Por:Enrique Atiénzar RiveroLa postura del gobierno norteamericano de ceder espacio a favor de la mafia cubano americana, inspiradora y ejecutora de planes terroristas y, por otro lado, mantener la posición inflexible e injusta contra los Cinco cubanos inocentes, presos en cárceles norteamericanas, ratifica el doble rasero de la política que sigue la actual administración yanqui.
No se entiende que un hombre autoproclamado de bien, como Barack Obama, de fe cristiana y perteneciente a la congregación religiosa Trinity United Church of Chrst durante más de 20 años, admita que connotados terroristas anden sueltos en las calles de esa “democrática” nación.
¿Quiere Obama mayor prueba que las armas de guerra, explosivos y otros medios destinados a planes terroristas contra Cuba ocupados al agente de la CIA Santiago Álvarez Fernández-Magriñá y que ese “señor” disfrute de libertad?
Sobre el despreciable personaje y de otros de sus acólitos como Roberto Ferro y el sanguinario Luís Posada Carriles, Cuba dispone de bastante información que el Presidente de Estados Unidos debía estudiar para no hacerse cómplice de consumados crímenes y tenebrosos planes.
De la memoria de los cubanos no se borra que Santiago Álvarez envió un grupo terrorista, infiltrado en la Isla, con la encomienda de hacer estallar cargas explosivas en el concurrido cabaret capitalino Tropicana.
En su última Reflexión, del 4 de noviembre, el Líder Histórico de la Revolución, Fidel Castro, ratificó que existe prueba documental irrebatible de esa instrucción.
¿Quiere Obama mayor crimen que mantener presos a los Cinco cubanos, uno de los cuales, Gerardo Hernández Nordelo, acaba de perder a su honesta y querida madre, luego de una larga enfermedad, sin poder estar a su lado, derecho que le pertenecía?
No hay razón para estar encerrado allí y con la bárbara sanción de dos cadenas perpetuas y 15 años de prisión, inexplicables y absurdas medidas para toda persona con decoro en el mundo.
Al evocar a Carmen Nordelo Tejera en su artículo: “El mejor homenaje a la madre de un Héroe”, Fidel Castro señaló que la lucha continuará, sin descanso, para lograr la libertad de los Cinco, desenmascarando la hipocresía y el cinismo del imperio, con el arma inconfundible de la Revolución: la verdad.
Es hora de que el presidente de Estados Unidos, antes de hundirse más en el lodo del descrédito, valore esta afirmación: detener el tiempo es imposible, en cambio, detener la barbarie es posible y cuanto antes mejor.
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