miércoles, 22 de septiembre de 2010

Apoya la ciencia cubana sistema de alerta temprana

Sistema de Alerta temprana instalado en el río Hatibonico.
Foto: Televisión Camagüey

La Habana, 22 sep. En las condiciones de Cuba, el conocimiento científico respalda a la organización social para brindar al pueblo un sistema de alerta temprana, afirma Gisela Alonso Domínguez, presidenta de la Agencia de Medio Ambiente de la Isla.

Cada vez hay que prepararse mejor mediante la prevención, mitigación y adaptación a eventos naturales adversos, sean huracanes, sequías, sismos, intensas lluvias y penetraciones del mar, asegura la experta en un artículo aparecido en el último número de la revista Defensa Civil.

Opina que el sistema cubano de enfrentamiento a los desastres, bajo la dirección de la Defensa Civil, para la protección de la población y de la economía, goza de un sólido reconocimiento internacional, como lo han subrayado organismos de la ONU.

Octubre es el mes más peligroso de la temporada ciclónica, a juzgar por la cantidad de organismos tropicales que azotaron a Cuba desde 1800 hasta hace solo unos años, cuando se abatieron 37 sobre el territorio nacional.

La cifra es muy superior a los 24 ocurridos en septiembre, el segundo período más temido por los meteorólogos cubanos, quienes acumulan tanta experiencia en su enfrentamiento que el periódico The New York Times recomendó que Estados Unidos debe aprender de la Isla.

Alonso Domínguez sostiene que la consecución de resultados científicos y la aplicación del conocimiento disponible permiten la evaluación del potencial de los recursos naturales.

Ejemplificó con el hecho de que se promueve la aplicación de prácticas de agricultura sostenible, el auge de vacunas y nuevos medicamentos, el empleo de tecnologías para el aprovechamiento de residuales y las iniciativas de producciones más limpias en la industria.

Igualmente menciona en su artículo los esfuerzos en la rehabilitación y restauración de los ecosistemas afectados, y el manejo integrado de las zonas costeras y las cuencas hidrográficas. (Lino Luben Pérez / AIN)

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