III Cumbre Cuba-CARICOM
JOSÉ ANTONIO TORRES
SANTIAGO DE CUBA.— Los discursos inaugurales de la III Cumbre Cuba-CARICOM abogaron por dinamizar la integración y adoptar políticas coherentes como vía para reanimar las economías y zanjar los escollos que frenan el progreso y el bienestar de las naciones caribeñas.
En la apertura de la Cumbre, con sede en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, Baldwin Spencer, Primer Ministro de Antigua y Barbuda y Presidente de la Conferencia de Jefes de Gobierno de CARICOM, aseguró que éstas son alternativas para frenar los desafíos financieros y la zozobra económica por las que transitan los países del área.
También se insertan dentro de las acciones y la respuesta que de común acuerdo podrán implementarse en el Caribe insular para atenuar las secuelas de los precios de los hidrocarburos, la disminución de los flujos de capitales, la práctica de convertir los alimentos en combustibles y los efectos del cambio climático.
Edwin W. Carrington, Secretario General del CARICOM, ratificó que el fortalecimiento de la unidad es otro desafío impostergable frente a la crisis financiera, energética, alimentaria y medioambiental, cuyo impacto —aunque inevitable— puede atenuarse si crece el accionar de los gobiernos y se consolida la coherencia política en favor de la integración.
Se refirió a la importancia de consolidar los nexos e impedir que los programas en ejecución retrocedan, pues tienen un elevado impacto y reconocimiento social en el área.
La realidad evidencia que elevar la competitividad de productos y servicios, junto a la búsqueda de fórmulas que contribuyan a disminuir el costo de las importaciones —que para casi todas las naciones resulta insostenible— son retos impostergables.
Estudios regionales corroboran que la mayor parte de las transportaciones marítimas en el Caribe la realizan las grandes navieras o los barcos de las sucursales de Europa y Norteamérica.
Un estudio de la Organización Caribeña para el Turismo reveló que si las líneas aéreas de la región cooperaran de forma efectiva en el traslado de carga y pasajeros obtendrían utilidades superiores a los 60 millones de dólares anuales.
En las comunicaciones se avanza, pero resulta inoperante que para llamar telefónicamente a cualquier isla caribeña primero hay que enlazarse con la Florida, EE.UU.
La ayuda venezolana en este sentido es de inestimable valor, sobre todo con el cable submarino de 1 550 kilómetros entre la zona de Camurí, cercana al puerto de La Guaira, en el Estado de Vargas, y la playa de Siboney, en las afueras de Santiago de Cuba, que a finales del 2009 y principios del 2010 contribuirá de manera perentoria a cambiar la historia de las comunicaciones internacionales de la Mayor de las Antillas y los países de la región.
Al referirse a Cuba, los oradores reconocieron que en estos años no solo ha demostrado su vocación humanista y solidaria, sino también capacidad para enfrentar un férreo bloqueo y con pocos recursos garantizar las ventajas sociales, reanimar su economía y reorientar su comercio.
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