Pedro de la Hoz
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Escritores de Bolivia, Argentina, Brasil y Puerto Rico fueron proclamados anoche como los ganadores del Premio Literario Casa de las Américas en la quincuagésima edición de uno de los certámenes más prestigiosos del hemisferio occidental.
La institución convocó esta vez al Premio Extraordinario de Estudios sobre Estados Unidos, adjudicado al destacado intelectual puertorriqueño Juan Flores, uno de los más agudos y consistentes ensayistas en ese campo, por su libro Bugalú y otros guisos.
En los restantes rubros concursantes, los jurados distinguieron a la novela El exilio voluntario, del boliviano Claudio Ferrufino-Coqueugniot; el testimonio Mañana es lejos (memorias verdes de los años rabiosos), del argentino Eduardo Rosenzvaig; el poemario en lengua portuguesa Réquiem, del brasileño Ledo Ivo; y en la categoría de literatura para niños y jóvenes a La prometida del señor de la montaña o la doncella de Huillallaco, de la también argentina Yoli Fidanza.
Como es habitual, la Casa de las Américas reconoció con Premios Honoríficos sobresalientes producciones literarias publicadas en la región durante los últimos meses. El Lezama Lima de poesía recayó en El alternado paso de los hados, del peruano Carlos Germán Belli; el José María Arguedas de narrativa en La ceiba de la memoria, del colombiano Roberto Burgos; y el Ezequiel Martínez Estrada en Globalización de las identidades nacionales y postnacionales, ¿de qué estamos hablando?, del chileno Grinor Rojo.
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