viernes, 19 de febrero de 2010

La amenaza que no cesa y la respuesta inevitable

Impacto del narcotráfico en el 2009

Francisco Arias Fernández

El incremento de la actividad del narcotráfico internacional en nuestro entorno geográfico, estimulado por el insaciable mercado de Estados Unidos, tuvo el impacto principal en el crecimiento de los volúmenes de drogas ocupados por las autoridades cubanas en el 2009, que ascendió a más de tres toneladas, según informaciones aportadas por el Ministerio del Interior.

La droga incautada el pasado año es algo más de una tonelada por encima de la ocupada en el 2008 (1 385 kilogramos), pero se mantiene muy por debajo de la tendencia que se registraba antes del inicio de las operaciones Coraza Popular y Aché III en el 2003.

Por las afectaciones que provocan siguen constituyendo un peligro potencial para Cuba, la existencia en sus inmediaciones de rutas tradicionales para el tráfico ilícito de drogas desde el Caribe como el Paso de los Vientos y el Canal Viejo de las Bahamas; y la incidencia en nuestro país de vuelos comerciales y buques mercantes que entrelazan a Sur y Centroamérica con otras naciones del mundo, unido al carácter complejo y las tendencias internacionales de un fenómeno que ha puesto en jaque a 170 de los 192 países miembros de Naciones Unidas.

De los 3 186 kilogramos de drogas ocupados en el año, la mayoría (3 113) fueron incautados como resultado de tres operaciones de narcotráfico frustradas (dos navales y una aérea), la detección de una lancha abandonada con un cargamento de más de media tonelada y 112 incidencias de arribos de paquetes de drogas a las costas de 12 provincias del país y el Municipio Especial de Isla de la Juventud. En el enfrentamiento a estas acciones, fueron detenidos 15 traficantes de otras nacionalidades.

Además, en los aeropuertos se neutralizaron 17 intentos de transportación de drogas por ese canal, en las que se ocuparon casi 20 kilogramos de narcóticos y fueron detenidos 20 extranjeros y tres cubanos residentes en el exterior.

El impacto del complejo escenario caribeño y de las rutas más cercanas a Cuba, lo demuestran además los 47 avistamientos sospechosos de medios navales (43) y aéreos (4), comportamiento similar al 2008, cuando se registraron 46, evidencia de una tendencia sostenida.

En el enfrentamiento a la actividad interna se ocuparon 52 kilogramos de drogas, 48 de ellos de marihuana y pequeñas cantidades de otras sustancias, con mayor incidencia en la capital del país.

Asimismo, la cooperación a tiempo real con homólogos de varios países del área, continuó arrojando resultados positivos, que totalizan desde el 2003 siete operaciones frustradas por esos servicios, con la captura de seis medios navales y dos aéreos, así como la incautación de alijos de drogas y la detención de 43 narcotraficantes.

Estos resultados están estrechamente relacionados con la consolidación y efectividad de las operaciones Coraza Popular y Aché III, iniciadas hace siete años, que siguen confirmando la validez de una concepción de enfrentamiento y prevención integral y multifactorial, con la imprescindible participación de organizaciones sociales y de masas junto con fuerzas especializadas de las FAR, el MININT y la Aduana General de la República, guiados por la estrategia que dirige la Comisión Nacional de Drogas.

En la etapa se continuó prestando especial atención al fortalecimiento de las acciones de control sobre los medicamentos desde la red productiva hasta que llegan al sistema de salud; a las medidas de seguridad y protección en puertos, marinas y aeropuertos; el reforzamiento de los planes de acción preventivos en las enseñanzas técnico-profesional y preuniversitaria; al enfrentamiento a la siembra de marihuana en lugares apartados o montañosos de difícil acceso, así como a la pesquisa activa que coordina el Ministerio de Salud Pública para poder ofrecer atención oportuna a personas que lo necesiten.

Las amenazas globales provenientes del tráfico ilícito y uso indebido de drogas son tantas y tan cercanas que no permiten el más mínimo espíritu triunfalista ni confiarse en los indiscutibles logros de una batalla que Cuba ha sabido ganar año tras año por cinco décadas, pese a la dimensión de los desafíos y la escasez de recursos económicos y financieros para poderlos enfrentar.

Cuando el mundo casi se da por vencido, con coros cada vez más nutridos de países que afirman que es imposible ganar la guerra antidrogas, la estrategia cubana desbordante de voluntad política, participación estatal y social, acciones concretas y bien concertadas demuestra que sí se puede, a pesar del bloqueo económico que todo lo complejiza y la ausencia de un acuerdo de cooperación en esta materia con Estados Unidos, principal mercado mundial de las drogas ilícitas y destino de la mayoría de los alijos que se capturan en Cuba, lo que facilitaría la respuesta a las crecientes amenazas en nuestra región.

Son enormes y pudieran ser peores las consecuencias del impacto del narcotráfico sobre la región y nuestro país, pero la respuesta de Cuba es contundente e inevitable.

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