La fortaleza y decoro de los Cinco Héroes prisioneros en cárceles norteamericanas sintetizan la dignidad de la nación cubana, aseveró Olga Salanueva, esposa de René González, uno de los cubanos injustamente privados de libertad por luchar contra el terrorismo.
Tanto sus familiares como los de Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y Gerardo Hernández, batallamos por liberarlos de los castigos impuestos por impedir acciones criminales fraguadas en Miami contra la Patria, reiteró Salanueva en entrevista para la AIN.
“Grande es el sufrimiento por la ratificación de la injusta condena de 15 años que cumple René en una prisión del estado de la Florida, pero cuando me declararon inelegible para entrar a territorio norteamericano, aumentaron mi dolor y el de nuestras hijas, las que han pasado por hechos fundamentales en sus vidas lejos del padre, y eso no lo podrá devolver el gobierno de ese país ni liberándolo mañana”, sentenció.
“Las esposas hemos visto pasar la juventud, postergado proyectos, y aunque tres de los Cinco se han realizado como padres, sus hijos cargan con una cuota de dolor adicional, pues su niñez no ha sido la deseada por sus progenitores, y al pasar ya 10 años, pensamos cuánto tiempo faltará para verlos. Pero más triste aún es que dos de esas parejas no han podido procrear.
“En el caso de Gerardo Hernández, a su cónyuge Adriana Pérez tampoco le permiten visitarlo, con el absurdo argumento, como en mi caso, de ser un peligro para la seguridad de los Estados Unidos, por ser ciudadana de un país que aparece en la lista de los que ese gobierno ha estigmatizado como terroristas”, recordó Salanueva.
Continuó explicando que “el deseo de Gerardo y su compañera de tener un hijo se obstaculiza por la medida inhumana e ilegal de prohibirles comunicarse frente a frente, por impedir que se cumpla el derecho de visita, negado sin fundamentos”.
También Fernando González y su compañera Rosa Aurora Freijanes sufren el dolor por el retoño que no pudieron tener.
Sin embargo, señala Olga, dentro del pueblo hay familias que tienen un sufrimiento mayor, al no poder esperar el regreso de los suyos porque los perdieron para siempre.
Muchas madres, prosigue, ya nunca podrán abrazar a sus hijos y muchos hijos no podrán abrazar a sus padres como consecuencia de actos terroristas que durante 50 años se han perpetrado contra la Isla.
“Cuando meditamos sobre esas personas pensamos que no tenemos derecho a sentarnos en un rincón a llorar o a creer que hemos tenido la mayor desgracia del mundo”, subrayó.
“La firmeza de Los Cinco en las penitenciarías y su dignidad es la que nos permite salir a las calles a darlo todo por su regreso, para que el mundo conozca que este pueblo está dispuesto a preservar su soberanía, que es lo mismo que cuidar cada hogar cubano.
“Eso nos sirve de orgullo: saber que nuestros familiares han dedicado sus vidas a esta noble causa; es una mezcla de dolor y de orgullo”, concluyó. (Por William Fernández Jiménez)
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