viernes, 19 de diciembre de 2008

Intensa agenda de Raúl en Brasil

Foto: Jorge Luis GonzálezBRASILIA, 18 de diciembre (PL).— El presidente de Cuba, Raúl Castro, cumplió hoy una intensa agenda en su visita oficial a Brasil, iniciada con el recibimiento por su homólogo, Luiz Inácio Lula da Silva, en el Palacio de Planalto.

El mandatario de la nación caribeña recibió honores militares frente a la Plaza de los Tres Poderes y sostuvo conversaciones oficiales con Lula, tras dialogar con un grupo de niños con banderas de los dos países.

Con posterioridad, ambos dignatarios se trasladaron a Itamaraty, sede de la cancillería, para un almuerzo en honor a Raúl Castro, durante el cual intercambiaron discursos sobre las relaciones bilaterales y otros temas de interés común.

El presidente cubano resaltó la firme convicción de los dos estados de trabajar por una mayor concertación política latinoamericana y una integración más comprometida con la justicia social y la dignidad humana.

Brindo por este abrazo en Brasilia, con la mente puesta en quien abrió el camino y nos acompaña desde La Habana, el compañero Fidel Castro, en su afecto por el pueblo brasileño y por ti, Lula, dijo el dignatario.

Lula da Silva, por su parte, destacó la visita de su homólogo cubano, los aportes de la Isla a la humanidad y el fortalecimiento paulatino de las relaciones bilaterales.

Luego del recibimiento oficial, Raúl Castro y el resto de los miembros de la delegación cubana se dirigieron a la capitalina Plaza Buruti, donde depositaron sendas ofrendas florales ante los bustos de Bolívar y Martí, a nombre del pueblo cubano.

En el homenaje participó, además, una representación del colectivo de la embajada en la capital brasileña, con quienes Raúl Castro conversó sobre la experiencia en esta misión diplomática, a la vez que se interesó por la vida personal de estos compañeros.

El presidente cubano, acompañado por el Nuncio Apostólico en Brasil, y la comitiva también admiraron la Catedral de Brasilia, impresionante obra del arquitecto Oscar Niemeyer, donde se combinan armónicamente la magnificencia de la estructura con una sobria sencillez, lo que hace recordar que las profundas raíces del cristianismo están entre los humildes.

Con posterioridad, Raúl Castro recibió de Vanesa Graziotin, del frente parlamentario, una copia de la carta con más de 300 firmas entregada a la embajada de Estados Unidos reclamando el levantamiento del bloqueo a Cuba.

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