Esos incrementos han ido acompañados de un crecimiento sostenido en el número de pobres, que ha sido, según el mismo organismo, de entre 130 millones y 155 millones de personas en los dos años recientes, atribuible a la superposición de la crisis alimentaria, el incremento en los precios internacionales de los combustibles y la recesión económica mundial. El resultado de la conjunción de estos dos factores —incremento en los precios de alimentos y aumento en el número de pobres— se refleja en las cifras difundidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), según las cuales una de cada seis personas padece hambre en la actualidad.
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