jueves, 23 de julio de 2009

Birán, semilla y refugio del 26

Por: Alfredo Carralero Hernández

Birán es una comunidad donde siempre se respira lozanía y su ambiente natural irradia patriotismo, humanidad y perseverancia.

Los cedros, las palmas y el césped le confieren singular armonía y quienes la visitan perciben la sensación de estar en un lugar pleno de encantos y hechizos.

El Conjunto Histórico que integra esta comunidad se localiza a unos ocho kilómetros del poblado de Marcané, en las cercanías de Cueto, y a casi 800 al este de La Habana, en la oriental provincia de Holguín.

Conocida internacionalmente, Birán revela la intimidad de su acervo como patrimonio de todos los que andan juntos por similares caminos, cantándole al triunfo y a la paz plenas.

El atractivo paraje se asienta en 26 hectáreas y sus instalaciones son representativas de la arquitectura de la época, caracterizadas por la abundante utilización de la madera.

A los valores históricos y naturales que le distinguen se sumó, desde febrero del 2009, la tarja que lo identifica como Monumento Nacional, expuesta a la sombra de la gigante arboleda sobre un tronco de la especie Caguairán.

El sitio mantiene su morfología original y es objeto de una esmerada conservación, tanto de los inmuebles como de la colección de mil 175 objetos, todos de categoría excepcional, como describe la Resolución del Consejo Nacional de Patrimonio en el dictamen que le otorgó esa distinción.

Las instalaciones que conforman este patrimonio cubano, tierra natal del líder de la Revolución, Fidel Castro, y del General de Ejército Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, fueron construidas entre los años 1914 a 1917 del pasado siglo.

Desde ese sitio, tronco de historia y cubanía, la familia Castro Ruz heredó por siempre la semilla de libertad, multiplicada cada 26 de julio como aquella madrugada de 1953, cuando los muros del Moncada retumbaron tras las acciones de sus atacantes.

Birán vuelve y anda con su carga de historia y de hechos, entrelazados con quienes aman la paz.

Ese es Birán, el de Fidel y de Raúl, refugio del 26 y del Moncada, del cubano por siempre. (Por Alfredo Carralero Hernández)

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