jueves, 3 de diciembre de 2009

Arroz + frijoles =

Por Ernesto Pantaleón Medina / Televisión Camagüey

No pretendo con estas líneas que se pueda, en las condiciones difíciles que atraviesa la agricultura cubana hoy, dar un salto cuantitativo millonario (en toneladas métricas) que, de un golpe, solucionara de manera definitiva la necesidad del país, de adquirir en el Mercado Internacional la mayor parte del alimento diario de más de once millones de personas.

Pero se pueden reducir los gigantescos desembolsos del Estado, si quienes intervienen en la larga cadena que va desde el surco hasta la mesa familiar “pusieran los pies sobre la tierra” (y más que los pies las manos) y entregaran en mayor proporción los rubros básicos de la dieta cotidiana, dada la inobjetable realidad de que nuestro suelo, según muchos bendecido por los dioses en cuanto a fertilidad, permite sembrar y cosechar todo o casi todo.

Pasos se han dado, y se aprecia el avance, pero quedan posibilidades y potencialidades sin poner en la palestra productiva, tanto de recursos como de estrategia e iniciativa. En primer lugar, es preciso más apego al trabajo y una mayor organización en el proceso de acopio y distribución.

Cuba importa a un costo de alrededor de 250 millones de dólares el 60% de todo el arroz que se consume anualmente, y sabido es que este cereal ocupa un lugar cimero en la dieta de los habitantes de la mayor de las Antillas.

Ya al cierre del primer semestre del año en curso, los productores de arroz aumentaron considerablemente los aportes a la mesa de sus coterráneos, con el consiguiente ahorro de moneda libremente convertible; pero el proceso agroindustrial en este renglón ha evidenciado a ratos fallas, falta de previsión y de organización.

Los frijoles, el otro caballo de batalla de la alimentación en estas tierras, pudiera incrementarse, porque en nuestros suelos se han dado incluso granos tan poco comunes como el garbanzo.

Resulta vital, no sólo al calor de la actual crisis económica mundial, sino como “norma de vida” de nuestros agricultores, elevar la cosecha de ese componente dietético básico, que se importa cada año en volumen cercano a las 60 000 toneladas métricas.

No se trata de algo tan simplista e ingenuo como abrir un agujero en la tierra, echar la semilla y ya está, sino de poner todas las fuerzas mentales y físicas, los recursos materiales, la iniciativa, la disciplina, la organización y la exigencia en función de ser eficientes y, simplemente avanzar.
Se avizoran épocas mejores en la leche, la ceba de vacunos, el incremento de los rebaños ovinos, el desarrollo avícola y porcino, con una alta participación del sector campesino y las cooperativas.

Pero, al menos en Cuba, si bien el arroz con frijoles no lo es todo, como ayuda, compadre.

No hay comentarios: