jueves, 15 de enero de 2009

Integración para el desarrollo científico

El CIBA, un centro en medio de la campiña, también aportó para que Ciego de Ávila fuera merecedora de la sede del acto nacional por el Día de la Ciencia Cubana

Ortelio González Martínez

MORÓN, Ciego de Ávila.C En tierra firme, con una arquitectura sencilla, agradable y en armonía con el paisaje que lo circunda, se encuentra el Centro de Investigaciones en Bioalimentos (CIBA).

Investigar en la alimentación animal, entre los principales retos.

Rafael Pérez Carmenate, director desde hace una década, recuerda que el CIBA fue fundado en julio de 1992 y es una institución científico productiva, que dedica sus esfuerzos a la protección del medio ambiente y al desarrollo sostenible de sistemas alternativos de producción animal, con beneficios territorial y nacional.

Pérez Carmenate explica que la primera línea de investigación desarrollada con éxito fue El mejoramiento biotecnológico del sustrato fibrosocelulósico, obtenido de la industria azucarera.

La capacitación forma parte de las prioridades de investigadores y especialistas.

También desarrollaron importantes proyectos, entre los que destacan Sistemas integrados de ovinos y leguminosas a plantaciones de frutales (cítricos, cocoteros, guayaba), donde se pretende, con la aplicación de principios sostenibles, la introducción de ovinos al cultivo principal y, a la vez, la siembra de leguminosa en los frutales.

Según estiman los especialistas, la integración armónica de los animales, las leguminosas y los frutales, trae beneficios para unos y otros, disminuyen los daños al medio ambiente, al sustituir los herbicidas por cultivos de cobertura, y se incrementa la producción de proteínas de origen animal.

Otros productos han sido: Follajes proteicos para la alimentación de monogástricos y pequeños rumiantes, Sistemas de gestión ambiental en el sector empresarial, Aprovechamiento de subproductos y desechos agropecuarios e industriales como alternativa sostenible en la alimentación animal, y Digestión anaerobia para la descontaminación ambiental y producción de biogás como fuente energética.

Solo el Sistema de tratamiento de residuales de la destilería Nauyú, puede generar en su digestor 600 metros cúbicos diarios de biogás, y la provincia cuenta con otros nueve, de ellos cuatro en el municipio de Florencia.

Actualmente la ingeniera pecuaria Lilian Leyva Méndez, Máster en Ciencias, realiza investigaciones en el marpacífico (Hibiscus rosa-sinensis), planta que pudiera formar parte de la cadena alimenticia de algunos animales, en lo fundamental de la especie porcina.

El CIBA ha concluido 23 proyectos y tiene otros ocho en ejecución. El pasado año recibió dos premios nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC): Producción de carne de ovinos Pelibuey, opción sostenible para el trópico, y Caracterización física, química, morfológica y estructural de harinas de follajes tropicales y su efecto en la fisiología digestiva de animales monogástricos, ambos de conjunto con otras prestigiosas instituciones del país.

Celso Pazos Alberti, delegado territorial del CITMA en Ciego de Ávila, informó a Granma que en el 2008 también obtuvo Premio de la ACC el trabajo Ecosistemas costeros: biodiversidad y gestión de recursos naturales del Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros, que es uno de los más de 100 proyectos asociados a programas ramales y nacionales, destinados a dar respuestas a las prioridades del desarrollo socioeconómico.

Significó el vínculo constante entre el Polo Científico territorial, creado en 1992, y las empresas y organismos en el desarrollo de los programas de la piña, la papa, la recuperación de playas en los Jardines del Rey y el energético, entre otros.

Ciego de Ávila cuenta con más de 450 másteres en Ciencia, más de un centenar de doctores en Ciencia y 4 000 profesores vinculados a la investigación.

El sistema de ciencia e innovación tecnológica de la provincia es resultado de cinco décadas de Revolución: 50 años que abrieron el camino a la inteligencia.

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