QUITO, 10 de agosto.— Los mandatarios sudamericanos firmaron hoy la Declaración de Quito que propone acelerar la integración y la cooperación regional para enfrentar de manera conjunta la crisis financiera internacional.
Líderes del grupo.
"Frente al deterioro del bienestar básico de millones de ciudadanos de toda la región, reafirmamos la necesidad de impulsar un desarrollo sostenible, teniendo en cuenta la noción de libertad e inclusión social", revela el documento rubricado en la reunión de Jefes de Estado de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
En el texto se destaca el compromiso de buscar mecanismos de ayuda y cooperación hacia los países más afectados por estas situaciones de crisis, para fortalecer la integración.
El documento reafirma el compromiso con la democracia como único sistema para resolver los desafíos y brindar mayores esperanzas y oportunidades a nuestros pueblos.
En este sentido, los dignatarios señalaron que la vía del diálogo y la negociación son los únicos caminos para resolver las diferencias, construir la paz y la convivencia duradera.
"No habrá reconocimiento, de ninguna manera, a la ruptura del orden institucional democrático", revela el texto que condena el golpe de Estado en Honduras y demanda la restitución en su puesto del presidente constitucional de ese país, Manuel Zelaya, según sostiene la Declaración, firmada por nueve jefes de Estado miembros de este bloque.
ENTRETELONES DE LA REUNIÓN
Al intervenir en el encuentro, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtió sobre la amenaza que representa para la región la instalación de siete bases militares en Colombia. "Cumplo con mi obligación moral de alertar: vientos de guerra comienzan a soplar", afirmó y sentenció que esta situación "pudiera convertirse en una tragedia".
En igual sentido se pronunció la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien advirtió sobre el clima de beligerancia inaceptable e inédito que se está creando en Suramérica. Fernández ofreció a Buenos Aires como sede de la reunión extraordinaria, en la cual —precisó— debe estar presente el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, quien no concurrió al encuentro de Quito.
Correa advirtió por su parte que esta decisión del gobierno de Bogotá constituye un asunto extremadamente peligroso para su nación y toda Suramérica.
Al recordar la gravedad de la presencia norteamericana en América Latina, el presidente boliviano, Evo Morales, afirmó que militares del Comando Sur participaron en el golpe de Estado en Honduras, el 28 de junio pasado.
Morales pidió a la Unión de Naciones Suramericanas salvar al pueblo colombiano de los militares estadounidenses, porque una cosa son los gobiernos y otra los pueblos.
Ante el inminente acuerdo entre Colombia y Estados Unidos sobre las bases militares, UNASUR debe convocar a una discusión profunda respecto a las relaciones con la nación del norte, dijo por su parte el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. "A mí como presidente de Brasil me molesta este clima de inquietud generado en la región", dijo.
Durante el encuentro, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, asumió la jefatura pro tempore de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), en una sesión realizada en la sala capitular del convento de San Agustín.
Tras recibir la presidencia de la UNASUR de manos de su colega chilena, Michelle Bachelet, Correa rememoró que en esa misma sala, el 10 de agosto de 1809, se registró el primer grito de independencia que impulsó la liberación de esta nación. (PL)
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