viernes, 13 de marzo de 2009

Cuba: Medio siglo de veinticuatro por segundo

Teresita Jorge

Uno de los más significativos pasos en favor del desarrollo de la cultura en Cuba durante 1959, año del triunfo de la Revolución Cubana, fue la creación, el 24 de marzo de ese año, del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

De entonces a la actualidad se cumplen 50 años de la existencia de una institución, punto de partida para la creación cinematográfica y la formación de un público que, capaz de apreciar la calidad artística, dejó a un lado la banalidad de la mayoría de los filmes provenientes de
Hollywood, que inundaban las salas cubanas.

La Ley 169 que instituyó el ICAIC, cuya finalidad era organizar, establecer y desarrollar la industria cinematográfica, atendiendo a los criterios artísticos de la tradición cultural cubana, señala que:

“el cine constituye por virtud de sus características, un instrumento de opinión y formación de la conciencia individual y colectiva, por tanto, puede contribuir a hacer más profundo y diáfano el espíritu revolucionario y a sostener su aliento creador.“

Las características de la entonces flamante institución, un verdadero reto para los que se iniciaron en ese arte, quedaron claramente plasmadas a través de esta legislación, cuyos propósitos alentaban a sus fundadores:

“Nuestra historia, verdadera epopeya de la libertad, reúne desde la formación del espíritu nacional y los albores de la lucha por la independencia hasta los días recientes una verdadera cantera de temas y héroes capaces de encarnar en la pantalla, y hacer de nuestro cine fuente de inspiración revolucionaria, de cultura e información.”

Por vez primera la nación caribeña tuvo una industria del séptimo arte, que fiel a los principios que dieron vida, hace más de cuatro décadas, a los Festivales de Viña del Mar, coincidieron con estos en la ruptura de esquemas y el deseo de mostrar la realidad nacional.

Antes de la creación del ICAIC fueron realizados algunos pocos filmes sin subsidio estatal, uno de éstos, El Mégano, mostraba el talento y la originalidad de aquellos cineastas esperanzados por llevar al mundo del celuloide obras de elevada calidad.

La década del 60 del pasado siglo hizo florecer la industria cubana con largometrajes como Memorias del subdesarrollo y La muerte de un burócrata, de Tomás Gutiérrez Alea, y Lucia, de Humberto Solás, -devenidos clásicos cubanos del celuloide-.

A esos filmes les siguieron decenas de obras, tanto de ficción como de animados y el Noticiero ICAIC Latinoamericano que, bajo la dirección de Santiago Álvarez, legó a la historia valiosas producciones sobre la Revolución Cubana y de otros países como Now, y Hanoi Martes 13, por solo citar algunas.

Única de su tipo en el Caribe y una de las más importantes de América es la Cinemateca de Cuba, creada en 1961, y que a lo largo de la amplia trayectoria de su valioso archivo histórico fílmico ha exhibido lo mejor de lo producido por la cinematografía francesa, italiana, británica, irlandesa, japonesa, china y de otras latitudes.

El campesinado cubano, aún en las más intrincadas zonas del país, vio alumbrarse sus noches con la proyección de películas traídas hasta las más inhóspitas zonas, incluidas las más elevadas serranías, por los cines móviles que llevaban la cultura a esas zonas totalmente olvidadas antes del triunfo de la Revolución.

Desde diciembre de 1979, ininterrumpidamente, se celebra el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. A la cita, en la conocida como LLave de las Américas, han asistido estrellas como Danny Glover, Robert Redford, Francis Ford Coppola, Harry Belafonte, Geraldine Chaplin, Victoria Abril, Pedro Almodóvar, Vanessa Redgrave y muchos otros grandes actores y directores del cine mundial.

En su llamamiento al 30 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, celebrado en diciembre pasado, su presidente, Alfredo Guevara, dijo que: "Estos deben ante todo cumplir su misión ya histórica, continuar la obra fundadora de los que nos precedieron en Viña del Mar, los Andes, Caracas, México, y reunir en fraternal encuentro a los cineastas de América Latina y de otras latitudes". (AIN)

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