
El 29 de junio constituye una de las fechas más importantes de los festejos, durante el recorrido las “plañideras”, acompañados de hombres, muchos con botellas de ron en mano, realizan llantos fingidos por la muerte de San Pedro, que se representa con un muñeco confeccionado con ropas viejas, relleno de hierba seca y trapos, el cual puede ser llevado en un ataúd o montado en una carretilla, para terminar quemado.
Así, en la Plaza de la Libertad será el tradicional “entierro”, luego del itinerario de una gigantesca conga con la que los camagüeyanos despiden su jolgorio veraniego.
Esta representación que también, se realiza en otros poblados de Cuba, para los camagüeyanos forma parte indisoluble del folklórico San Juan local.
Vigente desde el siglo XVIII, el San Juan camagüeyano tuvo su origen en la encrucijada de celebraciones procedentes de Europa y ferias de venta de ganado en la entonces Santa María del Puerto del Príncipe.
Esa centuria es considerada la del desarrollo pleno de la villa, hoy Camagüey, cuyo sector más antiguo de su último asentamiento posee el estatus de Patrimonio Cultural de la Humanidad.(Jorge Luis Peix Agüero)
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