viernes, 17 de julio de 2009

Elementos que desacreditan al Capitalismo

Por: Noel Manzanares Blanco | Televisión Camagüey

Por Capitalismo se puede entender al régimen que —en última instancia— privilegia a la propiedad privada y al mercado, aupando las ganancias que generan las mercancías aunque vayan en detrimento del valor de uso de la producción y los servicios. Es un sistema que desde su emergencia ha sido dañino para la triada persona-sociedad-naturaleza.

Con la avalancha contrarrevolucionaria que fructificó en el Viejo Continente en la encrucijada de las décadas del ochenta y del noventa del pasado siglo a la sazón de la bancarrota del Socialismo liderado por la ex Unión Soviética, llovían las apuestas al Neoliberalismo.

Para entonces, solo era válido el culto desmedido a la propiedad privada, la no intervención del Estado en el desenvolvimiento de la sociedad —salvo si se trata de reprimir al pueblo— y la supresión de preferencias para los pobres —sean personas o naciones— a partir de una supuesta libertad e igualdad competitivas.

El analista Mick Brooks sostiene que la mayoría de las economías de Europa Central y Oriental han crecido aproximadamente un 5 por ciento al año desde el boom de la posguerra, acelerando su velocidad en los primeros años de este siglo.

En consecuencia, sus líderes políticos practican el culto al capitalismo e intentan transmitírselo a la población. “Han copiado los peores excesos de las economías capitalistas desarrolladas y la actual recesión les ha hundido” —dice Brooks.

La "ventaja comparativa" radica en las diferencias salariales con las economías de Europa Occidental, del orden de 7 a 1, por lo que los procesos manufactureros básicos se están transfiriendo al Este.

Como resultado, los países de Europa Central y del Este han acumulado déficits entre el 5 y el 10 por ciento del Producto Interno Bruto con Occidente, aspecto que se traduce en que están gastando un quinto más de lo que ganan.

Huelgan comentarios.

Estudios realizados a partir de las estadísticas que se manejan en organismos internacionales complementan las pruebas irrefutables del fracaso del Neoliberalismo, del Capitalismo. Basta con observar los datos asociados a la infancia desprotegida.

El 70 % de los órganos trasplantados a niñas y niños ricos del mundo les fueron extraídos a menores de edad pobres, previamente secuestrados en naciones atrasadas. Otros inventarios develan cien millones de explotados en la prostitución infantil y un tercio de las niñas menores de 15 años embarazadas, de cuyos nacimientos surgen más de la mitad de los futuros delincuentes de la sociedad.

Todo esto, agravado con la actual crisis económica mundial.
Son elementos que desacreditan al Capitalismo.

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