En esta ciudad, donde se lleva a cabo el evento, Obama priorizó dos cuestiones en la agenda bilateral con el anfitrión, Felipe Calderón, salud y energía, desplazando el asunto de la reforma migratoria.
Aunque las primeras reuniones del domingo se mantuvieron a puertas cerradas, el embajador mexicano en Washington, Arturo Sarukhán, dio en conferencia de prensa un panorama general de las conversaciones.
Según sus declaraciones, Obama reiteró que los primeros asuntos de importancia ahora en el Congreso de su país serán las reformas en materia de salud y energía, y quizás para fin de año se analice la migratoria, que ahora mismo no es la más urgente.
Acciones de ambos países ante la crisis global, la pendiente modernización fronteriza, los trabajos del Grupo de Alto Nivel sobre Seguridad y el asunto de la seguridad sanitaria, eran los temas propuestos de la agenda entre las dos naciones fronterizas.
La Influenza A(H1N1) que azotó fuertemente a la región, fue destacada debido al temor de los gobiernos a un rebrote esperado para la temporada invernal.
Por ello, adicional a la declaración conjunta, habrá un anexo específico en el que se delineará la estrategia trilateral para enfrentar las diferentes dimensiones de la enfermedad y sus riesgos de contagio.
Esto tendrá en cuenta no sólo lo que concierne a la cooperación de los sistemas de salud pública, sino las garantías para mantener el comercio, el transporte y el flujo de personas entre los tres países, según fuentes de las partes.
Sin embargo, miembros mexicanos que trabajan los mecanismos trilaterales de seguridad sanitaria hace cinco años reconocieron que el acuerdo no prevé la cooperación de Canadá y Estados Unidos con México para asistirlo ante la evidente desventaja.
Calderón y Obama volvieron sobre el tema del conflicto hondureño y le dieron connotación de prominente, luego de que esta semana el presidente constitucional de ese país, Manuel Zelaya, visitara México.
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