miércoles, 7 de octubre de 2009

El bloqueo y su feroz rostro en la agricultura cubana

Juan Varela Pérez

Las principales entidades productivas del Ministerio de la Agricultura también sufren, desde hace casi cinco décadas, las severas restricciones impuestas por el bloqueo económico y financiero del gobierno de los Estados Unidos.

Lo antes señalado se ilustra con este ejemplo ofrecido por el viceministro del organismo, ingeniero Alcides López: solo entre el primero de abril del 2008 y el 31 de marzo pasado, las afectaciones rebasaron los 149 millones de dólares.

Ese monto corresponde a cinco producciones fundamentales: tabaco, porcino, avicultura, cultivos varios y LABIOFAM, especializada esta última en la elaboración y comercialización de medicamentos para los animales.

El bloqueo tiene una carga muy negativa en la producción de alimentos agropecuarios para la población, en los fondos exportables, las importaciones de insumos desde países lejanos y la actividad científica y técnica.

De los más de 93 millones de dólares reportados en el tabaco, las mayores pérdidas obedecen a lo que no ingresó por exportaciones y servicios y, en primer orden, las ventas en el mercado norteamericano del famoso torcido Premium.

Las limitaciones en ese renglón incluyen el sobrecosto pagado en compras y por fletes, y la inmovilización de inventarios de materias primas y piezas de repuesto.

Igualmente sobresalen la trabas para la adquisición de alimentos concentrados para cerdos y la pérdida por baja eficiencia en la ceba. A ello se suma que las empresas cubanas no han tenido acceso a tecnologías de punta para la crianza de los animales. Han carecido, además, de medicamentos, desinfectantes, vacunas, medios de bioprotección y de diagnósticos, reactivos para laboratorios y la imposibilidad de intercambios para el mejoramiento racial.

El viceministro de la Agricultura apuntó que una relación comercial normal y en igualdad de condiciones con Estados Unidos, evitaría tener que conservar en cámaras de frío millones de huevos para enfrentar eventualidades en el suministro de las materias primas.

La negación del acceso a la tecnología estadounidense de crianza se refleja en la producción de huevos para el consumo. Si esas mejoras se introdujeran en las jaulas, comederos y bebederos existentes, con una masa animal estable, similar a la que tiene Cuba, pudieran obtenerse 275 millones de huevos por encima del real anual y un ahorro en pienso superior a los 12 millones de dólares.

El Grupo Empresarial de Cultivos Varios también dispone de una amplia documentación sobre las consecuencias del bloqueo. Las importaciones de semillas de papa elevan sustancialmente sus costos, al tener que adquirirse en países europeos. Por este concepto esa semilla necesitó un gasto adicional para Cuba, al incrementarse la inversión para el flete en unos cuatro millones de dólares.

Alcides López explicó que al no poder desarrollarse la producción nacional de vacunas, por no tener acceso a la compra de cepas en el banco de Colección de Cultivos de la Asociación Americana (ATCC) de Estados Unidos, fue necesario importar vacunas tetravalentes aviares y Marek en otros mercados, lo cual ocasionó un gasto imprevisto.

La permanencia del bloqueo también impide algo de capital importancia en todos los frentes productivos: que nuestros investigadores y profesionales desarrollen relaciones de intercambio y colaboración científica estables con reconocidos investigadores norteamericanos.

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