viernes, 30 de julio de 2010

Escuela de oficios camagüeyana y el arte de la restauración

Le llega como una fortuna a la antigua villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey, los trabajos que le restañan las heridas ocasionadas por su transitar en el tiempo. Cumplirá el 2 de febrero de 2011 su cumpleaños 497 y los celebrará en su calidad de Patrimonio Cultural de la Humanidad, categoría otorgada por la UNESCO a la zona más antigua de la localidad cabecera camagüeyana.

Amorosos hijos se encargan de no permitir lastimaduras al patrimonio edificado de la definida como “suave comarca de pastores y sombreros” por el Poeta Nacional Nicolás Guillén.

Desde la Escuela de Oficios “Francisco Sánchez Betancourt”, adscripta a la Oficina del Historiador de la Ciudad, diestros restauradores se encargan de formar al talento joven allí matriculado en disciplinas tales como: plomería, carpintería, albañilería, pintura mural, forja, arqueología y yeso arquitectónico, entre otras.

Devenidos profesores de una gran calificación, aportan sus conocimientos a quienes les sucederán en tan vitales labores, sin las cuales sería totalmente imposible mantener incólume el extraordinario potencial patrimonial arquitectónico que caracteriza a la región: una de las primeras villas fundadas por el Adelantado Don Diego Velázquez.

El modelado en madera

Raúl Cisneros Piñeiro le conoce buena parte de sus secretos a la madera. Autodidacta en su formación, desde niño –gracias al ejemplo recogido en la Carpintería de la familia- comenzó a adentrarse en ese oficio que –como asegura- es una de sus pasiones personales.

-“Esta especialidad –señala- aplicada a la restauración arquitectónica no es una más… Requiere de aplicaciones muy específicas fundamentalmente en una ciudad como la de Camagüey, donde tanto abundan los aleros de tornapunta y el de bola-recta, las rejas balaustradas y las arcadas.”

“Los aleros de torna-punta –señala- tienen la peculiaridad de ser muy escabrosos en su elaboración. Incluso el “pitonaje” de la madera es de muy difícil adquisición y hay que buscarlo a todo lo largo del país. Este año hemos incursionado en el tratamiento de las arcadas, que tienen una amplia variedad de formas en esta localidad, fundamentalmente las llamadas “ojival”, “carpanel” y “mixtilínea”, muy comunes en la región.”

Raúl Cisneros es un devoto ebanista. Forma a sus alumnos en la Escuela de Oficios bajo la égida de que este trabajo tan especializado –si bien requiere de una gran técnica- exige la colocación del alma en cada detalle… tal y como él lo hace.

El rescate de la pintura mural

Bisturí en mano y con un cuidado exquisito, va rasgando el profesor Carlos Jesús Hernández la pared, quitándole las capas del antiguo carburo y del contemporáneo vinyl, para llegar –bien sabe él de su existencia- a la pintura mural que adornó durante tantos años el local. En estos momentos le veo trabajar –en unión de varios alumnos de la Escuela de Oficios- subido al elevado andamio, en el Salón principal de lo que fuera una casa colonial perteneciente a la ilustre poetisa Aurelia Castillo, justo al frente de la otrora Plaza de Armas, actual Parque “Ignacio Agramonte”. Se restaura totalmente al inmueble, que acogerá al Centro de Antropología Cultural de la Oficina del Historiador:

-“El rescate de pinturas murales impone retos a quienes seleccionamos esta profesión. Yo he participado en varias intervenciones en nuestra ciudad, tanto en inmuebles de personalidades de la villa como en viviendas coloniales. Trato de comunicarles a mis alumnos, el cuidado debido para –primero llegar hasta donde están- y, después, para devolverles su inicial colorido y hermosura a cenefas y otros motivos, que nos hablan de épocas ya pasadas. La restauración de este sitio donde radicará el Centro de Antropología, es exquisito, profundo y devoto: tal y como precisa una región poseedora de tanta historia y contenidos.”

Elpidio: Maestro en el yeso arquitectónico

Elpidio Sed Quintana tiene 83 años y se niega al descanso hogareño. Puede vérsele en la Escuela de Oficios, transmitiendo a sus alumnos esos conocimientos que tiene para el tratamiento del yeso arquitectónico: fundamental en las tareas de restauración de inmuebles con valor patrimonial.

-“Esta especialidad en Camagüey no era generalizada. Me dediqué a ella pues –además de hermosa- es imprescindible para la recuperación de piezas desgastadas o lastimadas por la acción humana o del tiempo. Es un trabajo que requiere mucha paciencia: desde la confección de las plantillas, a partir del elemento a recobrar, la mayoría ornamental, que tiene tanta presencia en inmuebles públicos o en viviendas coloniales, hasta el proceso de acabado. Con el yeso nunca se acaba de aprender. Siempre aporta algo nuevo y me siento útil al formar a estos muchachos. Mi experiencia ya no se irá conmigo.”

Salud para el Patrimonio edificado

Con la anterior divisa, trabajan los restauradores de aquellos bienes tangibles depositados en la ciudad de Camagüey y en otras localidades de la provincia, precisadas del remozamiento de sus inmuebles.

Raúl Cisneros Piñeiro; Carlos Jesus Hernández Fernández y Elpidio Sed Quintana –expertos maestros en la disciplina, entre otros- son ejemplos de un tesonero hacer que subraya la amorosa devoción agramontina para con su heredad.(Yolanda Ferrera Sosa)

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