miércoles, 27 de mayo de 2009

Béisbol: dos formas de decidir

Finalísima comienza el viernes

SIGFREDO BARROS

Tanto fue el duro bregar, con incontables suspensiones a causa de la lluvia; tanta fue la entrega en el terreno, que la finalísima por el título de campeón de la XLVIII Serie Nacional comenzará un día después de lo acordado, el venidero viernes, a las 8:00 p.m., en el cuartel general de los campeones occidentales, el Nelson Fernández. Los jugadores se merecen un descanso mayor.

Foto José Luis Anaya Danger Guerrero jugó a pesar de su lesión en una pierna.

Así, el segundo choque tendrá lugar el sábado, en el mismo escenario y horario y después vendrán dos días de traslado y entrenamiento, para reanudar las acciones martes, miércoles y jueves, en el parque Augusto César Sandino, siempre a partir de las 8:00 p.m. De ser necesarios, el sexto y el séptimo desafíos tendrán por sede el Nelson Fernández, el domingo 7 y el lunes 8 de junio.

Histórico resultó el quinto partido entre Tigres y Naranjas. Tres días y más de 50 horas para alcanzar un resultado. El jonrón de Ramón Lunar fue la expresión final de un equipo decidido a ganar, que nunca se dio por vencido. Un dato llama la atención: los Naranjas solo conectaron 70 cuadrangulares en toda la etapa clasificatoria y ahora consiguieron decidir tres de cuatro desafíos frente a los Tigres con batazos más allá de los límites.

Si la afición villaclareña está de fiesta, también debe estarlo la avileña. Por primera vez su equipo llega a la semifinal y el tercer lugar es meritorio, como lo fue el haber sido el mejor equipo de la fase regular, primero en los tres aspectos del juego.

Dos señalamientos: el pésimo corrido de bases y una táctica muy conservadora jugando de visitador. Un ejemplo: en el primer inning del quinto y último choque, con Misael Siverio en el box, un relevista convertido en abridor, Yordanis Pérez dio lineazo de jit al centro del terreno. Nadie sabía en ese momento cómo venía Siverio —apenas había lanzado un par de pelotas—, pero los avileños trataron de tocar la bola con el segundo bateador.

El intento culminó en un elevado a primera. Segundos después, Yordanis se olvida de que es un zurdo el que está en el montículo, se descuida, y es sorprendido en la inicial. La entrada terminó en escón, a pesar de dos boletos y un jit. Seis veces dejaron los Tigres las almohadillas congestionadas de corredores. Una lección para la venidera campaña.

VAQUEROS, NO POR UN PASBOL

El béisbol es un deporte imprevisible. Cualquiera puede ser el resultado final y, casi siempre, los partidos cerrados, jugados bajo presión, suelen decidirse por un jonrón o por un error.

Pero resultaría del todo injusto afirmar que los Vaqueros del Habana ganaron por el pasbol del receptor pinareño en la undécima entrada. A mi entender, ganaron mucho antes, cuando fueron capaces de derrotar tres veces a dos estrellas como Pedro Luis Lazo y Yunieski Maya, marcándoles 12 carreras limpias con 23 jits en 16 innings y dos tercios.

Semejante resultado solo se puede lograr cuando un equipo se cohesiona y funciona como tal, haciendo caso omiso de la clase del rival, por muy alta que esta sea. Por esa razón, por la garra demostrada en cada salida al terreno, Habana y Villa Clara son los finalistas de esta XLVIII Serie Nacional.

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