viernes, 15 de mayo de 2009

Miremos hacia la tierra y no hacia el barco importado

Lázaro Barredo Medina

Algunas personas piensan que nuestra economía es como un barril sin fondo. No sienten presión con lo que esta pasando y por ello no aprecian que el país tiene una severa afectación, porque a nuestras dificultades de liquidez financiera, se unieron los cuantiosos daños ocasionados por los intensos huracanes y las tormentas tropicales del año pasado, evaluados en aproximadamente 10 000 millones de dólares, así como los indudables efectos de la gran crisis económica y financiera global y los serios perjuicios del criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos.

El desbalance acumulado de importar más valores que los que exportamos ante incapacidades para producir, como nos ocurre en la producción alimentaria, se convierte en un problema de sobretensión para nuestra vida cotidiana, porque el país no puede seguir gastando lo que no tiene.

En los últimos meses se ha ido probando que en la producción alimentaria podemos hacer mucho más si se modifican conceptos, métodos de dirección, sistemas de pago y estimulación y se acaba con la rutina que, como alguien dijo, es una enfermedad que puede acabar con los hombres y puede acabar con los pueblos.

Tenemos que producir más. Y con la necesidad vital de que todo lo que se haga con los limitados recursos de que disponemos, tenga una realización adecuada a partir del principio de aprovechar al máximo todas nuestras actuales reservas productivas, pero ¿cómo hacerlo si no acabamos de aplicar los conceptos que el compañero Fidel ha recomendando insistentemente de trabajar por la revolución de los rendimientos?

Un ejemplo. Como seguimos pensando en el concepto de siembra por épocas hay muchos productores que han preparado grandes extensiones de tierra y todavía no han sembrado esperando a que caiga la lluvia, ¿y si no llueve, qué pasa? ¿ Por qué todos estamos de acuerdo en que han cambiado las condiciones atmosféricas y climáticas, pero seguimos actuando de espaldas a esa realidad?

Conversando unos días atrás con varios productores, que ha sido la motivación para escribir este comentario, señalaban la necesidad de reclamar la aplicación de nuevos conceptos en la agricultura, que destierren cierto rechazo institucional a trabajar en condiciones de excesos en la tenencia de tractores, combustibles, piezas, y que se reafirme el principio de que el recurso llegue a la gente que más produzca y que más entregue a la sociedad.

Nuestra agricultura está entrampada en sus viejas costumbres, y el problema planteado hoy no es solo sembrar sino hacerlo con concepto de rendimiento, con ciencia, con técnica y con un mínimo de recursos a partir de un presupuesto: si queremos la revolución de los rendimientos es preciso incorporar a los productores la idea de que se come todos los días, y por ello hay que sembrar todos los días y no por campaña.

El extensionismo agrícola hoy es muy endeble, no abarata los costos ni potencia a los productores, salvo en las grandes empresas que tienen todos los aseguramientos para ello, y una de las vías de producir con mayor beneficio es la búsqueda de mayores rotaciones de la tierra y la aplicación de técnicas de alto rendimiento, como pueden ser las experiencias del empalado por hectárea que, más que recursos, lo que necesita es mucho trabajo.

Otro déficit significativo de la agricultura cubana es el uso de la ciencia y la técnica. Es doloroso apreciar cuantas innovaciones tenemos que pueden revolucionar la producción agrícola y nuestros productores no son capaces de instrumentarlas, y de hacerlo con la conceptualización de nuestras capacidades.

Un compañero vinculado a este tema me decía que nuestra gran paradoja es que hemos desarrollado una ciencia de Primer Mundo y, sin embargo, tenemos en los rendimientos una agricultura de Cuarto Mundo, porque lo real es que nos habituamos al barco con los productos importados a partir de la confianza de que la Revolución hará siempre lo imposible por garantizar la alimentación del pueblo.

En la víspera del aniversario 50 de la Reforma Agraria nos hace falta pensar sobre estas cosas y mirar más hacia la tierra.

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