lunes, 1 de junio de 2009

El deporte: respeto y atención para los niños camagüeyanos

Por : Leonel del Val

Deporte cubano en la infanciaEn Cuba, por las posibilidades que ofrece nuestro proyecto social, se dan las condiciones para el desarrollo de la infancia, a partir de la política basada en propiciar su correcta formación.

En primera instancia el respeto y la atención a sus derechos constituyen elementos esenciales en favor de esa etapa de la vida.

El deporte se manifiesta como una prerrogativa de los infantes cubanos, quienes desde muy pequeños tienen la posibilidad de practicarlo, en diversas vertientes.

La gimnasia tal vez sea el primer contacto con la actividad deportiva, aspecto que se ha desarrollado a gran altura en Cuba, a partir de la creación de los Festivales de la Gimnasia con el niño, que cada año se celebran en el país a todos los niveles

A partir de esta se dan los primeros pasos en el extenso camino que conduce hacia los grandes eventos.

El deporte, imbricado con inteligencia con otras manifestaciones llena un espacio muy importante en la vida los niños, pues combina y complementa el desarrollo físico con el de la mente.

Desde las edades tempranas la vinculación con la Educación Física en los centros educacionales, la práctica del deporte en las escuelas comunitarias al efecto dan la posibilidad de cumplimentar lo expuesto anteriormente.

Ejemplos hay muchos pero quiero referirme solamente a dos:Este fin de semana se concentraron en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Cerro Pelado, de Camagüey, más de 450 niños para realizar las últimas evaluaciones con vistas su ingreso en el centro.

Otro ejemplo es el relacionado, precisamente con la labor desde que son pequeños, como los campeonatos municipales de béisbol para niños en la capital agramontina, evento que disfrutan no solo los peloteritos sino sus familiares, y pueblo en general.

El deporte en Cuba es derecho del pueblo y para los niños además de ser un derecho también constituye un privilegio, porque ellos, como dijera José Martí, son nuestra esperanza.

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