jueves, 15 de julio de 2010

Cuando la música quiebra barreras

Travesías, iniciativa de destacados músicos nórdicos y cubanos con estudiantes de la escuela elemental Paulita Concepción, es de esas obras humanas que fluyen por el mundo sin importar barreras culturales, idiomáticas o climáticas.

El núcleo creativo de la agrupación es un sexteto homónimo de músicos de primera línea de varios países, quienes usualmente se unen par de veces por año (cuando sus complicadas agendas lo permiten), para hacer música de calidad, huérfana de cualquier prejuicio.

Ellos son el compositor y pianista Simon Ho (Suiza-Bélgica), el violinista Lorenz Hasler (Suiza), la soprano Susanne Rydén (Suecia), el guitarrista Víctor Pellegrini (Argentina-Cuba), la cellista Amparo del Riego (Cuba) y el contrabajista Lukas Hasler (Suiza).
La filosofía es cruzar umbrales, barreras lingüísticas, fronteras nacionales, prejuicios, controversias religiosas, discriminaciones y, en el plano artístico, las cuestiones de estilos u orígenes se vuelven irrelevantes. Hacer música juntos deviene felicidad.

Esa experiencia ya la ensayaron en Argentina y con niños y adolescentes en la escuela de música de Koniz–Suiza, que dirige Lorenz Hasler. Ahora, lo harán en la Isla con coro de 17 voces y orquesta sinfónica de 22 instrumentistas de la Paulita Concepción.

La meta más cercana es el concierto Travesías, el venidero sábado a las ocho de la noche en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba, con entrada libre al público y repertorio de 12 poemas de grandes creadores universales, musicalizados por Simon Ho.

Los textos pertenecen a José Martí, Nicolás Guillén, Fernando Pessoa, Atahualpa Yupanqui, Mario Benedetti y Nicanor Parra, entre otros sobresalientes escritores.

La temática aborda las migraciones y diásporas; la nostalgia, como fuerza creativa no como tristeza.

Simon declara que sería arrogancia componer acerca de un país desde la lejanía de otro, sin conocer sus gentes y ambientes. Es el motivo por el cual ha visitado varias veces a Cuba.

En apenas dos semanas, y codo a codo, profesionales y estudiantes han montado el complejo repertorio, dado que cada obra será interpretada en el idioma materno de su autor y, según el criterio de Ho, se siente muy satisfecho de lo logrado y augura desde ya de que el concierto será acontecimiento.

En las sesiones de trabajo el ambiente resulta estimulante, jovial y muy creativo. Los adultos trabajan dentro del grupo de niños y adolescentes, y cada avance es motivo de alegrías.

En aparte con Simon Ho, indago sobre las condiciones diferentes a su escenario habitual de trabajo donde medio año impera riguroso invierno. Raudo contesta que no existe dificultad insalvable y alude a lo duro de la canícula veraniega pero elogia la capacidad de comunicación de los cubanos.

Al respecto señala que en Berna, la capital suiza, para encontrarte con alguien tienes que coordinarlo y organizarlo con antelación. En cambio aquí, paseando por el Malecón, se ha topado con personas las cuales ha conversado horas sobre asuntos interesantes.

Del trabajo con niños y jóvenes artistas distingue la naturalidad y espontaneidad de sus entregas, frescura que la mayoría de las veces pierden los adultos.

Las Travesías de este sábado prometen algo excepcional, pues cuando talento y tesón se unen, con vocación de respeto, nace ese lenguaje universal con el cual, algunas veces, los humanos muestran ser ese animal superior del que tanto, a veces, hacen inútil gala.(Octavio Borges)

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