lunes, 23 de noviembre de 2009

Periodismo con fobias

Katia Siberia García

¿Qué esconden quienes rehúsan fotos y entrevistas? ¿A qué temen quienes aluden a disposiciones y autorizos para impedir que periodistas y fotógrafos de nuestros medios de prensa ofrezcan informaciones?

¿Cómo trabajar en un diario y lograr así la inmediatez; cómo hacer del derecho a la información una realidad cotidiana?

Ante tales interrogantes podrían aparecer unas cuantas respuestas, esgrimidas quizás por los mismos que creen que la prensa revolucionaria no posee suficiente inteligencia y no puede asumir responsablemente lo publicado, amén de lo objetivo y subjetivo que sazona la realidad cubana.

Incumplen, además, la resolución del Buró Político, emitida en el 2007 para incrementar la eficacia informativa de los medios de comunicación, la cual establece que "salvo el secreto militar y estatal, nadie tiene derecho a negarnos información".

Y ahí están: funcionarios casi infranqueables, solo accesibles en actos y reuniones; administrativos que se amparan en el bloqueo y el acecho enemigo; directivos que desenvainan "por cuantos y por tantos"; relacionistas públicos que entorpecen los contactos¼

En una empresa de ETECSA, por ejemplo, ubicada en la avenida Vento # 551, entre Camagüey y Línea del Ferrocarril, El Cerro, no pudimos pasar a tomar unas fotos que se exhiben como parte de un plegable en todo el país. Las imágenes muestran productos ociosos y dan cuenta del buen trabajo de la entidad por despojarse de lo estancado. Ni siquiera para ilustrar los resultados logramos entrar. El jefe de Protección Física, un directivo de la empresa, una encargada de los artículos en desuso¼ todos coincidieron en que sin coordinación, ¡nada! Hasta de la propia vicedirección mandaron "a aguantar". Ellos, muy amables, insistieron en que volviera luego¼ , luego de la coordinación quiero decir.

En otra ocasión un reportero de Granma se vio impedido por la directora de la Secundaria Básica de Paseo y 21, del Vedado capitalino, de tomar unas fotos allí porque "debía tener autorización del mismísimo viceministro primero del MINED".

En las tiendas recaudadoras de divisas, donde todo se exhibe y está a la vista, igualmente tienen prohibido tirar fotos o acceder a información, si no se hacen "las tramitaciones pertinentes".

En los círculos infantiles ven las cámaras fotográficas como algo nocivo. Igual sucede dentro de hospitales y policlínicos, y hasta en la funeraria de Calzada y K, donde ni el propio administrador pudo dar el permiso para ilustrar una reparación constructiva, debiendo pedir "señas de arriba".

Más ilógico aún es el caso de una de nuestras fotorreporteras que no pudo atrapar la alegría del primer día de clases durante el matutino de la Secundaria Básica Juan Manuel Márquez, en Marianao. Simplemente: no estaba autorizada para revelar ese acontecimiento en las páginas del diario. Eso lo dijo, paradójicamente, la directora de la escuela, no el director de Granma.

¿Por qué los impedimentos para tomar fotos y acceder a informaciones?

El hecho de que muchos se escuden en la falta de autorizos haría pensar que al periodismo "sin permisos" le asiste una malsana fobia.

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