Múltiples fallas continúan impidiendo que las asambleas municipales sean eficientes en su gestión como órganos superiores del Estado en sus respectivos territorios, advierte nuevamente la Comisión de Órganos Locales del Poder Popular.
Hace falta reforzar la capacitación de los cuadros, el empleo óptimo de las normativas legales que estipulan la labor de estas estructuras y la atención a los delegados por parte de las direcciones de las Asambleas, subrayaron los diputados en los debates.
En el quehacer de los órganos locales, recordaron, reviste notable importancia plasmar en la práctica cotidiana lo regulado en el artículo 21 de la Ley 91 de los Consejos Populares a la hora de exigir y fiscalizar el desarrollo de las actividades productivas y de servicios de los organismos existentes en su demarcación, independientemente de su nivel de subordinación.
Reforzar la autoridad del delegado como cimiento de nuestro sistema político es un propósito que no depende de recursos, sino del hombre y su esfuerzo personal, significó Tomás Cárdenas García, presidente de la Comisión. Se trata de hacer las cosas bien, de perfeccionar el funcionamiento de las distintas instancias del Poder Popular, acotó.
Conviene también delimitar correctamente las responsabilidades de los actores que participan en el desarrollo local, para evitar que unos suplanten o interfieran las funciones de otros. Algunas de estas desviaciones provocan con frecuencia la sobresaturación de los delegados de base, pues se les encarga tareas ajenas a su competencia, entre ellas las de carácter administrativo, cuando su verdadera función, en ese sentido, es coordinar el desempeño de las entidades y promover la cooperación entre ellas, advirtieron los parlamentarios.
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