Aunque esta no fue, en sentido general, su temporada de mejores desempeños, la villaclareña probó su fortaleza mental y con acertada estrategia se lució en la capital china con el segundo puesto en la carrera por puntos, en medio de una gran tristeza que peligró recoger el fruto de años de sacrificios.
Su compañero de vida y deporte, Pedro Pablo Pérez, se debatía entre la vida y la muerte, tras un accidente automovilístico, ocurrido pocos días antes de la partida hacia Beijing.
Pero la pedalista de 32 años de edad, quinta de su especialidad en el Campeonato del orbe, en marzo último, tenía la gran motivación de llevarle una medalla a su esposo y para eso se esforzó en el velódromo de Laoshan.
En ese mismo escenario, ya había logrado también el metal plateado en la segunda fase de la Copa del Mundo.
Precisamente, esa fue su mejor actuación en un certamen en el que la cubana acostumbra estar entre las medallista varias veces, ya que se quedó sin clasificar a la final en la primera parada de Sydney, sufrió caída en la tercera, en Los Ángeles, y fue novena en la última, en Copenhague.
La reina del orbe de scratch en 2004 y varias veces en la carrera por puntos anunció su despedida del escenario olímpico, pero no del deporte.
Actualmente, descansa y ayuda en la recuperación física de Pérez, tetramonarca de la Vuelta a Cuba, pero volverá por uno o dos años más al óvalo, a seguir escribiendo historia. (AIN)
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