La Habana, 5 may. La programación cultural para la población en Cuba se ha incrementado este cuatrimestre y continuará preservándose su desarrollo en cada localidad.
Julio Ballester, viceministro del ramo, dijo en exclusiva a la AIN que se han adoptado medidas de reducción de gastos en actividades no esenciales, y sin afectar las propuestas en todo el país ni la enseñanza artística, esta última requerida de materiales e instrumentos, en su mayoría importados.
El vicetitular del área económica aclaró que no se han suspendido los principales eventos previstos para el año, y puntualizó que ese enorme esfuerzo reclama mayor organización y disminución de los gastos y mejor uso de las instalaciones culturales.
Recordó que la crisis mundial, particularmente en el caso de Cuba, está precedida del devastador impacto provocado en el 2008 por tres huracanes de gran intensidad que además de la agricultura, la economía y el fondo habitacional, dañaron más de 300 instituciones de la cultura.
Ballester precisó que todo ello repercute desfavorablemente en el sector, el cual en gran medida depende del financiamiento en divisa y de las ventas de bienes y servicios culturales, las que como resultado de esos fenómenos han disminuido, y por tanto, los ingresos recibidos hasta ahora.
Ese decrecimiento, precisó, implica menor disponibilidad para financiar actividades culturales, de ahí la necesidad de disminuir en gastos no fundamentales y jerarquizar la programación cultural de cada territorio, lo que se analiza periódicamente a fin de si es imprescindible adoptar otras medidas.
En tales circunstancias, afirmó el viceministro de Cultura, la prioridad de la Revolución cubana es la reafirmación y defensa de los valores de la identidad nacional, indispensables para consolidar una auténtica cultura de resistencia.
Mientras en otras naciones del orbe por limitaciones económicas se cierran espacios populares para la cultura, dijo, en Cuba se sostienen programas de alcance masivo a nivel de comunidades, y esa experiencia la aprendimos en los duros años 90 del llamado período especial en los que la resistencia obligó a valiosas iniciativas.
A ello se añade el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba que por casi medio siglo impusieron y mantuvieron 10 administraciones de Estados Unidos hasta hoy, lo que ha perjudicado el desarrollo cultural, promoción e intercambio artístico, pese a lo cual las alternativas revolucionarias han hecho brillar la cultura cubana. (Alina Martínez)
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