sábado, 13 de junio de 2009

Vigencia de Che Guevara

Por: Noel Manzanares Blanco | Televisión Camagüey


Por estos días del año pasado publiqué “¿Por qué nos acompañan Antonio Maceo y Ernesto Che Guevara?” (www.ohcamaguey.co.cu), donde aparece: “El 14 de junio, dos años atrás, escribí el título: Antonio Maceo y Ernesto Che Guevara: ¡Presentes! (www.radioenciclopedia.cu), al calor de los cumpleaños del cubano (Maceo, 14/6/1845) y del argentino (Che Guevara, 14/6/1928)”.

Hoy considero que lo redactado para ambos trabajos tiene plena actualidad, esencialmente.
Entretanto, encontré una carta del hijo de la Patria de José de San Martín devenido cubano por derecho propio, y me dije: bien vale la pena dedicarle un espacio a tal misiva.

La correspondencia en cuestión está dirigida a Armando Hart Dávalos, a la sazón Secretario de Organización del Partido Comunista de Cuba y en el presente Director de la Sociedad Cultural “José Martí”, y fue fechada en Dar-Es-Salaam, Tanzania, el 4 de diciembre de 1965. Se encuentra en: www.sancristobal.cult.cu. Allí se puede leer:

“En este largo período de vacaciones le metí la nariz a la filosofía, cosa que hace tiempo pensaba hacer. Me encontré con la primera dificultad: en Cuba no hay nada publicado, si excluimos los ladrillos soviéticos que tienen el inconveniente de no dejarte pensar; ya que el partido lo hizo por ti y tú debes digerir. Como método, es lo más antimarxista, pero además suelen ser muy malos. La segunda, y no menos importante, fue mi desconocimiento del lenguaje filosófico (he luchado duramente con el maestro Hegel y en el primer round me dio dos caídas). Por eso hice un plan de estudio para mi que, creo, puede ser estudiado y mejorado mucho para constituir la base de una verdadera escuela de pensamiento; ya hemos hecho mucho, pero algún día tendremos también que pensar. El plan mío es de lecturas, naturalmente, pero puede adaptarse a publicaciones serias de la editora política.

Si le das un vistazo a sus publicaciones podrás ver la profusión de autores soviéticos y franceses que tiene.
“Esto se debe a comodidad en la obtención de traducciones y a seguidísimo ideológico. Así no se dá cultura marxista al pueblo, a lo más, divulgación marxista, lo que es necesario, si la divulgación es buena (no es este el caso), pero insuficiente.

“Mi plan es este: I Clásicos filosóficos/ II Grandes dialécticos y materialistas/ III Filósofos modernos/ IV Clásicos de la Economía y precursores/ V Marx y el pensamiento marxista/ VI Construcción socialista/ VII Heterodoxos y Capitalistas/ VIII Polémicas”.
“Cada serie tiene independencia con respecto a la otra y se podría desarrollar así: [expone acto seguido su razonamiento]”.

Casi al final, acota el Che:
“Es un trabajo gigantesco, pero Cuba lo merece y creo que lo pudiera intentar. […]”.
Opino que el contenido de la carta de marras tiene validez para la Mayor de las Antillas y el Movimiento Revolucionario Mundial, tanto más si se tiene en cuenta: uno, en el archipiélago nacional está decidido reabrir la carrera de Marxismo Leninismo e Historia en el Curso Escolar 2009-2010 a iniciar en septiembre, algo que jugará un papel importante en la construcción del Socialismo en Cuba; y dos, en medio de la crisis multilateral que afecta a los países desarrollados y todavía más a las naciones menos industrializadas, es comprensible la necesidad de vencer el analfabetismo funcional, especialmente el económico que constituye la peor forma de ignorancia en nuestra época —so pena de enturbiar el escenario internacional que se vislumbra gris con puntos negros.

Como dato curioso, significo que en Europa una de las pocas cosas que ha aumentado el nivel de venta es precisamente obras de Carlos Marx; al tiempo que una parte nada despreciable de la prensa internacional, a contrapelo de que una década atrás resaltaba la figura de Ernesto Guevara de la Serna, por este tiempo sataniza al pensamiento guevariano —justo cuando en Nuestra América soplan los vientos liderados por Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa…
Sin lugar a dudas, está vigente el pensamiento de Che Guevara.

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