Ofrendas florales del Comandante en Jefe Fidel Castro y del General de Ejército Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, escoltan el féretro del intelectual Cintio Vitier, fallecido ayer a los 88 años de edad.
En el Centro de Estudios Martianos, del cual fue Presidente de Honor, los restos mortales de ese paradigma de la cultura criolla, fueron cubiertos por la bandera nacional, símbolo patrio al que dedicó su fructífera y larga vida.
A rendir honores a este martiano de pura estirpe acudieron Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano, las vicepresidentas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba Graziella Pogolotti y Nancy Morejón, Abel Acosta, presidente del Instituto Cubano de la Música, y Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, entre otras personalidades.
Maestro de generaciones, junto a su entrañable esposa Fina García Marruz y cabeza de una sobresaliente familia de intelectuales y artistas, con Cintio, la cultura cubana pierde uno de sus pilares más sólidos y coherentes.
Hombre que nunca dudó ante las decisiones vitales de la Patria, Vitier representa lo más sano y honesto de la poesía insular. Fue un ensayista sagaz, narrador y formador de juventudes, así como uno de los grandes promotores de la obra martiana.
Apreciado no sólo en Cuba, sino también en Hispanoamérica y otras latitudes, su talentoso quehacer y recia actitud ante la vida le merecieron numerosos lauros. Sobresalen el Premio Nacional de Literatura 1988, el Juan Rulfo, en el 2002, el título de Oficial de Artes y Letras de Francia y la Medalla de la Academia de Ciencias de Cuba.(Octavio Borges Pérez)
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