miércoles, 25 de febrero de 2009

Jorge Enrique Mendoza en nuestros corazones

Por:María Delys Cruz Palenzuela

No es la primera vez, y creo que no será la última que dedicamos un espacio para recordar al querido y destacado intelectual camagüeyano Jorge Enrique Mendoza Reboredo.

La obra revolucionaria de Mendoza se sustentó en lazos indestructibles de respeto y admiración por el Máximo Líder de la Revolución Cubana.

Este 25 de febrero se cumplirán 15 años de su desaparición física, vida arrebatada por una severa afección cardíaca, al día siguiente de haber comparecido ante las cámaras de la Televisión cubana para, junto a nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, y un grupo de fundadores de Radio Rebelde, celebrar el aniversario 36 de la emisora, de la cual fuera locutor desde la Sierra Maestra en plena guerra de liberación.

Desde aquellos años finales de la década del ‘50 del siglo pasado, Mendoza se convirtió en uno de los hombres más fieles a Fidel; cada día su voz inundaba la intimidad clandestina de cientos de hogares cubanos, llevando el mensaje verídico y alentador de la marcha de la guerra.

Después asumió con total responsabilidad en su natal Camagüey el programa de aplicación de la Ley de Reforma Agraria, frenado por la vil traición que organizaba el jefe de la plaza militar en la provincia, acción que pudo desarticular por su singular percepción del bochornoso acontecimiento.

Esa fidelidad la mantuvo en las largas noches por más de una veintena de años como director del periódico Granma, y desde las incontables horas dedicadas a rescatar el legado de los héroes al frente del Instituto de Historia de Cuba.

Podría decir mucho más del inigualable y gentil caballero de delgadez y delicadeza quijotescas; del atento y preocupado jefe y compañero; del conversador con quien a periodistas de mi generación nos gustó invertir horas de aprendizaje; del hijo, del padre, del tío, del familiar, del amigo y del compañero que nunca se ausentó, y que tendrá siempre un lugar en decenas, en cientos, en miles de corazones.

Varios testimonios así lo confirman.

En innumerables oportunidades, en las que por asuntos de trabajo he contactado con integrantes de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, casi de manera espontánea ha fluido el diálogo en torno a Mendoza, para finalmente coincidir todos en que mucho aportó con su ejemplo.

El concepto de familia, los valores sociales, forman parte de las raíces de este hombre, que nunca dejó de sentirse como el más de los camagüeyanos, y no fueron pocas las oportunidades en las que nos aconsejara, como hizo en el acto por el aniversario 150 del natalicio de nuestro héroe epónimo: “... cuando cualquier pesar, cuando cualquier molestia, cuando cualquier tristeza golpee nuestro corazón, pensemos en Ignacio Agramonte...”

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