El derrame petrolero en el Golfo de México, catalogado por expertos e investigadores como el más grande en la historia de esa área marítima por el vertimiento de más de 500 millones de litros de crudo, tiene a la vez de impacto ecológico y económico, contenido puramente capitalista.
No cabe dudas: la gran oleada negra crece cada día y, con ella, las lamentables consecuencias ambientales.
A más de 11 semanas de la explosión y hundimiento de la plataforma de la compañía British Petroleum, el drama se agudiza: es eminente peligro para la supervivencia de millones de especies de animales, constantemente asediadas por el escape.
Sin embargo, aun cuando diversas organizaciones ecologistas como Greenpeace advierten acerca del riesgo del fenómeno, para otros el problema resulta asunto que no les atañe.
Mientras unos se preocupan en buscar alternativas para acelerar la eliminación de los restos de crudo del mar o detener el derrame, otros utilizan la tragedia medioambiental con fines lucrativos.
Por ejemplo, la empresa norteamericana de videojuegos Super Boise Games, aprovecha el flagelo del golfo para saciar su sed de riquezas.
Su nuevo producto “Crisis en el Golfo “, ofertado a menos de un dólar en Estados Unidos, lejos de mantener una postura crítica e inculcar valores ético-ambientales en niños y jóvenes, lleva el preocupante tema al contexto virtual, como mera diversión.
l tiempo que asciende el número de usuarios del nuevo videojuego, miles de delfines, ballenas y distintas especies que viven aledañas a la región subsisten bajo la amenaza de perder su hábitat y en el peor de los casos, la vida.
Entonces, ¿en qué medida importa a esta compañía y a muchos la repercusión de un suceso cuyos pronósticos todavía no son previsibles?
Los hechos corroboran la necesidad de crear conciencia ético-ambiental en los habitantes del planeta, para quienes los exabruptos climáticos, el recalentamiento de la atmósfera, la deforestación, la sequía y ahora el derrame de petróleo, parecen no constituir eventos relevantes.
Algunos tienen puesta la mirada y la razón en el bienestar ecológico, otros lo hacen en el dinero.
Si se tiene en cuenta el impacto del fenómeno ya no solo en la flora y la fauna, sino también en los seres humanos, ¿es la gigantesca marea negra existente en el Golfo de México cuestión de unos…o de todos?(Indira López Farell)
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