasado, con demora de varios meses.
Más de 12 millones corresponden a la rama ferroviaria, impedida de adquirir piezas de repuesto en ese mercado para la reparación y mantenimiento de 80 locomotoras de procedencia estadounidense que integran el parque de equipos de tracción del país.
Con una explotación de entre 30 y más de 50 años, actualmente el coeficiente de disponibilidad técnica de estos equipos es del 49,7%: prestan servicio 59 locomotoras modelos MLW, C-30 y General Motor; 21 están dadas de baja y el resto espera por la sustitución de partes y piezas. En algunos casos, estas han sido fabricadas por innovadores del patio en los propios talleres ferroviarios, de conjunto con las industrias Básica y Sideromecánica; en otros, por sus características (sistemas de aire, eléctrico y electrónico) ha sido imposible su producción.
La imposibilidad de acceder al mercado estadounidense ha obligado al ferrocarril cubano a invertir recursos y realizar importantes innovaciones en los sistemas técnicos y de vía (regidos desde sus inicios por las normas norteamericanas), a fin de adaptarlos a la usanza europea y permitir el paso de locomotoras, vagones y coches procedentes de esa región, de Asia y de países árabes.
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