Por Noel Manzanares Blanco / Televisión Camagüey
Este 6 de octubre se conmemora el trigésimo tercer aniversario del acto terrorista más horrendo de la Historia de Nuestra América, cuando en pleno vuelo un avión de Cubana de Aviación explotó frente a las costas de Barbados, provocando la muerte de sus pasajeros y tripulantes, o sea 73 personas.
Además del recordatorio a los mártires, al rememorar este acontecimiento de hecho se explica el porqué los Cinco Héroes cubanos tuvieron necesidad de infiltrarse en la terrorista mafia gusano-yanqui radicada en Miami. Aquí van algunas razones.
Documentos desclasificados tres años atrás, revelan que quien entonces se desempeñaba como director de la CIA, ni más ni menos que Bush, el padre, sabía de los trajines devenidos monstruosidad en 1976.
Hoy se conoce que doce años después, el 7 de septiembre de 1988, durante una audiencia en el Senado de los Estados Unidos, el senador demócrata por el estado de Iowa, Tom Harkin, interrogó al vicepresidente y candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, George H. W. Bush.
Preguntó el senador Harbin, en aquella ocasión: "Señor Bush, ¿cuando Ud. era director de la CIA en 1976, investigó el rol de Posada y otros en la voladura del avión cubano?”.
El senador le recuerda a Mr. Bush que él era el director de la CIA cuando ocurrió el sabotaje, que tomó un interés personal en eso y que —de acuerdo con funcionarios federales en Miami— el acto terrorista fue llevado a cabo por una coalición de grupos paramilitares anticastristas que se hacían llamar CORU.
También, que preocupado por la ola de atentados, en su condición de director de la CIA, había realizado un viaje de fin de semana a principios de noviembre de 1976 a Miami en compañía de un veterano oficial del FBI para investigar la conexión cubana con los atentados al avión y a Letelier en Washington.
“La pregunta real —precisó el senador— es, dado los vínculos pasados de Posada con la CIA, el conocimiento de la CIA de la conexión cubana con el sabotaje al avión de Cubana y el atentado a Letelier en 1976, ¿por qué como Director de la CIA no estaba usted consciente del rol de Posada en todo esto en ese momento? ¿Por qué no se tomó ninguna acción en aquel momento?".
La callada fue la respuesta a las preguntas del senador demócrata y —¿por casualidad?— la gran prensa apenas se hizo eco del asunto.
Otros documentos desclasificados por los Archivos Nacionales de la Universidad George Washington develan la complicidad de G. Bush en este asunto. Y para colmo, en su condición de presidente Made in USA, el padre del hijo, amnistió a Orlando Bosch.
¿Hacen falta más elementos para corroborar que sencillamente resultó impostergable que hombres como Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René se vieran en la imperiosa necesidad de penetrar la delincuencia política asentada al Sur de la Florida para evitar sufrimiento de gentes inocentes?
Justo cuando apenas faltan ocho días para el inicio del juicio con vistas a la resentencia de Antonio, Fernando y Ramón, hemos de esperar que el Jurado que analizará el caso tenga en cuenta que precisamente los Cinco Héroes son tales porque arriesgaron sus vidas en aras de evitar que Cuba, Norteamérica y la humanidad toda no lamentaran otro crimen como el de Barbados.
Mientras, continuará la lucha hasta que los Cinco regresen a la Patria agradecida.
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