viernes, 16 de julio de 2010

La Edad de Oro: revista para todos los tiempos

En julio de 1889 salió por vez primera la revista La Edad de Oro, publicación literaria escrita en Nueva York por José Martí para los niños y niñas de América Latina.
Caracterizada por su excelencia y delicadeza, durante los meses de agosto, septiembre y octubre de ese año continúo la divulgación, apenas cuatro números, pero en ellos quedó por siempre la huella del más universal de los cubanos.

La revista no volvió a salir más ya que el editor, es decir, quien pagaba los gastos de La Edad de Oro, quería que Martí les hablara a los niños sobre el temor a Dios, y se negó. Eso era mentirle a sus lectores y ya él les había contado: “los dioses no son en realidad más que poesía de la imaginación”.

Las primeras líneas de la dedicatoria revelaban con claridad la esencia de la naturaleza y la razón de ser de los objetos, interés supremo de Martí de dejar claro a los que saben querer la verdad de todo cuanto les rodeaban.

Al inicio de la publicación, que tenía 32 páginas con lindos grabados e ilustraciones, el Apóstol decía: “…Este periódico se publica para conversar una vez al mes, como buenos amigos…”.

Los textos de la revista son cuentos, ensayos y poesías que muestran ejemplarmente el humanismo e idealismo martianos. La universalidad de los valores humanos nos llega mediante el amplio espectro de temas y épocas tratadas.

En La Edad de Oro escribía con palabras claras acerca del mundo que rodea a los pequeños y supieran cómo se vivía antes y hoy en América y las demás tierras.

Orientaba por el camino de la sabiduría en cada página y manifestaba la voluntad por el sentimiento de pertenencia hacia la tierra donde se nace; presente el deseo de inculcar valores morales, amor y ansias de justicia en las nuevas generaciones.

Estos valores se apreciaban en los gestos de Pilar de regalar a la niña enferma los zapaticos de rosa y de Bebé de obsequiar a su primo Raúl, la espada nueva del señor Don Pomposo; se alegraba con la victoria de Meñique sobre contrincantes más fuertes, y acompañaban a la inquieta Ardilla que ponía en su justo lugar a la vanidosa montaña; también viajaron al país de los anamitas.

Está la sorprendente historia de Bolívar, de Venezuela; San Martín, del Río de la Plata; e Hidalgo, de México en Los tres héroes, donde resaltaban los valores de la triada de héroes latinoamericanos y sus ansias de luchar por la libertad.

En 1905, La Edad de Oro aparece en forma de libro; y a partir de ese momento muchas han sido las ediciones realizadas. Los cuatro números de la revista fueron recogidos en cuaderno con el propio nombre bajo el cual se ha publicado sinnúmero de veces y forma parte del canon literario cubano y latinoamericano.

A pesar de sus 121 años de vida este clásico de la literatura infantil mantiene su frescura, belleza y vigencia, pues habla a los niños en el lenguaje universal que no conoce tiempos ni distancias.

Sigue cumpliendo con ese propósito por el cual fue concebido “una revista de literatura infantil amena y educativa, con lenguaje poético que despertara el interés y la imaginación de un lector tan especial”.

La Edad de Oro, paradigmática y ejemplar, nos presenta hoy su utilidad impecable y duradera que emerge de la virtud excepcional del Apóstol, ese amigo sincero el cual nos acompaña a cada minuto con sus excepcionales contribuciones que sobrepasan el marco de una revista para hoy apuntarse entre lo más renovado y vigente escrito en lengua española a finales del siglo XIX. (Por Yuniel Labacena Romero)

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