martes, 9 de junio de 2009

“Érase una vez EE.UU. y su sistema”

Por: Ernesto Pantaleón Medina | Televisión Camagüey

Fragmentos del diálogo de una película norteamericana, entre un padre y su hija, pocas horas antes de las elecciones presidenciales:

Padre: ¿Por qué diablos debo yo ser independiente?
Niña: Porque el sistema bipartidista se ha negado a trabajar por los pobres
P: El votar no sirve para una…(mala palabra)… lo hacen para que creas que controlas algo. Da igual por quién votas. No cambia nada y si no puedo pagar el seguro y me enfermo tendré que vender mi sangre de nuevo.

Y basta de citar el filme, que le recomiendo a cualquiera (Swing vote, protagonizado por Kevin Costner), pero sirva ese diálogo como botón de muestra de un país mundialmente desacreditado, que no sólo cosecha rechazo en el exterior, sino cuyo sistema pierde cada vez más adeptos, sencillamente por la injusticia y crueldad ejercidas contra sus propios hijos, sometidos a los vaivenes de los políticos y los armamentistas inmersos en la debacle económica y dos desastrosas guerras.

Claro que quienes esto sufren son los millones de integrantes del ejército de los “perdedores”, engañados por la creencia en el milagro de que es el pueblo el que quita y pone presidentes y ¿por qué no? hasta quizás un día podría cambiar el mundo para bien de los pobres.

Ese es el panorama en que se debate Barak Obama, quien subió a la principal butaca del país de Lincoln asediado por promesas que sabe no podrá cumplir, porque se necesitarían cambiar los mecanismos de poder y el propio sistema, algo sencillamente fuera de las posibilidades de un individuo, por inteligente o esforzado que sea.

Y para complicarle aún más las cosas, cierto grupo lo amenaza con tildarlo de “enemigo” o de actuar “contrario a los intereses de EE UU” si cumple su compromiso relacionado con los centros de tortura como el ubicado en la ilegal base de Guantánamo, algo que lesionaría el pensamiento y la acción de poderosas e influyentes instituciones como la CIA, que ha practicado esos “rudos interrogatorios” en numerosos lugares del planeta durante años, además de las ejecuciones extra judiciales y el derribo de gobiernos progresistas.

Para concluir, pido permiso para citar otro diálogo, este entre dos patrulleros en un serial también norteamericano:

Un hombre golpea salvajemente a su mujer y a sus hijos. Ella es internada en estado crítico en un hospital, mientras uno de los niños presenta un severo trauma psíquico.

Uno de los policías pregunta al otro: ¿Los servicios sociales nada sabían?

Respuesta: La madre estaba demasiado asustada para hablar
P ¿Y la escuela? ¿Los maestros?
R Con 30 niños por clase, seis clases por día, no se pueden recordar rostros
Y concluye el patrullero con esta sentencia:”Ni las familias ni las escuelas funcionan… el sistema es una broma”.

Como decía mi abuela: a buen entendedor con pocas palabras bastan.

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