A pie de obra, constructores pinareños repudiaron la inclusión de Cuba en una lista de países patrocinadores del terrorismo por parte de Estados Unidos.
Recordaron los disímiles atentados perpetrados contra el archipiélago y secundados por las administraciones yankis, así como la permanencia en suelo norteamericano de verdaderos terroristas a quienes se les permite abiertamente la impunidad.
Estudiantes cubanos y extranjeros, obreros de las más diversas profesiones, campesinos, así como militantes de organizaciones políticas, reafirmaron el rechazo a la artimaña de la nación más poderosa del mundo.
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