jueves, 19 de marzo de 2009

Cuando los ídolos caen

Ernesto Pantaleón Medina / Televisión Camagüey

No abordan estos apuntes tema religioso alguno, sino todo lo contrario: aspectos muy materiales de la vida, específicamente de los estadounidenses, y se refieren a dos ídolos: el dólar y el automóvil, que muy bien podría decirse reciben la adoración de los ciudadanos de ese país.

Y es que ambos símbolos atraviesan hoy uno de sus períodos más turbulentos e inciertos, con la Crisis Económica que amenaza con prolongarse por tiempo indefinido (al menos hasta ahora no ha surgido la idea salvadora).

La moneda del país de George Washington ya ha perdido una buena parte de su casi total hegemonía, pues el euro ha demostrado su efectividad y se ha establecido de manera definitiva al parecer.

En tiempos en que millones de norteamericanos han perdido sus empleos, en que el negocio inmobiliario ha caído en picada, se suprimen prestaciones y otras experimentan recortes drásticos, las grandes compañías fabricantes de vehículos automotores han visto disminuir sus ventas como nunca antes, y sencillamente, han cerrado unas cuantas puertas…los obreros, a la calle.

Algunos datos quizás no del todo actualizados, exponen que en Estados Unidos se cuentan hoy unos diez millones de desempleados, y más de siete millones de trabajadores de “medio tiempo”, quienes no logran una plaza laboral como Dios manda. El 70 % de estos últimos son mujeres.

Suman decenas de millones la personas que en ese país no tienen acceso a Seguros de Salud, entre ellos como es lógico, los que no poseen trabajo, los inmigrantes, y todo aquel que ha perdido sus ahorros, siempre que figure en las filas de los pobres, pues los ricos ya se las han arreglado para alcanzar diversas “compensaciones”.

Y todo eso en el país de la “igualdad”, de las,”oportunidades” y la “libertad”, el mismo en que de cada l00 desempleados, 50 son negros y el 48 %de quienes duermen en las calles y parques, también son de piel oscura.

Así las cosas, como dice un apreciado y bien informado colega, caen unos ídolos y otros amenazan con desplomarse; crecen las amenazas de flagelos como el hambre, la violencia, los delitos y lo que es peor, la incertidumbre y la desesperanza.

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