martes, 4 de agosto de 2009

Nada debe limitar a los agricultores urbanos

Juan Varela Pérez

Pruebas muy duras tuvieron que vencer en los últimos meses los trabajadores de la Agricultura Urbana. Pero ninguna —incluido el azote de tres huracanes a finales del pasado año— logró intimidar a quienes saben que millones de personas esperan por el fruto de su dedicación.

La agricultura urbana necesita una marcha pareja en todo el país.

Rebasar en 14 500 toneladas las ofertas de igual fecha en el 2008, demuestra que el potencial de estos hombres y mujeres reta las dificultades.

El doctor Adolfo Rodríguez Nodals, jefe del grupo Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana declaró a Granma que tras finalizar un nuevo recorrido (el número 45), el saldo es destacado y alentador y demostró cuánto más se puede obtener. Ello precisa, no obstante, que cada colectivo cumpla su parte.

Durante este chequeo a pie de cantero, diez provincias lograron el máximo de calificación: Sancti Spíritus, Pinar del Río, Villa Clara, Ciego de Ávila, La Habana, Las Tunas, Granma, Matanzas, Ciudad de La Habana y Holguín. En este destacamento de vanguardia merecen un reconocimiento especial las seis primeras porque, a la vez, incrementaron sus ventas a la población.

Fotos: Jorge Luis GonzálezEl cultivo semiprotegido debe acelerarse.

El trabajo dentro del Ministerio del Interior avanza, aunque no se catalogó de buena la situación en Quivicán y Guanajay (La Habana); Mayarí (Holguín); Jesús Menéndez (Las Tunas); Santiago y Songo-La Maya (Santiago de Cuba) y Guantánamo y Baracoa (Guantánamo). A San Miguel del Padrón, en Ciudad de La Habana, le confirieron una valoración nada afortunada: la de mal.

El director del Grupo se refirió al estado desfavorable de la vinculación de la Agricultura Urbana con Unidades Militares, en San Luis (Pinar del Río); Quivicán y San José de las Lajas (La Habana); Marianao y Plaza de la Revolución (Ciudad de La Habana); Sagua de Tánamo (Holguín), Pilón (Granma) y Guamá y Songo-La Maya (Santiago de Cuba).

Por otra parte, el abastecimiento destinado al consumo social del Ministerio de Educación se calificó de regular en el municipio de Carlos Manuel de Céspedes, Camagüey. Apreciable fue el trabajo con los Comités de Defensa de la Revolución y el aprovechamiento de los patios. Es imprescindible, en cambio, que esta iniciativa se fortalezca en Cueto, Songo-La Maya y Baracoa.

Las actividades con los campesinos exigen pronta mejoría en los municipios de San Nicolás de Bari, Pedro Betancourt, Ciego de Ávila, Baraguá, Gibara, Jobabo, Bayamo y Manuel Tames, calificados de regular y en Artemisa y Vertientes, de mal.

Atrasos en el semiprotegido

La gestión productiva dentro del Ministerio del Azúcar obtuvo en Vertientes la condición de regular. Las inversiones del cultivo semiprotegido de ese organismo siguen atrasadas, y los integrantes del Grupo observaron algo preocupante: en varios territorios se encuentran almacenados los sistemas de riego, tela y estructuras metálicas.

Tales obras no se ejecutan, según informó el doctor Rodríguez Nodals, por falta de financiamiento en moneda nacional, lo cual es un contrasentido.

Igualmente hay demoras en la electrificación de una parte apreciable de nuevos organopónicos y huertos intensivos: solo en Holguín faltan 54 y 19, respectivamente, por recibir ese servicio. Esto impide que funcionen los sistemas de riego, parcial o totalmente, lo cual le resta capacidad productiva a esas unidades.

Los participantes en estos intercambios tienen misiones muy definidas: apartarse de los fríos informes, orientar, educar, reconocer, criticar lo que no marche bien y aportar medidas que ayuden.

Así, por ejemplo, quedó demostrada en 37 municipios la ineficiencia del trabajo con las Unidades Básicas de Producción Cooperativa. Las Tunas, La Habana, Ciego de Ávila, Camagüey y Santiago de Cuba son las más atrasadas en ese indicador. Esto limita la diversificación, una provechosa forma de producción agrícola que poco a poco gana terreno.

Nada escapó a la observación y al análisis en este recorrido. La labor con los Institutos Politécnicos Agropecuarios no pasó de regular en Colón, Limonar, Yaguajay, Camagüey y Maisí.

En la Agricultura es fundamental lograr un desempeño parejo. Los promedios suelen tergiversar la realidad y encubrir, en determinadas zonas, baches no recogidos en las estadísticas. De ahí el énfasis en los resultados de los consejos populares.

La categoría de regular correspondió esta vez a los consejos de San Francisco de Paula (Ciudad de La Habana); uno en los municipios matanceros de Calimete, Pedro Betancourt, Limonar y Jagüey Grande, dos en Villa Clara (Camajuaní y Corralillo); Caracas, en Cienfuegos; Yarnal y Jagüeyal, en Ciego de Ávila, Bella Vista-Juruquey y Cubitas, en Camagüey.

Similar tendencia reflejaron Tacajó en Holguín; La Yaya y La Viste, en Las Tunas; Cienaguilla, Borojó y Cauto Embarcadero, en Granma; Aguero-Marverde, Boniato, Songo, Palmarito de Cauto y Dos Ríos, en Santiago de Cuba; Bayate, Sabanilla y La Máquina, en Guantánamo y Patria en Isla de la Juventud. El examen consideró mal el trabajo del Consejo de Batalla de las Guásimas, en Camagüey.

La ocasión sirvió para desarrollar Seminarios Técnicos en los que participaron nuevos usufructuarios favorecidos por el Decreto-Ley 259 en zonas suburbanas.

El Grupo Nacional estimuló el esfuerzo de espirituanos, tuneros y holguineros, que concluyeron la totalidad de sus inversiones en el cultivo semiprotegido, y a los avileños en las que pertenecen al Ministerio de la Agricultura. Los restantes territorios —hoy atrasados— deben terminar el proceso antes del próximo 15 de septiembre.

A este movimiento, al frente del cual está el doctor Rodríguez Nodals con un reducido equipo de trabajo, destacado por su exigencia y sistematicidad, se le encomendó la tarea de llevar adelante el programa de la agricultura suburbana, experiencia que se inició en Camagüey y se extenderá a otros 15 municipios ya seleccionados, en terrenos que rodean ciudades y pueblos.

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