miércoles, 3 de agosto de 2011

Sociedad civil guatemalteca aplaude resultados en juicio por masacre

Guatemala, 3 ago. Histórico ha sido el juicio, y tanto o más la condena para exmilitares acusados por una masacre de campesinos en 1982, aplaudidos hoy por la sociedad civil por el combate al menos en algo a la impunidad.

Cuatro exintegrantes de los kaibiles, fuerza de elite del Ejército, recibieron la pena máxima de la justicia guatemalteca, la cual suma más de seis mil años de cárcel.

Los imputados fueron sentenciados a 30 años por cada uno de los 201 asesinados comprobados en el caso de la matanza perpetrada en la aldea Dos Erres, departamento de Petén, considerada una de las más atroces de la época del conflicto armado interno (1960-1996).

Durante una semana el Ministerio Público presentó en el proceso contra esos imputados pruebas consideradas suficientes para determinar su participación en el masivo crimen.

Una tropa a la cual pertenecían los encartados, uno de ellos su jefe, penetró en la aldea el 6 de diciembre de 1982 en busca de varios fusiles arrebatados por la guerrilla a elementos castrenses.

Al no encontrarlos acusaron a los pobladores de colaborar con la insurgencia, según testimonios.

Unos 250 hombres, mujeres y niños se estima fueron brutalmente asesinados y sepultados en excavaciones a modo de tumbas colectivas.

Cuando ocurrió la masacre de Dos Erres gobernaba, tras una asonada castrense, el general Efraín Ríos Montt, ahora diputado al Congreso de la República por el partido Frente Republicano Guatemalteco.

La acción formó parte de las decenas de matanzas cometidas por las fuerzas de seguridad y los paramilitares durante aquel periodo bélico, en aplicación de la política de tierra arrasada destinada a acabar con la guerrilla y sus bases de apoyo.

La guerra dejó en este país unos 250 mil muertos, de los cuales se calcula en 45 mil los desaparecidos de manera forzada, de quienes en la mayoría de los casos no se supo nunca el paradero.

Este juicio es considerado histórico en Guatemala por tratarse del primero efectuado contra militares de la época del conflicto armado acusados de genocidio.

Con ese resultado, sobrevivientes y familiares de las víctimas dijeron sentir alivio, pero nunca podrán cerrarse las heridas abiertas por un hecho de tal magnitud.(PL)

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